![«Los niños cántabros están peor tratados que nunca debido a la falta de psiquiatras»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/09/08/87046612-kHeH--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Los trastornos de salud mental en los menores se han disparado, dejando en evidencia la falta de recursos en la sanidad pública para atender una demanda que no deja de crecer. En este ámbito, «los niños están peor atendidos que nunca», reconoce Jana González ... Gómez, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Santander, que el 28 de septiembre participará en una jornada dedicada a la 'Ansiedad y depresión en el niño y el adolescente', organizada por la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria, con el objetivo de reforzar la prevención y los protocolos para detectar las primeras señales de alarma.
-¿Cómo se explica el pico de casos de trastornos en menores a raíz de la pandemia?
-Desde 2010 distintas investigaciones a nivel mundial detectan un progresivo aumento, pero desde 2020, a consecuencia de la pandemia, se registró un reporte mayor, que llegó a duplicar los casos de problemas de salud mental en niños y adolescentes, especialmente depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria e ideación suicida. Esto se debe tanto a las semanas de confinamiento como a todo el período posterior de restricciones, de vuelta a las rutinas, la reexposición social o al incremento de relaciones virtuales.
-¿El confinamiento afectó más a los menores que a los adultos?
-Los niños y adolescentes, especialmente del sexo femenino, fueron los más afectados, tanto por el aumento de las patologías como por una insuficiente atención sanitaria, debido a que no estábamos preparados para este enorme incremento de los problemas mentales. La lectura personal que hago es que la pandemia contribuyó a que estallara una bola de nieve que ya se estaba gestando: se trata del aumento de la demanda y la escasez de los recursos. Por ejemplo, una de las causas que contribuye al peor pronóstico, es la demora del tiempo de asistencia. En nuestra área de salud hemos pasado de poder citar a un menor en dos o tres semanas a una lista de espera de seis meses. Entre otros motivos esto se debe a la falta de psiquiatras infantiles y lo digo con todo el dolor que supone para un médico no poder brindar una asistencia de calidad, con citas cada vez más espaciadas y de menos tiempo de duración.
-¿Un buen entorno familiar garantiza la salud mental?
-Nada está garantizado. Hay datos muy reveladores: la prevalencia de los trastornos de salud mental está en torno al 20% de los niños y jóvenes. Y cabe recordar que el suicidio es la segunda causa de muerte en los adolescentes. Los trastornos mentales nunca tienen una sola causa, su origen es multifactorial y además de un entorno favorecedor todos tenemos un componente genético que nos puede hacer más o menos vulnerables a la enfermedad mental. Pero está demostrado que los acontecimientos que llamamos estresantes pueden ser el detonante, entre ellos los más habituales pueden ser bullying, separación tormentosa de los padres, fallecimientos, abusos...
-¿Fallamos en la prevención en los colegios o en las familias?
-La prevención es fundamental para disminuir el número de casos y mejorar el pronóstico. El 50% de las enfermedades de salud mental que padeceremos en la vida empiezan antes de los 14 años y el 80% tienen su origen antes de los 18. Los psiquiatras de Infanto-Juvenil estamos preocupados por el aumento que vemos en las consultas de jóvenes con ideas de suicidio y con altos niveles de estrés. Tratamos de transmitir a las familias y entornos escolares o deportivos la necesidad de hablar de las emociones sin miedo.
-¿Las redes sociales han generado nuevas patologías?
- Sin duda la sobreexposición a las pantallas y las relaciones mediante redes sociales contribuyen al aumento de trastornos del sueño, ansiedad o depresión de los menores, también se relacionan con el aumento de autolesiones, trastornos de alimentación o ideas suicidas debido a la presión que sienten ante las críticas públicas en las redes, la necesidad de estar conectados, ciberbullying. Las redes sociales empeoran en general la salud mental de los menores.
-¿Los trastornos más frecuentes?
-En los primeros años vemos miedos a la separación, trastornos del desarrollo, trastornos de déficit de atención e hiperactividad, mientras que las patologías de inicio en la adolescencia son la depresión mayor, TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y TCA (relacionados con la autopercepción y la distorsión de la imagen). Los trastornos conductuales, si no reciben tratamiento, tienden a persistir en la edad adulta en forma de abuso de drogas, conducta antisocial, etc.
-¿Cómo pueden los pediatras detectar signos de alarma?
-En la jornada será uno de los puntos a tratar. Un protocolo sencillo para detectar indicadores que podrían ser signos de alarma. La identificación de estos y el tratamiento precoz mejora el pronóstico. Los pediatras conocen bien a sus pacientes y mediante algunas preguntas pueden detectar si se ha producido un cambio brusco de comportamiento, pérdida de peso, cambio en el ciclo de sueño, bajón en el rendimiento académico... signos de alarma que pueden esconder detrás ansiedad o depresión. Quiero destacar el papel de detección que se realiza desde los centros escolares.
-¿Qué es lo más preocupante ahora mismo para los psiquiatras?
-La escasez de contrataciones de profesionales que formamos los equipos: psicólogos, psiquiatras, enfermeras y auxiliares. Esto ha conllevado una disminución importante de la calidad: los menores están hoy peor tratados que nunca. Además de la vergonzosa lista de espera, nos vemos obligados a atenderlos menos minutos y cada varias semanas. En el área de Santander no ha sido posible cubrir jubilaciones ni bajas. A pesar del esfuerzo de los profesionales, no logramos cubrir las necesidades. Agradezco el interés de los pediatras con estas jornadas, ya que en Atención Primaria también están acusando este incremento y su trabajo es fundamental en la detección precoz y el tratamiento.
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