El nuevo hombre del tiempo en Cantabria

El de Blasco es un trabajo escrutadísimo: hablar (y cerciorarse) del tiempo es casi deporte nacional, quizá con más adeptos en el norte del país, donde no es extraño que en un mismo día se abran el paraguas y la sombrilla. Por trayectoria en la Aemet y quizá también por gallego, Blasco es plenamente consciente de este interés que a veces roza la fascinación. «Claro que hay mucho interés por el tiempo. El tiempo nos interesa a todos. Es algo recurrente para conversar en el ascensor, pero también puede salvar vidas -ante episodios adversos, nosotros generamos los avisos-. Porque no hay que olvidar que una predicción puede salvar vidas», constata.

Blasco (A Coruña, 1976) agradece el recibimiento que le han procurado los compañeros de la delegación. José Luis Arteche, su predecesor en el cargo, se ha encargado de orientarle en estos primeros momentos y «ahora también me sigue poniendo al día». Ayer, de hecho, en la primera comparecencia pública protagonizada por Blasco para hacer balance del invierno y esbozar la primavera, estuvo acompañado por Arteche. La rueda de prensa fue algo así como la presentación oficial del primero y la despedida del segundo, que se jubila después de 44 años convertido en el hombre del tiempo en Cantabria.

El testigo lo toma ahora Blasco, licenciado en Ciencias Químicas, con formación especializada en gestión medioambiental y en prevención de riesgos laborales, y miembro del Cuerpo Superior de Meteorólogos del Estado. Pero su trayectoria no se traza con una línea totalmente recta. De inicio, Blasco trabajó en el sector privado, y fue en 2009 cuando cambió de rumbo. Asistió a un curso en Cantabria y aquello le condujo directo a la Aemet, una empresa «potente» y con «muchas posibilidades» de desarrollo profesional. «Mi primer contacto fue aquí, así que puede decirse que estoy en la Agencia 'por culpa' de Cantabria», comenta Blasco con guasa.

Además, con este cambio, el delegado territorial avivó la tradición familiar. Su padre ejerció como observador meteorológico durante 35 años, así que en su casa hablar del tiempo cobraba un significado más profundo. Blasco se convirtió de inicio en observador, pero su «inquietud» le fue guiando arriba en el escalafón. «Y también me animé con el reto de ser delegado territorial en Cantabria, una tierra estupenda. Es un lugar donde espero poder echar una mano a la Agencia», dice Blasco después de pasar tres lustros en Zaragoza (de 2009 a 2024), los últimos años como responsable de la Red de Observación.

Ayer, acompañado por Arteche y en su primera comparecencia ante los medios de comunicación, el nuevo hombre del tiempo en Cantabria se sintió «cómodo y muy a gusto». Blasco será la cara visible de una Agencia a la que todos acudimos de vez en cuando en busca de certezas y de una exactitud que no le reclamamos al lenguaje, bien para consultar la duración de un fenómeno adverso -la Aemet es la encargada de generar los avisos y demás llamadas de atención- o para asomarse a las predicciones del puente en ciernes, y aquí hay que tener en cuenta que habrá que esperar unos días para conocer las de la Semana Santa, que se celebra del 28 de marzo al 1 de abril en Cantabria. Estamos aún lejos y a punto de estrenar la primavera, una estación «volátil», que se presume más cálida y que, a priori, presenta igualdad de probabilidades en cuanto a las precipitaciones.

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