Negocios que no duermen
Turno de noche ·
Un conglomerado de empresas de diferentes sectores prestan sus servicios las 24 horas del día los 365 días del año en Cantabria por rentabilidad, por obligación o simplemente por prestigio profesionalSecciones
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Turno de noche ·
Un conglomerado de empresas de diferentes sectores prestan sus servicios las 24 horas del día los 365 días del año en Cantabria por rentabilidad, por obligación o simplemente por prestigio profesionalPedro Barriuso Cerrajería Abad
Según un estudio elaborado por Google, las cerrajerías 24 horas son uno de los negocios con servicio nocturno más buscados en su portal. Y según otro realizado por los propios profesionales del gremio, también es uno de los más rentables por su gran demanda a ... cualquier hora del día... y de la noche.
De lo uno y de lo otro puede dar fe Pedro Barriuso, encargado de la Cerrajería Abad de Santander, donde nadie, que se sepa, tiene relación con alguien apellidado de esa manera. El comercio se llama así porque ese, Abad, era el primer apellido que aparecía en las páginas amarillas y, por tanto, el que antes visualizaba quien buscaba un cerrajero en la guía telefónica. Claro que, como las demás, esa moneda no es de dos caras. También tiene una cruz. «Hay algunos (cerrajeros) que utilizan este nombre y le pagan más a Google por posicionarse antes que nosotros y luego le meten a un cliente 800 euros por abrirle la puerta de casa», previene Pedro.
No es el caso de su establecimiento, desde luego. «A ver, abrir una puerta, que es un trabajo que requiere menos de una hora, viene a costar 120 euros aplicando la tarifa nocturna», calcula el cerrajero, que pone un límite de 130 y admite que cobrar 800 por liberar una cerradura es dañar gravemente la imagen de un sector que ya de por sí arrastra cierta fama de ir por ahí repartiendo hachazos.
Para poder atender adecuadamente un negocio abierto las 24 horas del día, Cerrajería Abad cuenta con un total de cinco empleados, aunque solo tres trabajan el servicio nocturno, que se alarga doce horas, entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana. «Lo hacemos una semana cada uno», explica Pedro. Y la mecánica es sencilla, «te llevas el teléfono a casa, o donde quiera que vayas, y si te llaman vas».
¿Y llaman mucho?
«Nosotros venimos haciendo entre cuatro y cinco servicios por semana, la mayoría aperturas de puertas de viviendas cuyos propietarios no pueden entrar porque han extraviado las llaves, o se las han dejado dentro de casa o las han deformado cuando las estaban manipulaban», cuenta el cerrajero, que revela que su negocio trabaja con aseguradoras. De manera que la prestación de este tipo de servicio «nos compensa», a pesar de que cada turno de guardia, cada desplazamiento, y cada material utilizado en la reparación supone un coste adicional para la empresa que hay que restar de la cuenta de beneficios que genera el servicio de 24 horas.
Aurelio Pérez Grúas Motor Fr
Hace un año, en diciembre de 2022, las empresas que prestan servicio de asistencia en carretera sacaron sus grúas a las calles para protestar colectivamente contra la situación «extrema e insostenible» a la que se han visto abocados este tipo de negocios, cuyos representantes entendían por ese entonces (y lo siguen entendiendo hoy) que los ingresos por un auxilio en la carretera no cubren ni una tercera parte de lo que supondría prestar el servicio en sí. «Una disponibilidad de 24 horas los 365 días del año desenmascara aún más unos números que son inasumibles y descaradamente insuficientes, como los 3,5 euros resultantes por hora de trabajo», denunciaba la patronal.
Además de presidente de la Asociación de Ayuda en Carretera de Cantabria, Aurelio Pérez Flor es, junto con Juan Manuel Ruiz, dueño de Grúas Motor FR, un taller mecánico ubicado en Los Corrales de Buelna con quince empleados incluyéndoles a ellos dos que gestionan como buenamente pueden los turnos de guardia.
«Para poder cubrir debidamente todo el servicio, que implica estar operativos los 365 días del año –con sus fines de semana, sus festivos y sus noches– necesitaríamos una plantilla por lo menos como la que tiene la Guardia Civil», exagera el empresario, que como no puede disponer de tantísimos trabajadores se apaña con lo que tiene, que es personal de su máxima confianza.
«La mayoría de mis empleados trabaja sus ocho horas correspondientes, y luego quedamos una minoría, gente que lleva aquí treinta o cuarenta años, de nuestra total confianza, entre la que nos repartimos esos servicios especiales», desvela Aurelio, que subraya que el trabajo de los fines de semana «se asigna de antemano» pero el turno nocturno, no. «Se improvisa un poco», reconoce.
Y no, «no es rentable», subraya el empresario. «Si ponemos en una balanza las exigencias de las compañías aseguradoras y los precios que marcan, y que llevan quince años bajando, no es rentable», afirma Aurelio, que recuerda que las aseguradoras «te incluyen en el 'pack' el servicio de 24 horas y si no lo aceptas te suprimen de la línea de proveedores» y calcula que sus gruistas realizarán una media de «entre cinco y seis trabajos de asistencia en carretera en el turno de noche. Además de desplazarse a accidentes de circulación, que afortunadamente son los menos, también acuden a auxiliar a conductores que han tenido el infortunio de sufrir un pinchazo o una avería o quedarse sin batería.
