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Esta vez el curso ha durado casi un mes más para los bachilleres decididos a continuar con su educación superior. Entre la convocatoria tardía de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) y las clases de repaso para prepararla, el curso ... se ha prolongado hasta la segunda semana de julio. Pero ya todos palpan el final: hoy comienzan las pruebas en Cantabria, y aprobarlas puede ser su billete para acceder a una universidad concreta, o inscribirse en esa escuela superior que les interesa.
Hay ganas, hay nervios, hay confianza y, de nuevo, cierta intranquilidad. «Lo llevo bastante bien, aunque tengo esos nervios inevitables. Pero cuando me ponga a escribir yo creo que se me pasarán», confía Helva Herrero Bernardo, 17 años, alumna del bachillerato de Ciencias en el IES Montesclaros, futura estudiante del Grado de Comunicación y Creación Audiovisual. Su meta, al menos de momento, es acabar especializándose en cine, narrativa y nuevos lenguajes.
mikel carrera, artes escénicas
Quizá copiar mal un enunciado, quizá confundirse con un signo matemático, o no tener tiempo para completa las preguntas, quizá... Los temores de Herrero y sus compañeras de instituto tienen que ver con este tipo de cosas. Todas han trabajado los temarios por su cuenta y también han asistido a las clases de repaso para practicar problemas y análisis sintácticos. Pero, ¿cómo serán las pruebas? ¿Habrá algún texto o ejercicio que no acaben de entender?
Junto con ellas, otros 3.000 alumnos se presentan entre hoy y el viernes a las pruebas de lo que antes se conocía como selectividad, que se celebran en 25 sedes, repartidas a su vez en 15 municipios. Un total de 445 personas velarán de forma directa por el correcto desarrollo de esta convocatoria de la EBAU, y todo para evitar aglomeraciones y desplazamientos innecesarios. También se ha diseñado un protocolo de prevención y seguridad muy preciso, que explica cómo moverse por los centros, cómo disfrutar de los descansos o cómo utilizar los aseos. La consejera Marina Lombó, que ayer supervisó el acondicionamiento de uno de los 'centros ebau', el IES Marqués de Santillana, en Torrelavega, cree que esta edición tan excepcional va a superarse con «éxito». Tranquilidad y suerte, les deseó a los estudiantes.
marta díez, ciencias
Los alumnos del IES Montesclaros reciben esta deslocalización de la EBAU como una gran noticia. Ya no tendrán que desplazarse de Reinosa a Santander o Torrelavega; podrán examinarse en aulas que conocen, circular por unos pasillos que les son familiares. El centro, que también absorbe a los bachilleres del Colegio San José, de Reinosa, dará cobertura a 73 estudiantes en sus instalaciones. Eso les da más tranquilidad. «Estamos más tranquilos en el instituto. Conocemos el camino, los sitios a los que ir, ya lo tenemos todo muy interiorizado», responde Virginia Rozas Gutiérrez, de 18 años, alumna del bachillerato de Ciencias, con idea y ganas firmes de estudiar Medicina. También tiene en mente las normas de prevención que ella y todos los convocados tendrán que cumplir para evitar situaciones de riesgo. «Sabemos que tenemos que estar con las mascarillas hasta sentarnos en las mesas de examen. Además, el centro está bien señalizado para que no haya problema ninguno», añade. Respetar una distancia física de 1,5 metros, practicar una higiene de manos constante y tratar de no compartir bolígrafos o material similar son otras de las directrices.
helva herrero, ciencias
Examinarse en el instituto «es como jugar en casa», ejemplifica Marta Diez Solórzano, futura estudiante de Psicología. Eso le da mucha seguridad. También se lo aporta el hecho de que los exámenes presenten más opcionalidad este año, y que los contenidos evaluables se acoten a lo visto en clase y no tanto a lo estudiado en el último trimestre a distancia al que obligó la crisis sanitaria. «Te da más tranquilidad. En Biología, por ejemplo, había mucho temario, y ahora, aunque sigue siendo bastante, todo esto nos ha ayudado. Y que podamos escoger entre más ejercicios también da seguridad», expresa Diez.
«Estoy nerviosa, pero también positiva. Confío en mí, pero también tengo nervios...». Al otro lado del teléfono, Maider Lavín Cachorro comenta sus sensaciones ante las pruebas, a veces contradictorias. Tras cursar un bachillerato tecnológico aspira a formarse como arquitecta, a especializarse, con toda probabilidad, en Diseño de Interiores. Antes, como sus compañeras, quiere lograr una buena nota.
También se ha preparado a fondo para ello Mikel Carrera, alumno del IES Leonardo Torres Quevedo, en Santander, aspirante a ingresar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Bilbao, que deja atrás un año decisivo, exigente y algo caótico. Está seguro, pero los nervios están ahí: «Nervioso siempre se está. Es un examen donde te lo juegas todo a una carta, donde tienes que plasmar lo que has estudiado durante el curso». Espera en cualquier caso tener éxito en la EBAU: «Es un examen importante para saber si tienes todos los conocimientos para entrar en la universidad», cuenta por teléfono.
maider lavín, ciencias
Para todos ha sido un año extraño, un curso partido en dos. «Muy diferente», añade Maider Lavín, que recuerda algunas semanas un borrón incierto. «Ha sido un año muy raro. Hemos tenido que adaptarnos a la situación», reflexiona su compañera Herrero, que agradece, al mismo tiempo, la implicación de sus profesores.
¿Y cómo se imaginan todos el próximo año, el primero de su periplo universitario? Ahora, más que imaginarlo, desean que sea un año normal. Lo resume Diez Solórzano: «Quiero que sea un año tranquilo. Teniendo ya en cuenta el nerviosismo que produce ir a la universidad en un lugar nuevo..., sólo espero que sea normal».
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