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Llegará el día, y no es ciencia ficción, que un cirujano podrá operar a su paciente aún estando en diferentes continentes. La revolución tecnológica ha entrado de lleno en quirófano. «El cambio es brutal porque, por primera vez en la historia de la cirugía, ... entre el médico y el enfermo hay un sistema informático. Supone algo tan parecido como un piloto de aviación de vuelo sin motor que pasa a los mandos de un reactor», plantea Manuel Gómez Fleitas, coordinador de Innovación y de Cirugía Robótica de Valdecilla.
«Es un nuevo paradigma» que se empezó a vislumbrar hace más de quince años y que justo ahora está en plena ebullición. «Este año se alcanzará la cifra de un millón de procedimientos de cirugía robótica en el mundo, casi 3.000 diarios. Y la curva es exponencial», subraya. El aliado que está transformando la forma de hacer cirugía se llama Da Vinci, el nombre con el que se ha comercializado hasta ahora este robot de brazos articulados y precisión milimétrica que se convierte en las manos del cirujano, aportando «más facilidades técnicas y claras ventajas para el paciente».
El primer modelo llegó a Valdecilla en 2010 y «nos puso por delante de la inmensa mayoría de los hospitales públicos de España, que no disponían de esa tecnología», recuerda José Luis Gutiérrez Baños, jefe de servicio de Urología, la especialidad que más partido ha sacado a esta herramienta robótica, con medio millar de intervenciones desde entonces, junto a Cirugía General, que suma alrededor de 900. Para «principios de 2019», el hospital recibirá la versión renovada, el Da Vinci Xi, cuyas prestaciones se han empezado a probar ya en el Hospital Virtual Valdecilla, donde se instalará un 'gemelo' para entrenamiento de cirujanos. El médico lo conduce a distancia desde una consola, con mandos y pedales, guiado por un visor que reproduce la imagen en 3D de la cámara instalada en una de las pinzas del equipo.
Precisión La cirugía robótica permite realizar intervenciones menos invasivas que la cirugía abierta y con una mayor precisión respecto a la laparoscopia.
Menos efectos secundarios La recuperación del paciente, al ser una disección mucho más fina, con menos daño de los tejidos de alrededor, es más rápida.
Reduce el ingreso Al tratarse de una operación menos agresiva, el tiempo de hospitalización de los pacientes se reduce, en algunos casos hasta la mitad.
Ventajas El nuevo modelo Da Vinci Xi es más versátil a la hora de colocar los brazos (pinzas), y la cámara, antes fija, ahora se podrá cambiar de posición.
Doble consola Será otra de las novedades del nuevo robot, que permite controlar la operación desde dos puestos, clave en la formación de los cirujanos.
La compra del nuevo robot fue anunciada por la consejera de Sanidad, María Luisa Real, en la presentación del presupuesto de su departamento para el año que viene. El coste supera los dos millones de euros e incluye también la actualización del equipo antiguo, que se empieza a quedar obsoleto. «Es una inversión rentable por la visión que tenemos no de ser sólo un centro que atiende enfermos, sino de referente en formación de cirujanos», añade Gómez Fleitas.
Aunque hasta ahora su uso se ha centrado en Cirugía General (colorrectal, esófago-gástrica, bariátrica...) y Urología, los dos médicos resaltan que «el Da Vinci se podría utilizar en todas las intervenciones que se hacen con cirugía laparoscópica convencional». Con la incorporación del modelo Xi y la puesta al día de su predecesor, Valdecilla abrirá el abanico de sesiones quirúrgicas y ampliará la cartera de servicios que operarán con él. Otorrinolaringología ya ha dado el paso y, a corto plazo, está previsto que lo hagan Ginecología y Maxilofacial.
«Lo que nos aporta el Da Vinci fundamentalmente es facilidad a la hora de realizar la cirugía. La técnica es similar a la que se hace con laparoscopia y da los mismos resultados oncológicos, pero los resultados funcionales son mejores», señala Gutiérrez. Eso implica, por ejemplo, en el caso del cáncer de próstata (prostactomía radical) que «el riesgo de incontinencia y de disfunción eréctil es menor». «No a todos los pacientes se les puede hacer cirugía para conservar esos nervios, en algunos casos hay que sacrificarlos por razones oncológicas, pero el Da Vinci aporta mejor disección de los tejidos, por la magnificación que haces con la óptica, mejor visión, al ser tridimensional, todo eso redunda en que haces mejor la hemostasia, la coagulación, con lo cual la pérdida de sangre se ha convertido en algo excepcional; prácticamente no hacemos transfusiones, nos ha disminuido el número de incontinencias y de impotencias secundarias a la propia cirugía».
