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A eso de las once de la mañana, cuando ya había recibido a unos 150 ciudadanos, tuvo un pequeño descanso. Después de tres horas hablando con gente, recomendando pueblos que visitar y firmando libros, Miguel Ángel Revilla aprovechó que en ese momento la cola se ... quedó vacía para encenderse un puro. Dio dos caladas y lo tuvo que apagar. Ya estaba en la puerta de la sede del Gobierno de Cantabria una grupo de turistas y otro de unas 15 personas se acercaba con el móvil preparado para el 'selfi'. «A ver. Estos señores. Origen y procedencia», preguntaba el presidente regional para romper el hielo a Loli Guerrero y Paco Cañete, una pareja de catalanes que han elegido Suances para celebrar sus 43 años de casados.
Ella es seguidora de Revilla en redes sociales y vio a través del Facebook que ayer había organizado una convocatoria pública para que todo aquel que quisiera pudiera acercarse hasta Peña Herbosa. Estos días ya ha recorrido muchos de los rincones de la comunidad autónoma de los que presume en sus publicaciones de Twitter y ahora quería escuchar de su boca y en persona lo que ha escuchado infinidad de ocasiones en la televisión. Intentaron coincidir con el regionalista hace unos días en la celebración de las fiestas del Carmen de Suances. Estuvieron buscándole tras los fuegos artificiales pero no le encontraron, así que decidieron aprovechar la mañana del sábado para ver a su ídolo y conocer Santander. En ese orden. «Es lo que parece. Igual que en la tele. No sorprende para nada. Ojalá tuviéramos en Cataluña más políticos como este, que dicen las cosas claras y ven la realidad como es y sin disfrazarla», comentaba la mujer, totalmente volcada con el presidente.
Y él con sus seguidores. Esta es la segunda ocasión en la que Revilla organiza un encuentro de este tipo. La anterior fue hace un año, le gustó la experiencia y repitió.«Viene mucha gente entre semana y me fastidia no poder saludarles porque estoy trabajando. Para mí es un honor que vengan a Cantabria y que quieran conocerme. Esto no es un esfuerzo. Al contrario, estoy feliz. Me critican que haga esto, pero es que la gente lo agradece mucho», afirmaba el presidente, que presumía del gran tirón que tiene especialmente entre los catalanes, pero también entre andaluces, canarios o castellanos.
Una encuesta rápida sobre el terreno lo confirmaba: la mayoría de los que se pasaron por la sede del Gobierno eran turistas. Otro ejemplo es Merche Romero, valenciana, que a primera hora se subió en el coche con sus dos hijos en Tanarrio (Camaleño), donde están pasando unos días de vacaciones, para dar dos besos a Revilla. La iniciativa fue del más pequeño, Rubén: «Me gusta mucho porque cuando va a 'El Hormiguero me hace reír». «A nosotros también nos gusta, porque es muy de la calle. Sois vosotros los que tenéis que valorarle como político. Yo no sé como lo hará, pero ya me gustaría a mí que mi presidente hablara de las cosas de la gente como el vuestro», decía la madre, quien también comentaba que les había dicho que él había hecho el servicio militar muy cerca de su casa.
Esa fue una de las reflexiones más repetidas durante toda la mañana, en la que el goteo de personas fue constante. «Este tipo es buenísimo. No creo que haya otro político como él en España», insistía Ricardo Mur, burgalés y veraneante ocasional en Colindres. Su mujer reconocía que anoche casi no había podido dormir de los nervios. A las siete de la mañana ya estaba levantada y todavía no podía creerse que fuera a madrugar para ver a un político:«Nunca lo habría pensado, pero es que es Revilla».
Y el goteo se convirtió en aluvión a partir de las 12.00 horas. Ese era el momento en que, en teoría, se iban a cerrar las puertas, pero Revilla decidió prolongar el acto hasta las dos del mediodía: «Es que la hora del vermú es cuando más gente viene, aquí vamos a estar». Así que la mesa que tenía en el hall del edificio gubernamental, frente al busto de Leonardo Torres Quevedo, siguió llenándose de objetos. Pantortillas, albarcas... A cambio, una pulsera con los colores de la bandera de Cantabria y alguna recomendación para los visitantes.
Esta misma operación la volverá a repetir a lo largo del mes de agosto. Después del éxito de la convocatoria, ya está buscando dos nuevas fechas para abrir la puerta a sus seguidores. Seguidores con todas las letras como Carmen, que tiene en casa sus cinco libros. O los que le invitaron a pasar unos días en Granada, una de las pocas grandes capitales de España que Revilla no conoce.
Una representante de la cuota local fue Cari Igón. Por la calle le ha visto muchas veces, pero nunca se había atrevido a acercarse. Ayer tenía una excusa. Su madre va a cumplir 80 años y le haría mucha ilusión recibir ese día una visita tan ilustre. El nuevo jefe de gabinete del presidente, que se fue de Peña Herbosa con una lista de encargos, tomó nota porque «me ha dicho que lo va a intentar». Y más cántabros, los que vieron una oportunidad para promocionar sus productos con una persona con más de un millón de seguidores en redes sociales.
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