Las noches más cálidas en un octubre

Los datos los confirman desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Ponen esa noche como ejemplo. Estación de Santander, 26,3 grados a las dos, 26,4 a las cinco y 26,2 a las ocho. Mínimas más altas (la mínima en la capital fue de 24,3). «Que las temperaturas nocturnas sean valores tan altos sí que es probable que sea motivo de récord», reconoce el delegado territorial, José Luis Arteche. Las máximas generales en las últimas semanas también son llamativas, pero no tanto. Todos los días salvo uno en lo que va de mes han estado por encima del valor promedio de máximas en octubre (es 20,3 y ha habido días de 29,9), pero –en una estación como la del aeropuerto (que permite comparaciones largas porque recoge datos desde hace muchos años)– el 3 de octubre de 1983 se alcanzaron 33,2 grados. Muy caruloso, pero no el más caluroso.

«Calor y falta de agua», resume Arteche. Y viento. Mucho. Una combinación muy favorable para avivar los incendios que algunos se empeñan en provocar en Cantabria estos días. Si se toman como referencia los días con viento «más o menos del sur» con velocidades superiores a 30 kilómetros por hora, lo que va de octubre suma once. Son bastantes, aunque en años como 2005 (19), 1988 (18) o 1987 (15) se superó esa cifra. Eso sí, si de aquí a final de mes sigue soplando sí que este octubre estaría entre los cinco con más días seguidos de viento (llegaría a quince).

28,2marcó este viernes el termómetro en Castro Urdiales. Otro día en Cantabria de viento, seco y caluroso.

¿A qué se debe lo que está pasando? Hay un «dorsal de bloqueo». Nombre técnico. Para entenderlo, Arteche pone un ejemplo: «Es como si fuera un frontón». Las borrascas, que no son pocas, que llegan desde Estados Unidos o Finlandia «se acercan como mucho a Galicia, pero no pasan de ahí». No avanzan, rebotan en esa zona y «sólo ofrecen el lado delantero, en forma de viento sur o, más bien, suroeste». Es lo que nos llega. Aquí, en todo caso, eso se traduce en el comentario general de la surada, que «sople más o sople menos, deja un tiempo cálido y seco, especialmente en la zona de costa, mucho más que en el interior».

«La situación va a continuar», comentaba este viernes Arteche. Con un paréntesis el domingo (ahí sí se espera una bajada considerable de las temperaturas, con valores de entre 16 y 20 en Santander, por ejemplo) y llevando su predicción al conjunto del puente. Hasta el martes. «Este domingo sí que está previsto que un pequeño frente deje un poco de agua. Lloverá, aunque no sea mucho, por la mañana y durante una parte del día. Ese agua vendrá bien para los incendios». O sea, pocos cambios para hoy, el lunes e incluso el martes (aunque los termómetros no llegarán a valores tan altos como en lo que va de semana). A partir de ahí, señala el experto, sí que los modelos señalan algunos días más de lluvia. «Sí que la semana que viene puede haber más precipitaciones (en jornadas como la del miércoles, jueves o viernes), pero tampoco será un cambio radical de la situación, no es que se esté dando la entrada de una 'invernada'», anuncia.

Este viernes, para hacerse una idea, en Castro Urdiales se alcanzaron los 28,2 grados y en Bárcena de Cicero, 28,1 (la máxima en el aeropuerto de Santander era de 27,1). En cuanto al viento, hasta las tres de la tarde (y más allá de los valores más llamativos en Alto Campoo), se registraron rachas de 76 kilómetros por hora en Tresviso, de 75 en Reinosa, 72 en Santillana del Mar y 71 en Castro Urdiales. Sólo en la estación de Alto Campoo hasta esa hora se había recogido algo de precipitación (y era algo mínimo). Fue otro día, por tanto, ventoso, seco (también se nota en los campos) y caluroso. Con noviembre a la vuelta de la esquina.