La nueva cara del centro cívico Meteorológico

El pulso de la ciudad de Santander va recobrando su estabilidad poco a poco. Tras el parón debido al confinamiento establecido por el estado de alarma, se recuperan proyectos, como el de la rehabilitación del centro cívico Meteorológico. Según informó el Concejal de Fomento, César Díaz, el final de las obras, iniciadas en octubre pasado, está a punto y se espera que puedan estar concluidas según lo previsto, para finales de este mes de mayo.

Antes de que comenzaran los trabajos de rehabilitación integrales del edificio, de 581 metros cuadrados, situado en General Dávila, la que fue base del Centro Meteorológico era la sede de nueve asociaciones, que fueron reubicadas en otras dependencias municipales, a la espera de que vuelva a abrir sus puertas.

En sus dependencias, sus más de 1.200 usuarios desarrollaban talleres de dibujo, pintura, manualidades, restauración de madera y decoración, cursos de informática para niños y adultos, gimnasia de mantenimiento, estiramientos y relajación, y actividades para ejercitar la memoria. Según explicó Díaz, con la modernización de las instalaciones, que han sido adaptadas a las necesidades actuales, se conseguirá un mejor aprovechamiento de los espacios y se optimizará su uso, «permitiendo así incorporar nuevas actividades».

En esta rehabilitación integral, que cuenta con un presupuesto de 550.000 euros y de cuyas obras se encarga la empresa Palomera, incluye la renovación de todas las instalaciones (electricidad, informática, telecomunicaciones, fontanería, calefacción…) y actuaciones que contribuirán a aumentar la eficiencia energética del edificio, con la ejecución de una fachada ventilada y trabajos de aislamiento térmico y acústico, como especificó el edil.

Igualmente, se han cambiado las carpinterías interiores y exteriores (puertas, ventanas…), dotando a las instalaciones de doble acristalamiento. Las instalaciones de calefacción se han renovado y se ha optimizado la accesibilidad, tanto en lo que se refiere al acceso y la circulación por el edificio, como a los servicios de telecomunicación, audiovisuales y de información.

En cuanto a la parte exterior, se ha restaurado la barandilla metálica de forja del jardín, se reconfiguraron los parterres, se han plantado arbustos y vegetación, además de instalar tres bancos.

Por otra parte, Díaz explicó que se han hecho transitables las dos cubiertas del edificio, completándose el proyecto con la dotación de nuevo mobiliario para las instalaciones.

La planta baja está distribuida con espacios comunes y más grandes, donde se ubicará un aula de informática, otra de lectura y zonas estanciales, mientras que la primera planta estará destinada a las nueve entidades que tienen su sede en el centro.

La segunda planta albergará aulas donde se desarrollarán talleres y actividades, y por último la cubierta transitable, «donde se podrá disfrutar de unas vistas maravillosas a la bahía y a Peña Cabarga, así como realizar diversos eventos», aseguró Díaz.

Tan sólo quedan algunos remates para que el centro cívico vuelva a abrir sus puertas a finales de este mes, como la colocación de una parte del mobiliario, pintar las barandillas exteriores, rematar del mostrador de entrada o la colocación de plantaciones en el jardín trasero, además de las barras y espejos en los baños.

El edificio cuenta con una superficie útil de 581 metros cuadrados y una superficie construida de 733 metros. «Disponemos de quince centros cívicos en la ciudad como lugar de encuentro y de reunión de los vecinos. Para ello trabajamos en dos líneas de actuación: mantener los existentes en perfecto estado y generar otros nuevos, donde se realizan más de 300 actividades al año, en las que participan 40.000 santanderinos», resaltó César Díaz.