Jaime Paino
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Jaime Paino
Intercambiaban experiencias en grupos en las redes sociales. «Hasta que algunos vieron la necesidad de juntarnos y participar públicamente» en los debates. Así nació la Asociación de Viviendas de Uso Turístico. Su presidente, Jaime Paino (Madrid, 1972), ofrece la visión de los propietarios en los ... asuntos de los que más se habla.
–Tienen más de cuatrocientos socios en menos de un mes. ¿Saben cuántas viviendas de uso turístico (VUT) hay en Cantabria? El baile de cifras es tremendo.
–No lo sabemos. Primero, hay que diferenciar cuáles están dadas de alta. Legales e ilegales. En cuanto a las legales, el único dato que tenemos es que en el portal de Turismo, que es público, aparecen unas 1.500. Sabemos que hay más o que están en proceso de obtención de licencia, pero ese dato tiene que compartirlo la Consejería.
–¿Y las ilegales?
–El INE lo cifra en 5.500. Sé que otras asociaciones lo cifran en 7.000, 10.000... Es lo de menos. Con que hubiera una ya sería preocupante. Con el mejor de los datos, el del INE, ya nos parece una barbaridad a aquellos que hacemos la actividad de forma legal.
–También insisten en que al hablar de VUT se meten muchas cosas en el mismo saco.
–Lo primero es distinguir entre VUT legales y alojamientos ilegales, ya que últimamente sólo se asocia la palabra ilegal a las viviendas, cuando no es así. Se nos pone ese apellido cuando en realidad hay un decreto y miles de propietarios que hemos legalizado nuestras viviendas. Es lo que nos gustaría oír de las administraciones. Más allá de eso, hay bastante diversidad de alojamientos turísticos y a veces se pueden solapar. Están las VUT, los alojamientos extrahoteleros, las casas de turismo rural, los apartamentos rurales... A veces los límites no están muy claros. Y tampoco las VUT son exclusivamente pisos en las ciudades. La mayoría son casas, chalets u otro tipo de vivienda que no es un piso. De hecho, las VUT están llevando capacidad alojativa a zonas en las que otras modalidades no las llevan porque no resulta económicamente atractivo.
–Le voy a repasar alguna de las cosas que les achacan. Para empezar, que cada vez hay menos viviendas para el alquiler tradicional por su culpa.
–No es verdad. Hay menos por dos razones principales. Primero, por el inmenso número de viviendas vacías, que en Cantabria es el 13% frente al 0,5% de VUT. Ya matemáticamente se destaca lo que es más influyente. Y segundo, porque las leyes actuales desprotegen al propietario. La suma de la Ley de Arrendamientos Urbanos, más la nueva Ley de Vivienda, más la Ley de Enjuiciamiento Civil hace que muchos propietarios decidan no poner su vivienda a larga estancia porque se sienten desprotegidos. En el mejor de los casos, tienes un inquilino cinco años y tu vivienda 'capturada' aunque la necesites. Pero en el peor (que no te paguen) te enfrentas a un proceso tremendamente costoso, tremendamente largo, en el que se va a estar usando tu vivienda de manera gratuita y no la vas a poder tener. Todo eso ha llevado a que en toda España haya bajado un 30% los que quieren alquilar a largo plazo. De hecho, hemos preguntado a nuestros asociados y nos dicen que, primero, usan su vivienda. Un gran porcentaje de las VUT las usan los propietarios durante un periodo de tiempo. Y si no la van a sacar a largo plazo es porque la quieren seguir usando. Y, además, prefieren tenerla vacía a vivir con el miedo de impagos.
–Segunda: problemas en los vecindarios y que acaban echando a los vecinos de toda la vida.
–Los propietarios de las VUT son particulares, vecinos propietarios de esas viviendas. No son grandes grupos de inversión, ni conglomerados. Las licencias de uso turístico sólo se pueden dar a personas físicas. Y estamos obligados a cumplir unas normas. Entre ellas, respeto hacia los vecinos. Somos los primeros interesados en que no haya ninguna molestia. La mayoría de las viviendas tiene sensores de movimiento y de ruido para ser los primeros en intentar evitar que haya algún conflicto. Además, aún no se nos ha mostrado ningún dato que justifique eso. ¿Cuántas hojas de reclamaciones hay? ¿Cuántas denuncias? Si una cosa no es verdad, por muchas veces que la repitas, no se convierte en verdad.
–Muchos piden dar más voz a las comunidades de vecinos a la hora de autorizar la instalación de VUT. ¿Qué le parece?
–Los vecinos ya pueden tener voz por dos formas. El actual decreto solicita que tiene que presentarse un certificado de no prohibición. Si estuviera prohibido en la comunidad, no le van a dar la licencia. Y está la Ley de Propiedad Horizontal, que establece que las VUT se pueden limitar o condicionar.
–Pero eso tiene que estar recogido en los estatutos.
–Debería aprobarse y registrarse. Y a partir de ahí, si una comunidad decide que no se pueden poner, pues no se podrán poner.
–¿Sabe que hay comunidades que están buscando la fórmula para impedir que se instalen?
