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Hay dos teorías sobre cómo llegaron los plumeros a la región: una, que sus semillas viajaron en barco desde América del Sur, mezcladas con la carga de cereal que venía a España en los años de posguerra; otra, que algún indiano la trajo desde Argentina ... con la intención de embellecer su jardín. Sea como fuere, el Plumero de la Pampa (Cortaderia selloana, por su nombre científico), encontró en Cantabria las condiciones ideales para medrar. Tanto que, casi un siglo después, se ha convertido en un problema medioambiental, paisajístico y, según las últimas noticias, médico.
Un simple trayecto por la autovía entre Torrelavega y Santander basta para comprobar cómo el plumero se enseñorea de cualquier pedazo de tierra descuidado, en arcenes, medianas, fincas sin uso, zonas industriales abandonadas... hasta en los tejados de las casas brotan las matas, una situación que se repite donde quiera que se pose la vista. ¿Está perdida la guerra que se libra desde hace años contra esta planta invasora?
Desde Desarrollo Rural se explica que, en este momento, los esfuerzos se centran en el control del plumero, una fase previa a su erradicación, prevista a medio plazo, y que aún no puede acometerse dada su expansión. Las primeras actuaciones se realizaron en 2006 en las zonas de Liencres y Oyambre; después, con el desarrollo de la estrategia de control de especies invasoras exóticas, se aprobó el plan de lucha y control del plumero en Cantabria (2017). «Ahora estamos en la fase detección temprana, y lo que intentamos es confinar las poblaciones de plumero en la costa, donde más abundancia hay, y evitar que se nos escape al interior y se suba por los valles medios a las zonas de montaña», indican fuentes de la Consejería. Teniendo en cuenta que las semillas de plumero se dispersan con el viento, y que los vientos dominantes en el Cantábrico son de componente Oeste, se intenta confinar la especie en la franja de litoral avanzando desde el suroeste al noreste.
«No es que estemos perdiendo la batalla contra el plumero –defiende Felipe González, delegado territorial de SEO-Birdlife, ONG que presta su apoyo técnico a diversas actuaciones en este ámbito en Cantabria–: en septiembre todos nos acordamos del plumero; a partir de febrero, desaparece la pluma de la planta y nos olvidamos, y ahora se ve, y se ve también la magnitud del problema».
Felipe González
SEO-Birdlife
El trabajo, señala, se acomete «en diversas escalas», desde el proyecto liderado por el Gobierno de Cantabria, con fondos LIFE de la UE (COOP Cortaderia), hasta las intervenciones a nivel municipal de distintos ayuntamientos (entre ellos, Santander y Torrelavega), y las realizadas por empresas (como Solvay, EDP y Astander).
Desarrollo Rural ha invertido 300.000 euros desde 2018 en proyectos LIFE para combatir el plumero (aporta el 40%). El COOP Cortaderia, ahora en marcha (2024-28), es la segunda fase de otro anterior, Stop Cortaderia (2018-22), durante el que se controlaron 287 hectáreas de plumero y se erradicaron 1.800 focos de dispersión de la especie en la mitad sur de la región. En la nueva actuación, coordinada por Amica, participan, junto a SEO, Ampros, Serca y el Idival.
SEO, Amica y la Universidad colaboran en el proyecto Santander Capital Natural, del Ayuntamiento, centrado en la restauración de varias áreas degradadas de la ciudad, cubiertas por plumeros; también se contacta con los dueños de parcelas llenas de plantas, para que las eliminen. Torrelavega Conexión Natural es el nombre de la intervención en la capital del Besaya para la restauración ecológica del Patatal. Hay, además, proyectos de ayuntamientos, más limitados, con ayudas del Gobierno de Cantabria, para quitar plumeros.
Por último, hay que apuntar el trabajo que están realizando empresas de la región, planes incluidos también en los proyectos LIFE, como la eliminación de plumeros en la cantera de Cuchía por Solvay; su erradicación en el entorno de las subestaciones de EDP o la restauración de terrenos invadidos por la especie de Astander.
«Para eliminar el problema, lo primero es que trabajen de forma coordinada las tres Administraciones para que todo el mundo emplee las mismas técnicas. Hay que restaurar los espacios cubiertos por plumeros y adecuar el manejo de la planta para impedir que siga expandiéndose. Además, la lucha contra los plumeros es la ocasión perfecta para iniciar la restauración de muchas de estas áreas degradadas», añade el responsable de SEO-Birdlife.
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