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El revuelo de las nuevas agendas de citación en los centros de salud, implantadas en las semanas previas a las elecciones del 28M y que pusieron en pie de guerra a los médicos, se apagó cuando se confirmó el cambio de Gobierno. ¿Qué ... ha pasado desde entonces? ¿En qué medida se cumple la demora media de la que da cuenta la página web del Servicio Cántabro de Salud, que la cifra en día y medio? Las lecturas son muy distintas dependiendo de a quien se le pregunte. Para el director médico de Atención Primaria, Rubén Cebrecos, «no cabe duda de que el nuevo sistema de citación era la única manera de contener esa lista interminable de pacientes. Con el tiempo se está demostrando que estas agendas han dado en el clavo, la idea es llegar a un equilibrio entre consultas programadas y un margen para la inmediatez (citas rápidas)». Aunque admite que tienen «sus defectos, y estamos trabajando para ir corrigiéndolos» (se refiere en concreto a las agendas de pediatras y odontólogos), defiende que «están funcionando».
En cambio, el Sindicato Médico mantiene que «lo único que se ha hecho ha sido maquillar las cifras, bloqueando huecos de la agenda que se abren de forma progresiva. Pero en la web del SCS falta la pestaña de los pacientes esperando, porque los que no consiguen cita no figuran en ningún sitio». Con lo cual -añade- «al bajar la demora, se reducen también las consultas extras de tarde (peonadas)».
Dicho esto, este periódico ha hecho una prueba, repetida en dos jornadas (21 y 26 de junio) y en dos momentos distintos de la mañana (de 09.00 a 10.00 y de 12.00 a 13.00 horas), para analizar la accesibilidad del nuevo sistema de gestión de la demanda. Quince personas han simulado la petición por internet de cita presencial con su médico en varios centros de salud, la mayoría del área de Santander. Entre los más madrugadores, hay dos que consiguieron hueco incluso en el día, uno en Camargo Costa y otro en Vargas (a medida que avanza la mañana, las opciones se reducen). Pero en general, en ambas jornadas, uno de cada tres sí hubiera podido confirmar consulta en apenas 24 horas. Por ejemplo, en Dávila, Puertochico, El Alisal y El Astillero. Otros cinco podrían haber sido vistos por su médico en la misma semana en la que han hecho el intento (en dos días, en tres o al cuarto). En este grupo se incluyen varios usuarios de El Sardinero, Miengo y El Alisal.
Aunque en la prueba también hay quien quedaría emplazado para la semana siguiente si busca los huecos libres en el calendario (ocurre en Gama -allí la consulta telefónica sería incluso más tarde- y en Nueva Montaña), porque no hay disponibilidad antes. Otros se han encontrado con el mensaje de 'imposible darle cita antes de 15 días'. Salta en una petición de Cazoña y en otra de Camargo Costa, el mismo centro donde otro usuario podía acudir sin problema el día que contactó, lo que demuestra las diferencias de unos cupos a otros incluso dentro el mismo equipo de Atención Primaria.
Esas demoras más prolongadas responden a la ausencia del médico titular, bien por baja, por vacaciones o porque se ha jubilado y el SCS no ha encontrado relevo, situaciones en las que sólo queda la opción de llamar por teléfono o acudir en persona al mostrador para pedir una alternativa, que suele ser la derivación a otro médico del centro.
Desde la Sociedad de Pediatría confirman que, a día de hoy, no se han hecho efectivos esos «matices» de la agenda a los que se refiere el director médico: «Seguimos sin poder citar a los pacientes en los huecos presenciales». Ahora, lo que queda por analizar es qué tipo de demanda están recibiendo los centros aprovechando esa accesibilidad de las agendas.
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