«La Neocueva fue un proceso ejemplar de colaboración»

José Joaquín Martínez Sieso tiene bien grabado en su mente el día de la inauguración de la Neocueva de Altamira. Cada paso que dio en su recorrido ese 17 de julio de 2001. Al ver la fotografía de uno de esos momentos, el que en aquel momento era presidente de Cantabria explica que «si tuviera que resumir la multitud de sentimientos y recuerdos de esa jornada, recurriría a tres palabras que puedan revelar la intensidad del momento: ilusión, satisfacción y gratitud».

Ilusión, argumenta, «porque inaugurábamos una 'construcción' de una extraordinaria calidad, que pretendía estar a la altura del 'tesoro' que la inspiraba. El continente, edificio proyectado por Juan Navarro Baldeweg, es insuperable por su concepción, estética, ubicación y adaptación al entorno; el contenido (la Neocueva, salas de exposiciones e investigación), también. Continente y contenido se refuerzan mutuamente en un discurso luminoso sobre la Prehistoria y el primer arte de la humanidad, constituyendo un singular referente a nivel internacional».

La satisfacción le llegó por «la culminación de un proceso ejemplar de colaboración entre muchas personas e instituciones, por encima de protagonismos, competencias y caracteres: ministerios de Cultura y Fomento, Gobierno de Cantabria, Ayuntamiento de Santillana, Fundación Botín, políticos y funcionarios, artistas y técnicos públicos y privados. No fue tarea sencilla, pues cada uno teníamos nuestra perspectiva y ritmo, pero el compromiso de estar a la altura del desafío que afrontábamos y el entusiasmo de los añorados José Antonio Lasheras y Emilio Botín, constituyeron poderosas palancas».

Y, finalmente, destaca la gratitud. «Era muy consciente de que estábamos en la inauguración de un proyecto excepcional para la conservación, investigación y divulgación de nuestro patrimonio artístico más valioso y de que muchas personas habían sido partícipes para que fuese una realidad, por lo que sentía una profunda gratitud hacia ellas. Quiero recordar las palabras de la reina Sofía ese día: 'Es el museo más bonito que he visto en el mundo'».

Cuando el deterioro del yacimiento de Altamira fue evidente, se construyó un museo y centro de interpretación: la Neocueva. La inauguraron los reyes, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, el 17 de julio. Durante la visita, que duró casi dos horas, tuvieron ocasión de ver con detenimiento las instalaciones, que calificaron de «excepcionales». Los monarcas no pudieron, por su apretada agenda, acceder a la cueva y pinturas originales. Hubo más de 60 representantes de los medios de comunicación.

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