Sergio García Gerente de Interfunerarias
El conglomerado de negocios que ofrecen sus servicios durante las 24 horas del día, y en el que conviven un puñado de gremios, no se entendería sin la presencia de las funerarias, donde el turno de noche solo se distingue del turno de mañana o del turno de tarde por la poca luz que se cuela por las ventanas. Aunque no todas entienden que su cometido es esencial a cualquier hora, la mayoría de ellas sí tiene sus oficinas abiertas permanentemente.
Con sus peculiaridades, «el servicio nocturno forma parte de la actividad normal de una funeraria», indica Sergio García, gerente de Interfunerarias, que no se detiene a valorar si es rentable o no lo es. «No es cuestión de dinero, sino cuestión de respeto», indica al respecto García, para quien tan importante como la cuenta de resultados es el prestigio empresarial.
«Las funerarias tenemos el deber, moral al menos, de atender como es debido a una familia que acaba de perder a un ser querido y que, por esa razón, está atravesando una situación emocional difícil», subraya este empresario. «Y no sería de recibo que si ese ser querido ha muerto a las tres de la madrugada se le diga a la familia que se quede en casa con el cadáver hasta las nueve de la mañana».
Además, dejar de prestar el servicio nocturno «sería regalar un cliente» a aquel que, al contrario, sí lo presta.
Que una funeraria permanezca abierta 24 horas supone, como es lógico, un esfuerzo económico añadido que se concentra fundamentalmente en el pago de nóminas, facturas y material diverso.
Según García, Interfunerarias tiene en Cantabria una plantilla de entre trece y catorce empleados. Si no abriese por las noches, a la empresa le sobraría un tercio del plantel, calcula el gerente, que explica que, en su caso, el número de trabajadores es inferior por la noche porque en ese turno los trámites a realizar son menores. «No puedes hablar con curas, ni con enterradores... La tramitación es más simple que de día».
No ocurre lo mismo con los gastos. «Son los mismos de noche que de día», dice a ese respecto García, al que el recibo de la luz se le dispara todos los meses pero especialmente en los tres que dura el invierno, que es una de las temporadas en las que más trabajo acumula la funeraria. «Aunque eso es una sensación personal», admite, «porque de la misma manera que la muerte no distingue los horarios tampoco discrimina las temporadas», concluye.
Alfonso Fernández Área de servicio Los Arcos
El sector hostelero tiene en Cantabria una escasa representación entre los negocios que abren 24 horas. Si, por poner un ejemplo, un cerrajero, un gruista, el responsable de una funeraria y un restaurador quisieran compartir mesa a una hora intempestiva, las cuatro de la madrugada, por decir una, tendrían que encontrarse en uno de los dos únicos restaurantes que existen en la provincia con la cocina abierta mañana, tarde y noche; los de las áreas de servicio Los Arcos (Anero), y Adelma (Hoznayo).
Que sepa Alfonso Fernández, dueño del primero, no hay ninguno más, aunque este dato es difícil de corroborar.
El suyo es la zona viva de una área de servicio levantada en la orilla de la autovía Santander-Bilbao que, además, dispone de aparcamiento para setenta camiones, gasolinera, tienda y todas las dotaciones necesarias para que, además de poder comer, cualquier cliente pueda reposar y, si lo desea, ducharse y dormir.
Enfocado principalmente al mundo del transporte, el negocio emplea a una treintena de trabajadores, seis más de los que necesitaría el dueño si prescindiera del turno de noche, que, además de las nóminas, conlleva otros gastos. «Luz, agua, maquinaria... Aquí la vida de una cafetera, o la de un lavavajillas, es mucho más corta que en cualquier otro lugar», afirma Alfonso, que construyó la instalación sobre «el 'baruco' de mis padres» y con la experiencia adquirida en la restauración madrileña, que le dio para ejercer como camarero en la Casa Real.
El hostelero asegura que, como tal, por sí solo, el servicio nocturno no es rentable. «No alcanza para cubrir los gastos necesarios para mantenerlo abierto». Pero es un recurso para publicitar el diurno al que no está dispuesto a renunciar. «Los transportistas son muy agradecidos», afirma. «Y si en algún momento, a las cinco de la madrugada, uno ha necesitado detenerse para tomarse un café, descansar o lavarse la cara y se ha sentido cómodo, es probable que otro día, a la hora de comer o cenar, tenga eso en cuenta y si le coge dentro de la ruta se detenga aquí».
Alfonso no sabría decir, ni siquiera aproximadamente, el número de clientes que su negocio recibe entre las doce de la noche, que es cuando comienza el servicio de continuidad, y las ocho de la mañana, que es cuando se termina. Pero sí el de camiones que van a caber juntos en la zona de aparcamiento del área de servicio Los Arcos en cuanto acometa la ampliación del recinto. 150. «Va a ser la mayor de todo el norte de España».
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