La entrada en servicio de los seis nuevos parques multiplicará por siete la potencia eólica de Cantabria

El visto bueno de las Administraciones a los polígonos ampliará de 35,3 a 277,9 megavatios la capacidad de la región

Nacho González Ucelay

Santander

Lunes, 6 de febrero 2023, 07:50 | Actualizado 12:08h.

La entrada en servicio de los seis nuevos parques a los que las Administraciones han dado su visto bueno medioambiental y, en consecuencia, un espaldarazo casi definitivo, multiplicará por siete la actual potencia eólica de Cantabria, que pasará de 35,3 a 277,9 megavatios si ninguno de esos proyectos se queda por el camino y dejará de ser observada como la comunidad que menos energía limpia genera. «El salto es pequeño, pero venimos de donde venimos», dice el presidente de la Asociación Eólica de Cantabria, Agustín Valcarce.

Inaugurado en febrero de 2008, hace quince años de calendario, el parque eólico de Cañoneras, ubicado en el municipio de Soba, es, hoy por hoy, el único que existe en la región, que, de otro lado, tiene un prototipo experimental de la empresa danesa Vestas instalado en Campoo de Enmedio. El primero cuenta con 38 aerogeneradores que suman un total de 32,3 megavatios de potencia. El segundo tiene un solo molino de 3 megavatios.

Juntos suman los 35,3 megavatios de potencia eólica que tiene Cantabria en este momento, una cantidad ridícula en comparación por ejemplo con Galicia, que tiene 140 parques eólicos, o la vecina Burgos, donde hay instalados ochenta.

Ese mapa cambiará con la puesta en funcionamiento de los parques de El Escudo y Bustatur, ambos de competencia estatal y burocráticamente hablando los dos más avanzados.

El de El Escudo obtuvo la declaración de impacto ambiental favorable en mayo de 2021 con las condiciones establecidas en el informe emitido al respecto por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno autónomo. El parque, que podría abastecer las necesidades de electricidad de 80.000 hogares produciendo 217.600 megavatios hora al año, contará con 25 aerogeneradores con una potencia total de 105 megavatios triplicando por sí solo la capacidad eólica de Cantabria en la actualidad.

El de Bustatur, de su lado, obtuvo la declaración de impacto ambiental favorable a finales de diciembre del año pasado igualmente bajo las condiciones establecidas en el informe emitido por el departamento de Blanco, que, en su caso, han obligado a la promotora a retocar el proyecto. El parque, que comparten Cantabria (las Rozas de Valdearroyo) y Burgos (Alfoz de Santa Gadea y Valle de Valdebezana), se hará, pero no tendrá los quince aerogeneradores que la empresa quería colocar sino solamente ocho que sumarán una potencia eólica de 27,2 megavatios.

Cuatro parques más

A los de El Escudo y Bustatur se incorporarán los parques eólicos de Somaloma, Cuesta Mayor, Campo Alto y La Costana, los cuatro proyectos a los que la dirección general de Biodiversidad dio su visto bueno ambiental en el día en que terminaba el plazo que impuso el Ministerio para la Transición Ecológica para responder a las declaraciones de impacto ambiental, que, en cambio, fueron desfavorables para los parques proyectados en Quintanillas y Lantueno. Entre todos instalarán 23 aerogeneradores de 110,4 megavatios.

Nueve de ellos se colocarán en el polígono eólico de Somaloma, que interesa a tres municipios: Valdeprado del Río, Campoo de Enmedio y Valdeolea. Allí, la promotora, EDP Renovables, desarrollará con ellos hasta 45 megavatios de potencia. Y otros seis se instalarán en el de Cuesta Mayor, cuya infraestructura se levantará sobre Santiurde de Reinos, San Miguel de Aguayo, Molledo y Campoo de Yuso, donde Green Capital Power dispondrá de una potencia de 30 megavatios.

Y el resto, otros ocho molinos, los levantará la promotora Iniciativas Eólicas de Cantabria SL., que los repartirá en dos parques. Cinco los colocará en Campo Alto, un polígono que asentará en los municipios de Campoo de Yuso, San Miguel de Aguayo y Molledo con una potencia de 24 megavatios, y tres en La Costana, que interesa a los dos primeros ayuntamientos y que funcionará con 11,4 megavatios.

Año o año y medio

Claro que nada de esto será inmediatamente, porque, aún siendo determinante en el proceso, la declaración de impacto ambiental favorable no es sino el segundo de los cinco 'hitos' que las empresas promotoras de estos seis parques eólicos deben superar antes de ponerse manos a la obra sobre el terreno.

«Ahora se les debe conceder la autorización administrativa, la autorización de construcción y la explotación definitiva», explica el presidente del colectivo que admite que, si bien la obtención de la declaración de impacto ambiental favorable era «la criba mayor», queda aún un largo camino que andar.

Tanto como año o año y medio. «Depende de las licencias que necesite cada proyecto», afirma. «Pero para que se haga una idea, hay fabricantes de aerogeneradores que están dando plazos de entrega de entre 18 y 24 meses», indica Valcarce, que piensa que, salvo el parque eólico de El Escudo, que lleva un año burocrático de ventaja a todos los demás, ninguno de los otros cinco va a comenzar las obras de construcción este año.

Sea cuando fuere, las iniciarán, a diferencia de otros proyectos que, por distintas circunstancias, han abandonado la carrera o prosiguen renqueantes.

De acuerdo con los datos facilitados por el Gobierno regional, otros cinco polígonos eólicos (los situados en el municipio de San Miguel de Aguayo) han recibido un informe desfavorable, previo al de impacto ambiental, por lo que no existe la necesidad de emitir ese dictamen al haber desistido el promotor.

Además, otros dos parques, los de Amaranta y Quebraduras, se retiraron sin necesidad de que la Consejería emitiera informes –estaban ligados a parques de competencia estatal con informes que les eran desfavorables– seis más no superaron el corte porque el promotor no cumplió con los plazos previos del expediente administrativo, y el resto de parques que siguen en tramitación en Cantabria, que son doce, tendrán en su momento una declaración de impacto en el sentido que se considere.