Nuevo ataque de lobo: esta vez a un burro y en pleno centro del pueblo Saja

Veinte horas después de que su padre le advirtiera de que los lobos iban a matar al burro, el cadáver del animal, como si fuera una premonición, ha aparecido en mitad del pueblo de Saja, en el municipio de Los Tojos, junto al puente que cruza el río.

La ganadera Susana Marcos Gómez eleva los hombros con resignación. Pasa de poner nombre a los animales. «¿Para qué?», apunta. Lamentablemente está acostumbrada a estos tristes escenarios. A ver a uno de sus animales destripados en el suelo con un largo reguero de sangre. No es el primero que muere por un ataque de este tipo ni será el último: «Es el pan de cada día, también he perdido vacas, yeguas y otros burros, incluso en la misma finca del pueblo. Tenemos que salir a la calle a hacer algo porque esto es inaguantable. Y un día va a pasar algo gordo, con algún crío o algo. No quiero ni pensar en esta primavera cuando suelte el ganado pequeño al monte... Los van a matar, ya cuento con ello».

Calculan que el ataque se produjo cerca de las cinco o seis de la madrugada, -«porque los vecinos oyeron ladridos», señala Marcos-, pero lo que no entienden es cómo pudo salir el burro de la finca si hay un muro de tres metros de altura. «Del miedo a morir tuvo que saltarlo y su madre, que fue a defenderlo, también resultó herida, la mordieron en las patas traseras, aunque pudo conservar la vida, pero no sabemos si abortará, porque sufrió un mordisco en el vientre».

El agente del Medio Natural César Fernández ha sido el encargado de ir a primera hora de la mañana a la zona para certificar que el animal ha muerto por el ataque de uno o varios lobos. «No hay ninguna duda y encima en pleno pueblo. El tema se está convirtiendo en un sinvivir para los ganaderos», lamenta Fernández.

Para certificar que efectivamente el lobo está detrás de este suceso, el agente del Medio Natural ha tenido que fijarse, entre otras cosas, en el rastro del animal, como por ejemplo el color de sus excrementos: «Son más negros por la sangre que ingieren y están llenos de pelo del animal al que han atacado». «En ocasiones no hay cuerpo porque los lobos están creciendo y se mueven en grandes manadas, por lo que arrastran el cadáver hasta otra zona y es difícil confirmar las causas de la desaparición», añade.

César Fernández siente que este tipo de ataques se estén convirtiendo en el día a día de su trabajo y define la situación como «insostenible». El recuento es terrible. Hace tan solo unos días, el pasado 22 de febrero, los lobos mataron una decena de ovejas en Ruiloba y otras cinco en Vernejo. A principios de mes, el día 7, un vecino de Mazcuerras lamentaba perder a las dos únicas ovejas que tenía por otro ataque. Es un goteo continuo. El 28 de enero fue un ternero. En diciembre, ocho animales junto a los pueblos de Arenas de Iguña. Cuenta Susana Marcos que un vecino, el mismo que la llamó para darle la mala noticia de que su animal estaba destripado en el suelo junto al puente, vio al lobo hace una semana a plena luz del día rondando por la zona. «Se está poniendo la cosa muy mal. Hay que juntarse y hacer algo con urgencia». Por el momento, esperar a percibir la ayuda económica por la pérdida de su animal, «si es que llega».

Cuenta Susana Marcos que un vecino, el mismo que la llamó para darle la mala noticia de que su animal estaba tendido y destripado en el suelo junto al puente, vio al lobo hace unos días a plena luz del día, sobre las nueve de la mañana, rondando por la zona. «Se está poniendo la cosa muy mal. Hay que juntarse y hacer algo con urgencia». Por el momento, esperar a percibir la ayuda por la pérdida de su animal, «si es que llega».

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