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Una Nochevieja segura

Una Nochevieja segura

Rostros conocidos de distintos ámbitos profesionales de Cantabria cuentan a El Diario Montañés cómo el covid les ha obligado a cambiar los planes para celebrar la última cena del año, limitada a seis comensales

Ana Gil Zaratiegui

Santander

Jueves, 31 de diciembre 2020, 07:05

Enrique Conde - Presidente en CEOE-CEPYME

«Con el toque de queda, después de las uvas saldremos corriendo»

Enrique Conde y su hija Daniela, con el árbol navideño.

Lejos quedan las celebraciones de Enrique Conde con 14 familiares en la casa de su suegra en Escobedo de Camargo. El presidente de la Confederación de Empresarios de Cantabria despedirá la última noche del año con su mujer, sus hijos, su cuñada y su suegra, todos ellos del mismo círculo.

Además, con el cambio de última de hora de diez a seis comensales, uno de sus cuñados no cenará con ellos: «Es un poco absurda esta norma a última hora, pero tenemos que hacer caso a las autoridades sanitarias», explica. Tampoco habrá tiempo para los tradicionales juegos de mesa, cartas y bingo en familia: «No lo haremos porque hay que tomarse las uvas y salir corriendo, no nos da tiempo». Su cena será parecida « a la de un día normal», pero con detalles navideños: «Es un año triste, pierde un poco ese día especial y da la sensación de que es un día cualquiera», detalla.

Cuenta que el día de Nochebuena la familia al completo hizo una videollamada, incluso con sus cuñados que viven en Australia, y no han podido volver por el covid, para estar juntos. Cree que esta noche se podrá repetir la quedada virtual, pero asegura que «es todo muy espontáneo» y que el único plan seguro que tienen es tomar las uvas e irse a dormir «pronto». Quedan descartadas también las habituales «charletas» hasta las tres de la mañana «sin ninguna prisa».

Enrique le pide al año nuevo unidad y humildad para «remontar entre todos juntos» y que aquellos sectores más afectados puedan retomar su actividad y dejar atrás esta «pandemia sanitaria y económica».

Rita de la Plaza - Farmacéutica y Presidenta COF

«Etiquetaremos las copas con los nombres y no habrá contacto»

La farmacéutica Rita de la Plaza, con los adornos de su domicilio

A Rita de la Plaza esta Nochevieja le genera «sentimientos encontrados». Se muestra agradecida, pero no puede dejar de recordar con tristeza las «ausencias, pérdidas y compañeros que el covid se ha llevado por delante». Este año no verá a sus 17 primos ni al resto de su familia con los que se reunía en estas fechas en Argoños. Antes, este tipo de celebraciones servía para pasar tiempo en familia, que a veces resultaba complicado por la rutina del trabajo, las salidas de sus hijos adolescentes y los viajes de su marido. Ahora afronta esta noche como «una más»: «La pandemia ha hecho que nos veamos a todas horas y llevamos ocho meses cenando prácticamente todos los días juntos. Será una cena más».

Eso sí, no faltarán las medidas de seguridad que llevan tomando estos últimos meses: etiquetarán las copas con sus nombres para evitar confusiones, utilizarán una mesa más grande y respetarán las distancias: «Nada de besos, ni abrazos y muchos menos entre los niños y mi madre, no habrá contacto físico».

La familia ha pasado varias Nocheviejas fuera de casa, ya que aprovechaban para viajar por España o el extranjero en busca de nieve para esquiar o «un poco de sol». El menú sobre la mesa será el tradicional: embutidos, langostinos, crema de marisco y pescado al horno.

Como farmacéutica, afronta con «muchas esperanzas y optimismo» el 2021, aunque reconoce que «será un año difícil». Está deseando «que todo esto acabe» y confía en la suma de esfuerzos de todos los países y en la vacuna para «dejar atrás todo cuanto antes».

Nacho Solana - Chef

«El menú une la cocina riojana y la cántabra»

Nacho Solana y Noelia Hermosilla

El chef Nacho Solana celebrará la Nochevieja en Cenicero (La Rioja) con su familia política. Allí pasará unos días hasta Reyes, ya que su restaurante permanece cerrado, con su pareja; Noelia, su suegra, el hermano de su pareja y la mujer de este. Así que aunque normalmente se reúnen hasta once personas, este año serán cinco en la mesa para despedir el último día del año.

Eso sí, el menú estará de lo más cuidado con «lo mejor» de la cocina cántabra y riojana. «A mi suegra le gusta cocinar, pero claro, yo también tengo que preparar algo», cuenta entre risas.

