La noche del sábado dejó 32 denuncias por botellón y otras 90 por no utilizar la mascarilla

Números. En Santander, la Policía Local interpuso 29 denuncias por botellón a lo largo de la noche del sábado (el fin de semana pasado fueron 120). Por no llevar la mascarilla, 59. No hubo multas al ocio nocturno porque los negocios cumplieron con la norma de cerrar a las dos de la mañana sin incidencias. Pero sí se denunció a dos locales por molestias. En la capital, los agentes esperan a la hora y comienzan a despejar la zona para intentar que la gente no se queda en la calle. En este sentido, el concejal de Personal y Protección Ciudadana, Pedro Nalda, destaca «la labor preventiva y presencial que están haciendo los agentes en la ciudad». Un despliegue que se ha intensificado en las últimas semanas, con refuerzos en la zona de Cañadío y el ensanche. Con todo, se han repetido escenas de amplios grupos de jóvenes, tal y como han recogido vecinos y hosteleros en distintas grabaciones en vídeo.

En Torrelavega, los locales también cumplieron el horario, aunque fue necesario intervenir en dos por exceso de aforo. Además, la Policía disolvió cuatro botellones y, a partir de las 02.30 horas, tuvieron que desalojar a la gente que se quedó pululando por los soportales. En cuanto a las mascarillas, ocho propuestas de sanción, todas a gente joven.

La noche del sábado también dejó en Laredo daños en el mobiliario urbano, concretamente en una marquesina localizada junto a las instalaciones de la Agencia Tributaria. En cuanto a las denuncias, la Policía Local formalizó otras ocho por no usar mascarilla, también a jóvenes. Allí han hecho un «especial seguimiento a las zonas de concentración de botellón», resume Juanjo Revuelta, concejal de Seguridad Ciudadana. Aunque sí disolvieron algún grupo, no se interpuso ninguna denuncia en este sentido.

La situación fue similar en Comillas. En la noche del sábado hubo tres denuncias por botellón, pero ninguna por no hacer uso de la mascarilla (el viernes hubo más multas, concretamente quince). Además, se detectaron también varias reuniones de chavales para beber en las zonas habituales.

En Castro contaban con un primer fin de semana de agosto «fuerte», con una alta afluencia de visitantes. Los agentes -relatan- esperaban toparse con botellones y otras incidencias. Sin embargo, según el relato de Juan Antonio Arizmendi, subinspector de la Policía Local, «la norma del cierre ha funcionado bastante bien». Los establecimientos se adaptaron y no fue necesario llamar la atención a ninguno. Y tampoco hizo falta disolver ningún macrobotellón (ellos no los detectaron). Sí que recibieron un par de avisos e intervinieron en alguna reunión en viviendas y en lonjas de chavales. Entre el viernes y el sábado, además, pusieron quince denuncias por no llevar la mascarilla puesta -y tres por romper papeleras-.

En Reinosa, por su parte, aseguran que llevan varias semanas sin incidencias. Por eso el alcalde, José Miguel Barrio, quiere «agradecer la colaboración ciudadana, que es total», subraya.

A estos datos hay que sumar los de las intervenciones de la Guardia Civil, que no se hicieron públicos ayer.