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La virulencia del incendio que ha arrasado la sierra de la Culebra, en Zamora, «tuvo una magnitud que no habíamos visto nunca antes. La propagación de las llamas fue explosiva y avanzaba más rápido que nosotros», explica Javier Martínez Sabater, jefe del equipo de ... Cantabria que apoyó al operativo de extinción de incendios que trabajaba en la zona.
El peligro era evidente por las condiciones de sequedad ambiental, potenciadas por la ola de calor, y por la escasez de efectivos. Fue en ese momento cuando la Junta de Castilla y León solicitó a la Consejería de Desarrollo Rural del Gobierno cántabro voluntarios para un refuerzo. Al final acudieron 33 efectivos en representación de los 400 que forman la plantilla. El primer equipó partió el 18 de junio a las siete de la mañana y estaba formado por 16 bomberos forestales, dos agentes del Medio Natural, una autobomba pesada y cuatro vehículos ligeros.
Bomberos forestales y agentes del Medio Natural que participaron en el operativo: Javier Martínez, José Antonio Ayllón, Roberto Gómez, José Fernando Hoyos, Carlos González, Juan Carlos Acebal, Adrián Jiménez, Francisco J. del Río, Francisco Gómez, Germán Martínez, Alberto Pérez, Ignacio Rodríguez, Manuel Martínez, Carlos Gómez, Sergio García, Alejandro Castañeda, Sergio Vallejo, Ildefonso Marín, Jesús Herrero, Cecilio Boo, Óscar Crespo, Fernando Gómez, Agustín Puente, Óscar Saiz, Ángel Carlos Terán, David Setién, Mateo Gómez, Rufino Pérez, Vicente Gómez, Alejo Pelayo, Fernando Laso, Andrés Labajo y Modesto Rivero.
«Nos encomendaron asegurar un frente activo que ponía en peligro la localidad de Ferreras de Arriba, con 350 habitantes. Logramos extinguir el fuego a solo 500 metros de la población, sin daños ni pérdidas humanas o materiales», celebra Sabater.
Javier Martínez Sabater | Agente del Medio Natural
El equipo de voluntarios estuvo toda la noche luchando contra un fuego que «avanzaba más rápido que nosotros. Estuvimos a punto de sufrir un atrapamiento por el fuego. Debido al viento y la sequedad, la propagación fue explosiva, pero al final lo pudimos parar», explica el agente del Medio Natural al frente del grupo.
El incendio alcanzó 120 kilómetros de perímetro. En esos tres días de trabajo de extinción, los efectivos cántabros salvaron otras poblaciones que estuvieron muy cerca del fuego: Otero de Bodas y Pumarejo de Tera. «Abrimos cortafuegos, pero las llamas saltaban fácilmente carreteras de 12 metros de ancho», destaca Sabater. «Era una zona muy inflamable. Ardían pinos de 20 metros y el viento arrastraba las hojas o ramas 100 metros propagando el incendio. Esto es muy difícil de ver en Cantabria».
Después de este trabajo, llegó el relevo el lunes. El fuego se extendía hacia una de las zonas de mayor riqueza de actividad micológica del país y otra área de castaños, que para mucha gente es su medio de vida. «Conseguimos salvar una parte de estas zonas naturales; vivimos mucho estrés», detalla Fernando Hoyos, capataz de la cuadrilla 302 de los bomberos forestales, que asegura que, tras esta experiencia, «hemos comprobado la gran profesionalidad del operativo cántabro, donde la coordinación de la plantilla está garantizada».
Fernando Hoyos | Bombero forestal
Determinan que el éxito obtenido es resultado de que en la región «se trabaja los 365 días del año» y, por eso, están listos «para combatir cualquier urgencia». En cambio, «en Castilla y León, hasta el 1 de julio no activan el operativo, y el incendio les sorprendió con las plantillas incompletas», reflexiona el capataz. En Cantabria, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre el servicio está cubierto con dos niveles. Existe un primer nivel con tres cuadrillas de guardia y cuando se necesita se procede a activar el segundo nivel. «Por lo que hemos escuchado entre los efectivos de otras comunidades autónomas, la organización en Cantabria hace que seamos la envidia del colectivo», comparte Hoyos.
Balance de lo que va de año en Cantabria
Cantabria ha registrado 558 incendios forestales provocados en lo que va de año, lo que ha supuesto un total de 5.586,5 hectáreas quemadas, un dato que por ahora es inferior a los 778 incendios provocados y 14.075 hectáreas quemadas que hubo entre enero y octubre de 2021. De las 13 comarcas forestales de la región, la mayor parte de los incendios se han concentrado en los valles del Pisueña y Miera, con 120 fuegos y 1.306 hectáreas quemadas; Pas, con 117 incendios provocados y 1.250 hectáreas quemadas; Besaya, con 71 incendios forestales y 252 hectáreas, y Nansa y Saja, con 57 fuegos y 514 hectáreas quemadas y 57 y 516 hectáreas quemadas.
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