En la mesa habrá anchoas, espárragos de La Rioja aliñados, picoteo variado, mariscos, langostinos, cordero asado y una sopa de pescado, especialidad del cocinero:«Es un plato muy humilde, pero les gusta mucho», explica el estrella Michelin.

Extremará las precauciones, sobre todo las horas previas a la cena y pasará el mayor tiempo posible al aire libre e intentará «mezclarse» lo menos posible porque es consciente de que la situación «es muy delicada». Le gusta celebrar y disfrutar, pero este año «habrá que cambiar los hábitos» y tomarán un vino en alguna terraza, lo más separados posible y con «mucho cuidado».

Habrá cambios en este año «tan raro», pero no faltaran los juegos de mesa, un clásico para la familia. A Nacho le gusta compartir, los 31 de diciembre, en redes sociales los lugares que ha conocido, sus mejores recuerdos y los platos que ha cocinado a lo largo del año, pero este 2020 no se siente «motivado» porque «no ha sido ni un año bonito ni productivo» y está deseando «pasar página».

Esta noche tomará las uvas y brindará para «poder recuperar el tiempo perdido» y volver a la vida normal, que «ya hace falta». Se muestra optimista en que la situación mejore y pueda trabajar «lo máximo posible» en los próximos meses.

Jesús Ezquerra - Ciclista del Burgos BH

«Hay que ser coherentes, sólo estaremos los cuatro de casa»

Jesús Ezquerra, con Soraya Puente, su pareja.

Como todas las Nocheviejas, el ciclista Jesús Ezquerra celebrará la última cena del año en su casa en Treto. Pero habrá cambios, hoy no se desplazarán sus tíos y primos, como en años anteriores, para reunirse hasta diez comensales. Sólo tomará las uvas con su madre, su padre y su abuelo: «Hay que ser coherente con lo que está pasando, sobre todo por mi abuelo, que ya es mayor», explica el del Burgos BH.

Intentarán disfrutar de esta noche tan «atípica» con una cena especial, pero sin las habituales grandes cantidades de comida que antes «sobraban para comer varios días». Tampoco habrá la tradicional sobremesa en familia porque «los cuatro de casa ya nos hemos contado todo», ni la habitual quedada con amigos después de las uvas para celebrar la noche por todo lo alto. Como él mismo dice, «la temporada sigue el día 2 de enero porque el día uno no existe en el calendario, es un día perdido».

Todos los años Jesús intenta alargar un poco el entrenamiento del último día del año para compensar el día siguiente para descansar. Este año no será así porque no habrá copas ni fiesta. Esta tarde entrenará y mañana quedará con «los amigos de la bici» para tomar un chocolate con churros antes de la comida de Año Nuevo.

Le gustaría empezar el año «olvidando todo lo anterior para comenzar de cero». Se siente agradecido por poder despedir el año con sus seres queridos sanos y se muestra esperanzado para poder recuperar el «tiempo perdido» con la llegada de la vacuna: «Yo soy afortunado, pero lo que me da pena son todas las pérdidas de este año».

Esperanza Botella - Presidenta Unicef Cantabria

«Siempre nos reunimos 35 y hoy cenaremos mi hijo y yo»

Esperanza Botella, en su casa junto a los adornos navideños.

La casa de Esperanza Botella se convierte cada Nochevieja en una auténtica «festín familiar» con 35 comensales entre hijos, hermanos, nietos y sobrinos. Acuden desde todo los puntos de España y del extranjero para despedir el año entre villancicos, bailes y regalos para los más pequeños. Recuerda con alegría los turnos para poder dar de comer a los bebés y a los niños «de todas la edades», para después cenar y tomar las uvas juntos.

También el juego que repite cada año con los niños, a los que deja un regalo «bobo» para que cada uno elija uno de los paquetitos y se lleve un detalle a casa. Hoy la estampa será mucho más diferente, ya que solo cenarán en su casa ella y su hijo: «Será como una cena más, pero con un mantel y una cubertería bonitos, cuidado un poco más los detalles», cuenta. Entre risas, explica que esta noche tomarán las uvas y se irán a dormir a las doce y diez de la noche.

Confía en poder recuperar la tradición familia y sobre todo, en que pase pronto «esta situación absurda» que nunca creería que fuese a vivir: «Yo soy una señora mayor, pero muy activa y este año prácticamente ni me he movido de casa».

Como presidenta de Unicef Cantabria no puede evitar acordarse del sufrimiento y las muertes que ocurren en todo el mundo, sobre todo en los países de Iberoamérica o África:«Suena casi ridículo. pero mi pequeño gesto de solidaridad consiste en no hacer ningún exceso y pasar el día con la mayor tranquilidad posible». Pone de manifiesto su recuerdo a los «marginados, emigrantes, refugiados y niñas y niños de todo el mundo».

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