Desde julio de 2010, que el Da Vinci entró a los quirófanos de Valdecilla, hasta la actualidad el servicio de Urología ha realizado 367 operaciones de cáncer de próstata (en torno al 75% de los casos). Más reciente es su aplicación en los casos de vejiga, «con resultados oncológicos similares a los de la cirugía convencional abierta. Y con la ventaja de que la pérdida de sangre es prácticamente nula y la reconstrucción de la vejiga la hacemos intracorpórea, con lo cual la agresividad es mucho menor». Eso se traduce en una recuperación más rápida y, por tanto, menos días de hospitalización -«de estar dos o tres semanas a bastar con 8-12 días»-.
Las prestaciones de Da Vinci abarcan a otras patologías, como de la extirpación parcial de riñón (nefrectomía), que se realizan en menor proporción. No obstante, Gutiérrez señala que «si no hacemos más es por falta de disponibilidad de quirófano. Por eso tenemos que seleccionar a aquellos pacientes que consideramos que se van a beneficiar más».
Además de la visión 3D, otra de las ventajas del robot es su versatilidad, puesto que «sus brazos reproducen el giro de la muñeca, mientras que con la laparoscopia pura hay una limitación de movimientos, porque la pinza es rígida».
El coordinador de Innovación, uno de los 'padres' de la cirugía robótica en Valdecilla, señala que «estamos haciendo asistencia de una manera absolutamente innovadora, y lo innovador trae consigo, primero, que tú formas parte como hospital de la construcción del futuro y, segundo, que no puedes decir hago esto sin preocuparte de la formación, de elegir el perfil adecuado de los profesionales, porque eso sería como comprar unas pinzas y unas tijeras de las de hace 200 años, no hace falta más que venir y usarlas. Aquí no. La inversión sería pobre y desaprovechada si sólo fuera una herramienta para atender pacientes, que es el fin último e irrenunciable».
En este sentido, Valdecilla puede presumir de ser un «centro de referencia en cirugía robótica, uno de los tres epicentros de formación de Europa -los otros dos están en Inglaterra e Italia-». El modelo Xi viene con doble consola, un sistema de aprendizaje «como el de los coches de autoescuela: el alumno está conduciendo, pero el tutor que le enseña tiene también el control del vehículo, de tal forma que en un momento determinado le anula al aprendiz para evitar un accidente o corregir la maniobra», señala Gómez Fleitas. Por eso, destaca que con este equipamiento «seremos un hospital privilegiado para formar residentes (MIR), puesto que deben aprender ahora la cirugía de dentro de diez años, que no tiene nada que ver con la de hace diez. Nos vamos a convertir en este hospital en uno de los centros más importantes de enseñanza de cirugía robótica de Europa, en todas las especialidades, porque es imprescindible».
Ese «cambio total de concepto» supone que «entre el enfermo y el cirujano, que es el que ejecuta sus decisiones en base a un conocimiento, hay un sistema informático que aporta información añadida, no sólo a través del visor de la cámara, sino de realidad virtual, hiperrealidad... Y además de eso, para ayudarle en la toma de decisiones, tiene sistemas como la inteligencia artificial y el acúmulo de datos. Incluso puede ser ayudado por un cirujano que esté a distancia y que le diga en un momento crítico qué hacer», explica Gómez Fleitas.
El coordinador de Cirugía Robótica señala que «durante la época de crisis la inversión a nivel público no era muy importante (tampoco a nivel privado), pero ahora ha habido una explosión, se ha duplicado el número de robot nuevos en España». Y retoma el símil aeronáutico: «De repente, unas industrias se ponen a hacer aviones reactores y a la hora de venderlos necesitan pilotos». Y ahí es donde Valdecilla se postula como la mejor escuela de formación.
«Con el Xi volvemos a estar en posición de competencia, con una ventaja: la experiencia de estos ocho años que llevamos con el programa, que nos permite atraer a cirujanos para formarse aquí -actualmente asisten a los cursos del Hospital Virtual una docena de profesionales-. Es un valor añadido muy importante para Cantabria», apunta Gómez Fleitas. «En estos momentos hay cerca de un millón de euros que están llegando a la región para proyectos europeos. Tenemos que tener viva la llama de este hospital y eso se consigue siendo referentes, los profesionales tienen que venir aquí a formarse, ese fue el espíritu de Valdecilla en 1929, todo un orgullo».
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