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Que el número de defunciones supere al de nacimientos en Cantabria hace tiempo que se convirtió en algo normal: habría que retroceder hasta 2010 para que la diferencia entre alumbramientos y muertes no resultara negativa. Pero en 2022 se sumaron dos factores: por un lado, ... la caída en la cifra de recién nacidos estableció un nuevo récord –algo ya habitual, porque cada año hay uno nuevo–; por otro, se registró un alarmante aumento de fallecimientos, casi mil más que en 2021, sobrepasando por vez primera la barrera de los 7.000. El resultado de todo ello es que el número de defunciones duplicó al de nacimientos: 7.044 frente a 3.274, con un crecimiento vegetativo negativo de 3.770 personas.
El descenso en el número de nacimientos es constante y gradual en Cantabria: en 2013 ya se situaron por debajo de los 5.000 (fueron4.831); en 2018 fueron menos de 4.000 (3.805, exactamente), y de mantenerse la tendenia y el ritmo, como todo hace prever, en pocos años el número de alumbramientos será inferior a los 3.000.
Menos bebés
De hecho, Cantabria es la cuarta comunidad autónoma donde más han caído los nacimientos en los cuatro primeros meses del presente año. En concreto, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), de enero a abril de 2023 se registraron un total de 967 nacimientos en la región. Este dato supone un descenso del 4,67% si se compara con el mismo periodo de 2022 y sitúa a Cantabria casi tres puntos por debajo de la media nacional, sólo superada por las cifras de Asturias, con una caída de un 7,6%; por la Región de Murcia (-6,75%), y por Navarra (-7,3%).
El 'invierno demográfico' está instalado de forma permanente en Cantabria, que no es la excepción, ya que ese mismo problema afecta al conjunto de España y a todo el mundo occidental. Si la gran amenaza que parecía cernirse sobre la Humanidad era que el planeta no pudiera suministrar suficiente alimento para una población que crecía de manera acelerada e imparable, ahora el problema, al menos para el mundo rico, es precisamente lo contrario, y únicamente el aumento de la esperanza de vida impide que el número de habitantes no descienda de forma drástica. Eso, y el continuo flujo de emigrantes.
La llegada de personas de otros lugares a Cantabria está haciendo posible no solo que se frene esa pérdida de población, sino incluso su crecimiento algunos años. No fue el caso de 2022, que cerró con 588.567 cántabros, frente a los 585.687 del mismo mes del año precedente. Este, en cambio contabilizó más de 2.000 habitantes más que en 2020 (583.655).
De todas formas, ha sido la elevada mortalidad registrada durante el año 2022, superior incluso a la de las etapas más duras de la pandemia, el fenómeno demográfico más llamativo y, éste sí, casi exclusivo de Cantabria: pasar de 6.052 fallecimientos en 2021 a 7.044 en 2022 supone un incremento del 16,79%, cinco veces mayor que la media nacional.
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