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«Nacho ha hecho hoy lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo», comentaban este martes algunos de los dirigentes que apoyaron hace diez meses a Ignacio Diego en el congreso que perdió por sólo cuatro votos frente a María José Sáenz de Buruaga ... . No es que se hayan pasado con armas y bagajes a las filas de la nueva presidenta, ni mucho menos, pero también piensan que el tiempo político de Diego ya está consumido.
El adiós de Ignacio Diego les ha resultado inesperado en las formas, aunque no sorprendente en los argumentos. El expresidente del PP subraya que todos sabían, desde el propio Mariano Rajoy a los dirigentes nacionales y regionales, su propósito de mantenerse al frente del partido en Cantabria, de no ser candidato de 2019 y de facilitar una transición tranquila en el liderazgo del partido. El relevo consensuado, de Diego a Sáenz de Buruaga, estuvo a punto de escenificarse en una comparecencia conjunta en las semanas previas al congreso, pero aquella negociación resultó fallida y desembocó en la grave fractura que hoy sufre el partido.
En la cúpula del PP sospechan que la despedida de Ignacio Diego, anunciada en la víspera de la reunión de la Junta Directiva del partido, no es sincera, que es otra maniobra para reavivar un fuego que se está apagando, a medida que menguan las fuerzas del sector crítico. La plataforma Lealtad Popular que apoya al expresidente tampoco ha generado gran entusiasmo en las filas populares. El anuncio de Ignacio Diego no solventa el conflicto interno del PP sino que apunta el inicio de una nueva fase. En el sector crítico que le apoya se extiende una visión pesimista sobre la situación del partido en Cantabria y en toda España.
Cercado por los juicios de la corrupción, la amenaza del pujante Ciudadanos, la inacción de la ejecutiva de Sáenz de Buruaga, las divisiones internas..., el oscuro paisaje que se configura es el de ‘sálvese el que pueda’. El único valor que conserva el PP de Cantabria, dicen, es su potente estructura territorial y la única solución de emergencia es que entre sus alcaldes y números uno emergiese alguien nuevo que tome las riendas del partido y enderece su rumbo, en el caso de que el juicio por las irregularidades del congreso desautorice a la ejecutiva de Buruaga y Génova avale un cambio orgánico en Cantabria. En realidad, ese análisis se parece mucho al que hacen muchos alcaldes y dirigentes locales del PP, los que quisieran ver al alcalde de Arnuero y diputado regional, José Manuel Igual, al frente del partido. Pero Igual ya les ha dicho a sus partidarios que, antes que nada, está su hermana Gema, la alcaldesa de Santander, que el PP quiere como candidata municipal en 2019. Ella tiene sus dudas al respecto y mientras no las resuelva él no hará ningún movimiento que la perjudique.
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