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Después de más de una década de tramitación administrativa en los despachos del Ministerio de Transportes, el pasado 4 de abril arrancó la obra de ampliación de la autovía A-67 entre Santander y Torrelavega, que cuando esté acabada dentro de cinco años (el plazo ... de ejecución es de 61 meses)permitirá a los conductores disfrutar de tres carriles por sentido, frente a los dos actuales. Los trabajos han comenzado sobre el terreno, pero de manera más que discreta. Con muy poca actividad por el momento frente al movimiento constante de máquinas y operarios que se aprecia en el ramal de continuidad de la autovía –después de muchos retrasos, por fin parece que ha tomado velocidad de crucero–, que llegará hasta Polanco. El punto donde acaba esa obra es justamente donde arranca esta nueva del tercer carril, una actuación que tiene la vocación de acabar con los continuos atascos que sufren los 60.000 vehículos que circulan de media cada día entre las dos principales ciudades de Cantabria.
Está dentro de lo espero. Como figuraba en el programa de trabajo elaborado por las empresas adjudicatarias (la UTE Grupo San José y Aceinsa Movilidad) y como también precisó la delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, durante el acto de colocación de la primera piedra de la ampliación de la A-67 hace ahora justo un mes, a lo largo de este 2024 las acciones se realizarán fuera de la calzada. Es decir, que los conductores los verán, pero no los notarán porque consistirán en el desvío de servicios (líneas eléctricas y de gas) y en la preparación de los márgenes para que la actuación coja ritmo a partir de 2025. Será en ese momento cuando también empezarán a levantarse las 18 estructuras repartidas a lo largo de los 13 kilómetros (aunque mejorará el tramo Santander-Torrelavega, en realidad se actúa entre Polanco e Igollo, donde nacen los dos desvíos de entrada a la capital) que suma el trazado de la obra.
Habrá que intervenir en siete pasos inferiores, ocho superiores, dos pasarelas peatonales y un viaducto, en algunos casos con mejoras puntuales y en otros con demolición y reposición íntegra. Para hacerse una idea de la envergadura de esta parte del proyecto, de los 172,9 millones del presupuesto total, hasta 30 millones están destinados al firme, 25 millones al movimiento de tierras y la construcción de terraplenes y 55 millones a la creación de estructuras, además de los 11 millones que se reservaron para la expropiación de 505 fincas en Polanco, Miengo, Piélagos, Bezana y Camargo.
Y aunque no será simple, todo se hará, según la Demarcación de Carreteras, sin cortes totales ni parciales. «La intención es mantener dos carriles por sentido de circulación en todo momento para intentar afectar lo menos posible», reconocía el 4 de abril el responsable de este organismo, Rosendo Martínez. De hecho, si el periodo de ejecución es tan prolongado se debe, precisamente, a que reducir los plazos habría supuesto tener que cerrar temporalmente parte de la A-67 y desviar el tráfico a la carretera nacional.
Costará 172,9 millones de euros y servirá para ampliar la capacidad y mejorar la seguridad vial
La actuación avanzará este año solamente fuera de la calzada y se realizará sin cortar ningún carril
El ejemplo paradigmático es el del único viaducto: el puente sobre el río Pas a la altura de Boo de Piélagos. Del actual solo quedarán los pilares y el resto será completamente nuevo. ¿Cómo es posible esta renovación sin cortar la vía? Pues porque primero se ampliará el tablero actual –sobre el que se asienta la calzada– en uno de los sentidos y se desviará a esa parte todo el tráfico mientras que se demuele y se construye de cero el tablero de la parte contraria. Más tarde, se repetirá este mismo sistema en el otro lado.
La obra no solo servirá para aumentar la capacidad de la autovía, también para reducir la siniestralidad y aumentar la seguridad vial con acciones como la eliminación de curvas peligrosas y la mejora de los cinco accesos afectados: Polanco, Oruña, Boo, Mompía e Igollo, además de las salidas para la estación de servicio de Gornazo, donde se renovará la pasarela peatonal. En el caso de Polanco, en el enlace del municipio se acabará con el peligroso cruce actual mediante la construcción de una rotonda y se crearán sendas para bicicletas y peatones en el entorno urbano, mientras que en la salida de Boo habrá una nueva rotonda al sur de la A-67.
Además del plazo y del presupuesto –la creación de este tercer carril es la mayor licitación que llevó a cabo durante el pasado año la Dirección General de Carreteras del Estado en toda España–, otro dato que deja entrever la magnitud del proyecto es la cantidad de tierra que habrá que mover para su construcción. La cifra asciende hasta los 1,2 millones de metros cúbicos, lo que implica que un camión bañera de los que habitualmente se utilizan en este tipo de actuaciones tendría que hacer 48.000 viajes para transportar todo ese material sólido.
El viaje no será muy largo. Aunque se pensó en llevarlo a las canteras de Cuchía, que van a sufrir un proceso de recuperación ambiental, finalmente irá a un eucaliptal de Polanco. La finca está cerca del límite con Torrelavega, en una zona de vaguada próxima al río Cabo. Este vertedero se pensó antes para el material no reutilizable del ramal de continuidad, pero finalmente no se utilizó.
Técnicamente es la parte más compleja, pero también en la que se utilizará un método constructivo más curioso. El proyecto incluye la creación de este nuevo viaducto sobre el río Pas. Del actual solo quedarán los pilares y, sin embargo, no será necesario cortar ninguno de los cuatro carriles. Primero se ampliará el tablero en uno de los sentidos y se desviará a esa parte todo el tráfico mientras que se demuele y se construye de cero el tablero de la parte contraria. Luego habrá que hacer lo mismo en el otro sentido.
El paso superior que conecta las dos partes de la localidad de Bezana a un lado y otro de la autovía A-67 y del arroyo Otero será sustituido por uno más renovado y de mayores dimensiones, aunque de características similares al actual. Este uno de los siete pasos superiores en los que se intervendrá. En este caso, se creará una estructura mixta con un radio en curvatura. Consta de una base metálica y por encima de ella se colocará la plataforma por la que circularán los vehículos.
Los vehículos que utilicen la CA-232 que une los pueblos de Oruña y Mogro cruzarán sobre la autovía por un paso superior nuevo. ¿Por qué? La obra del tercer carril de la A-67 no solo incluye la ampliación de la calzada, también la rectificación de algunas de las curvas existentes para mayor seguridad. En este punto exacto, la curva actual se convertirá en una recta. Esto hace que la vía adquiera un nuevo eje, que no coincide con el actual paso superior. De ahí que haya que hacer uno nuevo, que será en arco.
Actualmente ya existe una pasarela peatonal que une las dos estaciones de servicio que hay en Gornazo, a ambos lados de la autovía. Se demolerá y se creará una nueva por dos motivos:en primer lugar, porque la actual presenta un estado de conservación que no es el más adecuado, pero también porque dos de los pilares están asentados en el lugar donde tendrá que ir el futuro tercer carril (en ambos sentidos). Además del camino peatonal, también se habilitará un camino para bicicletas.
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