–Que yo sepa, elevarlo al registro no lo ha hecho casi nadie, por no decir nadie, porque es un coste. Además, tenemos que tener mucho cuidado con las competencias de cada uno. Ya hay muchas sentencias que dicen que una comunidad no puede prohibir esa actividad si no está contemplado en su estatuto previamente a la creación de esa VUT. También tenemos que tener claro que existen artículos en el Código Civil sobre el derecho a la propiedad privada y al uso de tu vivienda. Lo que no es entendible es que haya en cada edificio no sé cuántos despachos profesionales que no sean vivienda (negocios, podólogos, psicólogos, notarías, abogados, arquitectos...) y resulta que una casa que sigue siendo vivienda, que se quiere usar como vivienda, con su baño, su cocina, sus habitaciones, sea, de todo el edificio, lo que se prohíbe. Es bastante ilógico.
–Tercera acusación: La masificación turística.
–Yo lo asociaría a que Cantabria es una región que todo el mundo quiere visitar, está de moda. Hay un turismo climático y los extranjeros que antes venían de paso cada vez se quedan más. Renunciar a la riqueza de los visitantes me parece un gran error. Lo que tendremos que hacer es diseñar la estructura de la región para acoger esta riqueza. Para bien o para mal, el turismo es lo que da de comer a la mayoría.
–¿Entiende que en una casa rural digan que son competencia desleal? ¿Que les exijan los mismos (o parecidos) requisitos?
–Es que a nosotros nos exigen unos requisitos. Ya hay un decreto. Al final, como hemos dicho, los límites entre las licencias están muy difuminados.
–Pero a ellos les exigen más.
–¿Cuáles? ¿Un seguro de responsabilidad civil? Estamos de acuerdo. La mayoría tenemos un seguro ampliado a huéspedes, no es nuevo. Y hay que recordar que nosotros no damos servicio de hostelería y la Agencia Tributaria ya te dice que una VUT no lo da. Nosotros simplemente estamos cediendo el uso de nuestra vivienda.
–Accesibilidad, inspecciones...
–Podemos pasar las inspecciones que quieran. Ese es el problema, que no hay inspecciones a las ilegales. Bienvenidas sean. Yo estoy deseando que pasen por mi casa y vean si tengo o no la placa puesta en exterior, los cuadros, el extintor... Nosotros cumplimos con el decreto.
–¿Y el nuevo decreto que se prepara? ¿Cómo lo ve?
–Creo que un decreto nuevo no va a solucionar nada porque los problemas no son por una mala regulación. El decreto actual funciona, es joven, fuerte, el único de España que no ha pasado por los tribunales y ha conseguido en cuatro años normalizar y regularizar una actividad que antes no lo estaba. ¿Mejorable? Por supuesto. Que el proceso se pueda mejorar o que las exigencias puedan ser mayores, por supuesto. Pero el problema no es ese. Es que no se ha aplicado el artículo ocho. El régimen sancionador. Y da igual que hagas un nuevo decreto si no hablas de eso. Hasta que no nos demos cuenta de que el problema no es la regulación, sino el número tan elevado de alojamientos ilegales en Cantabria, y que tenemos que luchar juntos contra eso, ningún decreto lo va a solucionar. No entendemos la relación entre crear un nuevo decreto y la desaparición de los ilegales. El actual también dice que esos ilegales deberían no existir y el futuro hará lo mismo. Mientras no nos juntemos a crear un censo de alojamientos ilegales y a dotar a la Consejería o a quien corresponda de los medios para poder inspeccionar y sancionar, aquí no va a cambiar nada. De hecho, creemos que un nuevo decreto más exigente llevará a que más personas lo hagan vía ilegal. Si lo hacen ahora, que es sencillo obtener la licencia, ¿un nuevo decreto más exigente hará que sean menos? Al contrario.
–De hecho, cree que hay gente que ha registrado su vivienda ante el anuncio de un nuevo decreto aunque no la dedique al alquiler.
–Sí, sí. Hay muchas VUT que no están dedicándose al alojamiento. Tener una licencia te permite hacerlo cuando quieras e incrementa el valor si a tus convecinos no se les va a permitir. Igual el nuevo decreto ha tenido un efecto llamada positivo para que algunos ilegales hayan obtenido la licencia. Pero hay gente que la ha sacado aunque no tenga previsto en un corto plazo hacer la actividad.
–Algo tendrá que ver la rentabilidad en el aumento de las VUT, ¿no?
–La rentabilidad es un gran mito. Hoy por hoy diría que es más rentable un alquiler a largo plazo en Santander que una VUT, que tiene un uso de noventa, cien días al año. Tienes los gastos de la vivienda, tributas sobre las ganancias y pagas también a un portal (Airbnb, Booking...) un 20%. No tienes un beneficio fiscal como sí tienen las viviendas a largo plazo y, al final, el gran número de VUT que empieza a existir influye en el precio.
–Decía un experto inmobiliario que, ante tanta oferta, esa rentabilidad está bajando.
–Es que ya no la hay. En muchos sitios, sobre todo Santander, ya es más rentable alquilar a largo plazo que lo que era inicialmente aquí la VUT. Pero es que el miedo que hemos infundido por la ocupaciones y por lo que hemos comentado de las leyes, hace que la gente, a pesar de ganar menos, rechace el largo plazo.
–Otro asunto (desde el Ayuntamiento de Santander han incidido en ello) es el de la seguridad. Que no tienen que notificar los huéspedes a las Fuerzas de Seguridad.
–Eso es mentira. Que hablen con la Policía y la Guardia civil. Estamos obligados como cualquier otro a notificar los huéspedes, y, de lo que yo conozco, todos lo notificamos vía electrónica o vía presencial. De hecho, nosotros mismos, como asociación, nos hemos reunido con ellos. Es tan sencillo como preguntar a la Policía y a la Guardia Civil cómo reciben diariamente los registros de huéspedes.
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