El nombre que hay detrás de un candidato

Esto no es una película –o serie– americana. Nada que ver con 'Los idus de marzo' –o 'House of Cards'–, por ejemplo. De hecho, la figura del jefe de campaña como tal no siempre está presente a la sombra de los candidatos al Congreso de una comunidad autónoma pequeña como Cantabria. Pero sí que hay un personaje equivalente y un equipo de colaboradores que estos días llenan las agendas de reuniones y compromisos. «Aquí todos hacemos de todo», repiten desde los seis partidos con representación o con opciones –según las encuestas–. En eso coinciden. De fijar la estrategia para que el mensaje que se quiere hacer llegar al votante cale cada día a tirar de cajas de folletos para repartir por un pueblo.

Son, además, unas elecciones distintas. Estiradas en el tiempo. Hasta los partidos con más experiencia en campañas anteriores reconocen que su infraestructura está preparada para unos comicios. O sea, para una única carrera electoral, limitada en el calendario. Pero esta vez son varias seguidas (generales, europeas, autonómicas y municipales). Un maratón que les va a poner a prueba. Serán jefes de campaña y también corredores de fondo. «Estos días están siendo frenéticos para todos. Un no parar».

Los populares tienen claro que su estrategia se basa en hacer calar su mensaje. «O Pedro Sánchez y sus socios o Pablo Casado y el Partido Popular». Es lo primero que explica María José González Revuelta (Quintana de Toranzo, 1972), secretaria general del partido en la región y coordinadora de campaña. Cada día reúnen un equipo de «unas diez personas» entre candidatos, ella como coordinadora y la gente de prensa. Intentan «trabajar a una semana vista», además de ver lo que surge a diario. Es planificación. Ruedas de prensa, actos sectoriales, visitas a colectivos, tarea de calle, reparto de folletos en los puestos... «Y actos que se mezclan, por ejemplo, con la visita un día de un dirigente nacional». También los mensajes, adaptando «en cascada» lo que se lanza a nivel nacional y combinándolo con las cuestiones «más internas». Forman equipos de trabajo y se distribuyen por el mapa. Y esos equipos siempre graban un vídeo para las redes sociales. Es –lo dicen todos los partidos– un aspecto clave «para que los mensajes lleguen a un mayor número de personas». «A un mitin van tus fieles, tu gente. Pero las redes sociales te permiten llegar a más públicos». González Revuelta desmitifica las postales de película. «El candidato tira de teléfono y llama al alcalde o al concejal para que le ayude a organizar una visita a su municipio y aquí en la sede todos hacen de todo. No hay una infraestructura gigantesca, los recursos están limitados y muy controlados». Toda esa maquinaria se pone a prueba, además, en una cita triple ante las urnas como la de este año. Un examen «porque la infraestructura está preparada para algo normal, no excepcional como esta vez».

Cuando en el PRC aprobaron en enero la composición de su Comité Electoral no había ni fecha para las generales (ni la certeza de que ellos fueran a concurrir). «Ese Comité es el mismo para estas elecciones». Lo explica su coordinadora, la periodista Mercedes Larumbe (Torrelavega, 1968). En el grupo hay nombres como los de Rafael de la Sierra, Paula Fernández o Pedro Hernando, entre otros. La campaña de los regionalistas tiene un matiz interesante. Distintivo. «Todos los partidos tienen a diario en los medios los mensajes de sus líderes nacionales. Eso –ellos que son un partido regionalista– lo suplimos con el boca-oreja y requiere un mayor esfuerzo de movilización». Y esa idea está en el eje de su campaña. «Las ideas-fuerza que justifican nuestra concurrencia. Organizamos actos muy vinculados a los mensajes y hacemos una campaña intensa en los municipios implicando mucho a nuestros alcaldes y a los que serán candidatos en las municipales. Hay mucha comunicación con ellos y estimulamos mucho esa comunicación». Porque en estas elecciones y en las que le seguirán un mes después está «todo muy mezclado». Una carrera de fondo. «Esta es una larguísima campaña y otros tienen ese liderazgo nacional, mientras que nosotros somos siempre los mismos y lo suplimos con una mayor movilización en la calle (además del tirón televisivo del propio Revilla)». Por eso, relata Larumbe, son «días de trabajo especialmente intensos». «Tienes que estar pendiente de cada detalle. Desde la confirmación de los invitados para un acto a ver el orden en el que se sientan o la comunicación con los medios. Son días extenuantes».

Es la secretaria de Organización del PSOE en Cantabria y la coordinadora general del Comité Electoral del partido. «Estos días lo llevamos de locura», resume Noelia Cobo (Solórzano, 1972). Ese comité, elegido hace tiempo, ha tenido mucha tarea hasta llegar a la campaña. El proceso de elección de candidatos, la organización de los equipos encargados de comunicación, estrategia, programación de actos, movilización... «O los que se encargan en concreto de todo lo que tiene que ver con el 'día D'». Y ahora siguen. Hay un «comité básico» de cinco personas y un equipo humano de unas treinta entre «militantes, simpatizantes, voluntarios...». Se organiza la agenda semanal de los candidatos y, en paralelo, se suceden también las reuniones en el Comité Federal del partido. O sea, una tarea interna, con los de casa, y otra para coordinar las visitas de ministros y altos cargos del PSOE a la región. O del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ejemplo. «Una vez cerrada la fecha de la visita, se trabaja en el lugar, se gestionan todos los permisos y lo siguiente es ya la labor de movilización entre los militantes y trasladar después esa labor sobre la visita a toda la sociedad». La misión del equipo de activistas. Cobo insiste mucho en la idea de «movilización», «el gran reto». Y, también lejos de los tópicos de película en cuanto a la campaña y los preparativos, se queda de estos días con la parte «humana y con el contacto con todo el mundo». «Es motivador preparar una campaña electoral y ver la sede del partido llena de compañeros y compañeras que ayudan y prestan su tiempo para conseguir ese objetivo de la movilización».

