Ninguno de los 56 municipios cántabros en riesgo de despoblamiento logra salir de la lista

Eso por un lado, porque en los planes del Ejecutivo también hay otras medidas en marcha. Muchas. Pero es «pronto para conocer los resultados», reconoce Paula Fernández, consejera de Presidencia, Interior, Justicia y Acción Exterior. Aunque el impacto no sea todavía medible, lo que sí tiene claro es cuál es la clave para avanzar: acercar los servicios a la población. Y en ese punto coinciden también los alcaldes. «Es muy importante mejorarlos porque es lo que incentiva a la gente a quedarse», subraya Leoncio Carrascal, regidor de Arredondo. En este camino todavía quedan pasos por dar, pero reconoce que, al menos, ya han ido mejorando «poco a poco» con, por ejemplo, la llegada de internet y la mejora de las conexiones que permiten a la gente teletrabajar. Una modalidad por la que cada vez apuestan más algunas empresas tras la pandemia del covid y que muchos profesionales aprovechan para, precisamente, alejarse de la ciudad.

Y destaca otros puntos esenciales como contar con centro médico, farmacia y colegio. «Tenemos un aula gratuita a la que van 18 niños después del colegio y es un éxito total», añade. Salen de la escuela en Ramales y pasan otras dos horas allí en una clase. Pero no todo son buenas noticias porque, por encima de todo, el alcalde de Arredondo urge otra medida: reducir la burocracia para quienes quieran emprender en las zonas rurales. «Es fundamental. Una persona no puede estar un año con el papeleo», critica Carrascal, porque eso juega en contra de querer devolver vida a los pueblos.

Ese cambio de mentalidad que ha dejado la crisis sanitaria se percibe en algunas zonas rurales. «Hay gente que ha venido a su casa del pueblo, pero teletrabajar con estas condiciones es difícil», resume Rubén Ruiz, alcalde de Pesquera. Él habla también de la fibra óptica que, espera, llegue a lo largo del año que viene. Sin eso queda poco que hacer. El regidor admite que hay ayudas, sí, pero que «no resultan efectivas» porque el reto es «muy complicado». En su caso se suma la dificultad para encontrar una vivienda disponible dado que muchas casas son de familias que no residen allí. E insiste en que faltan incentivos para que la gente joven se quede: «Vienen, pero cuando empiezan a trabajar en Reinosa y se plantean formar una familia, se marchan», señala.

Aunque la dificultad de implementar medidas que funcionen desanima en algunos municipios, la lucha es conjunta y la consejera de Presidencia destaca lo que se ha avanzado en Cantabria. «Nos piden medidas y nos ponen de ejemplo en otras comunidades autónomas», destaca. Hasta ahora el Gobierno ha dibujado un mapa de los 39 municipios que están en riesgo severo y ha creado un Consejo Asesor como órgano colegiado para evaluar el avance de la estrategia. Y ya hay algún dato. En su informe de 2022 se recoge que la densidad de habitantes ha subido un 0,63% en 22 localidades donde se han puesto en marcha iniciativas como la gratuidad del transporte escolar para los distintos ciclos formativos y la enseñanza no reglada. Una «discriminación positiva que está resultando», señala Fernández.

Y es que «la clave está en los servicios», insiste, para que la población tenga las mismas facilidades que quienes viven en las ciudades. Los vecinos quieren residir en los pueblos, pero «tienen que estar bien comunicados». Más pasos: colocar puntos de recarga de coches eléctricos y la salida a consulta pública del anteproyecto de Ley de Reto Demográfico.

Los objetivos del Ejecutivo son ambiciosos, pero surgen dudas sobre la eficacia, un punto que podrá medirse en los próximos meses gracias a una aplicación de la Universidad de Cantabria (UC) denominada 'Gemelos digitales'. Con este estudio «se van a analizar y ver si realmente están sirviendo para fijar población», explica la consejera. No solo eso, además permitirá hacer simulaciones «para conocer cómo funcionarán» antes incluso de poner en marcha medidas desde el punto de vista demográfico, geográfico y socioeconómico.