Hace cosa de un mes ya prepararon una estrategia de comunicación para estos días, «y se va ajustando esa línea comunicativa a la actualidad». A lo que va ocurriendo. En Unidas Podemos no hay jefe de campaña como cargo específico y el trabajo se hace de manera colegiada. La que lo explica es Rebeca Tombelle (Palencia, 1977), del área legal del partido en Cantabria y representante de las candidaturas ante las Juntas Electorales. «No hay dos días iguales», repite en varias ocasiones. Trabajan, por un lado, en «la maquinaria electoral» con los responsables de cada zona, apoderados... Tenerlo todo listo. Y, por otro, con los voluntarios que tratan de llegar a todos los sitios posibles «recopilando ideas para convertir en actos durante la campaña». En las últimas semanas se han reunido «virtualmente» cada mañana –el órgano colegiado que dirige ahora el partido se citaba cada viernes de forma presencial– para organizar la comunicación, el calendario y trabajar en el argumentario. Eso, un argumentario, «un documento» con la línea política de estos últimos años y el programa, se pone a disposición de los candidatos como base de datos para ayudarles a preparar sus intervenciones. Una herramienta que pueden consultar. «Cada candidato hace sus discursos porque ahí se refleja quién es cada uno y se cree lo que está diciendo». Dice que ellos son «gente corriente haciendo política» y que el trabajo de estos días está «más pegado a la tierra» que los tópicos que normalmente se asocian a las campañas. «Son días frenéticos. Tienes una lista gigantesca de tareas y, al final del día, con suerte, has resuelto un par de ellas aunque no has parado de hacer cosas».

La primera reunión es sobre las ocho de la mañana. Revisan prensa, repasan la agenda de encuentros con los medios, las reuniones con colectivos... Y trabajan en los mensajes que quieren transmitir. «Son unas elecciones nacionales e intentamos seguir la línea nacional trasladándolo a nuestra comunidad. Determinados días potencias determinados mensajes porque si lo haces de manera dispersa o muy puntual, no cala», explica Diego Marañón (Torrelavega, 1989). Es secretario de Acción Institucional, asesor en el Grupo Parlamentario y responsable de Jóvenes Ciudadanos, además de coordinador de campaña. Para los discursos, por ejemplo, plantean un esquema, una estructura, que Rubén Gómez se ocupa de completar con su propio estilo. Y de ese texto final se hace una «lectura compartida» sobre la que discuten matices. Cuenta que, por la tarde, organizan los cafés ciudadanos o encuentros con afiliados en los municipios abiertos a todos. Y aún queda una última reunión diaria en la que hacen balance y preparan el día siguiente. Se organizan con dos grupos de trabajo, uno más reducido con el candidato, la responsable de comunicación y él mismo (a los que en ocasiones se une también Félix Álvarez) y otro más amplio de unas doce personas con los encargados de áreas como logística, finanzas, movilización... «No es como una película americana. Nada que ver. Es todo más modesto, pero intentamos hacerlo de la manera más profesional posible. Y todos hacemos de todo». Tanto, que Marañón confiesa que, al acabar la jornada –que es larga–, le gusta salir con los compañeros de partido «a pegar carteles por Torrelavega».

Ella explica que son «un partido joven, sin muchos medios» y que en las últimas citas, aunque se presentaron, la movilización fue mucho menor. De hecho, la «figura del jefe de campaña provincial no existe». «Llevo cinco años en el partido y en este tiempo he buscado espacios para los mítines, para reunirnos con simpatizantes... Me he encargado de ese tipo de acciones, que antes no eran tan ruidosas, pero ahora son más notorias. También en redes sociales, porque no éramos de gran interés para los medios. Por esa experiencia en estos años me encargo ahora de eso y hago de nexo entre los candidatos y los afiliados», cuenta Laly García (Madrid, 1975), que es vicepresidenta de Vox en Cantabria (fue la presidenta durante algo más de tres años). Esa tarea se compagina estos días con el trabajo en la sede. «Es un continuo movimiento porque hemos pasado de doscientos a casi setecientos afiliados entre diciembre y abril y hay que darle forma a todo esto». Asegura que siguen «el mismo cauce» que el partido a nivel nacional en cuanto a estrategias. «Decimos lo mismo en Cantabria, Cataluña o Vizcaya». Y han empezado a acudir a los medios. En ese sentido, en las últimas semanas se ocuparon también de «generar un programa local dentro de las pautas nacionales y con las propuestas previas que teníamos y hemos ido desarrollando». Eso y los detalles de una campaña en la que debutan 'en grande'. Mirar un autobús para rotularlo y que recorra la región, concretar puntos de encuentro, organizar mesas informativas para los fines de semana, la pega de carteles, el reparto de folletos... «Estamos trabajando en todo eso».