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Jésica Torre Sánchez, maestra y responsable de un Centro Rural Agrupado, en su casa, en el lugar donde trabaja estos días. DM
Objetivo: que ningún alumno se quede atrás

Objetivo: que ningún alumno se quede atrás

La educación está en la red, pero ¿cómo acceder sin conexión o dispositivos? La Administración y la sociedad señalan vacíos y fijan soluciones

Mada Martínez

Santander

Lunes, 30 de marzo 2020, 07:02

«Hay que recordar que no todo el mundo tiene las mismas opciones». Esta llamada de atención la hacía una alumna universitaria, en este periódico, tras comentar cómo su formación se sostenía estos días gracias a videoconferencias y videollamadas, al intercambio diario de correos electrónicos, a los chats, a las descargas de material en plataformas educativas; a la posibilidad de organizar sus mañanas y tardes frente a un ordenador propio. Ahora que la educación ocurre en la red, que las pantallas son pizarras y ventanas y cuadernos al mismo tiempo, ¿qué sucede con el alumnado (o el profesorado) que no dispone de buena cobertura? ¿Qué ocurre con las familias que tienen un único dispositivo en casa, y que, además, lo necesitan para teletrabajar? ¿Se puede estudiar únicamente a través del móvil?

Según la Encuesta del INE sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, en 2019, el 91,4% contaba con acceso a internet en alguna de sus modalidades. En Cantabria, siguiendo esa misma encuesta, el 80,7% de los hogares disponía de algún tipo de ordenador (de mesa, portátil, tableta, etc.), y en el casi 91% de las viviendas había acceso a internet. La encuesta también da cuenta de porcentajes de conexión y dispositivos atendiendo a los ingresos familiares o al número de habitantes de los municipios, y las cifras van descendiendo conforme las rentas son más bajas o los enclaves son más pequeños. Las estadísticas revelan, por tanto, vacíos, pequeñas brechas. «El que está en situación vulnerable ahora lo estará un poco más», reflexiona Begoña Tresgallo, directora del Colegio Cumbres.

CC OO sigue de cerca este asunto. Ha hecho un sondeo entre el alumnado de centros urbanos -Santander y Torrelavega, sobre todo-, y rurales. Su muestra, calcula Conchi Sánchez, secretaria general de la Federación autonómica de Enseñanza, ronda las 1.200 personas. Han detectado, añade, que «un alto porcentaje» de esos alumnos no tienen wifi y funcionan con la cobertura limitada de los datos móviles; que carecen o solo tienen un ordenador -o similar- en sus hogares, o que la calidad de la conexión se interrumpe o se ralentiza en muchas zonas rurales. «Nos preocupa mucho que haya población escolar que se quede atrás», alerta Sánchez. La parte positiva de esta situación excepcional, destaca, es el trabajo de los docentes: «Hacen una labor de apoyo fundamental. Buscan alternativas y se comunican por 'WhatsApp', por redes sociales, telefóno... Procuran el máximo contacto posible con el alumnado», recalca. «Creemos que otra organización escolar es posible, con trabajo colectivo, trabajo por competencias... Esto podría ser el embrión», añade.

Norberto García, director del IES Montesclaros y portavoz de la Permanente de directores de Secundaria, entiende que, aunque el porcentaje del alumnado en riesgo de perder su derecho a la educación sea pequeño, es preciso tener en cuenta esos vacíos, solucionarlos. Los centros educativos, explica, están tratando de identificar las carencias de su alumnado en este sentido para hacer un informe con ellas y enviarlo al servicio de inspección de la Consejería de Educación: «Siempre hay que poner medios para que nadie se quede atrás en la medida de lo posible. Creo que la Consejería está trabajando mucho y bien dentro de la gran dificultad que estamos viviendo. Es una obligación que nadie se quede atrás por estas razones».

El pasado viernes, la Consejería anunció que dotará de equipos informáticos y conexiones portátiles a internet al alumnado de 2º de Bachillerato y 2º curso de grado superior de FP que, sin disponer de recursos para ello, quiera a presentarse a las pruebas de acceso a la Universidad. La intención de la Consejería, indicó su titular, Marina Lombó, es detectar y cubrir primero las necesidades de estos alumnos, y, «si es posible, ir extendiendo la iniciativa a otros cursos».

La EBAU es motivo de incertidumbre para muchos bachilleres. Sin recursos para prepararla adecuadamente, mucho más. «Empezamos por quienes se van a presentar este año a las pruebas de acceso a la Universidad, porque entendemos que en estos casos es especialmente necesario que dispongan de los recursos que les garanticen enfrentarse a los exámenes en igualdad de condiciones», entiende Lombó.

¿Cómo hacerlo? Si una familia no tiene y precisa equipos ha de hacérselo saber a su centro educativo, que señalará en su informe esta necesidad. Educación recurrirá primero a los equipos de los centros que puedan cederse. Y, si fuera necesario, recurriría al equipamiento de la red de telecentros que les presta la Consejería de Innovación. Paralelamente, el departamento adquirirá routers inalámbricos (MiFi) para que el alumnado acceda a internet desde esos equipos (lo suministrará Orange previo pago, aunque ofrecerá gratis hasta un máximo de 53 GB mensuales de tráfico). Para Lombó, esta iniciativa complementa la labor de directores y profesorado: «Su actitud está siendo de verdad un ejemplo».

Jésica Torre Sánchez | Maestra y directora del Colegio Rural Agrupado Rio Pisueña

Lugares donde la cobertura «brilla por su ausencia»

Jésica Torre Sánchez es maestra, directora del CRA (Centro Rural Agrupado) Río Pisueña y madre de Jana y Laro, de 3 años y 14 meses de edad, así que se puede decir que tiene triple perspectiva del confinamiento y la formación a distancia. Sobre todo, tiene ganas de que sus propuestas educativas y de refuerzo emocional sigan llegando a su alumnado. «En las escuelas rurales se forman familias», indica.

En el ámbito rural, recuerda, uno de los principales problemas es la frágil cobertura de la red. Entre las prioridades del Gobierno de Cantabria para garantizar el acceso a este servicio, o para frenar el despoblamiento, está la instalación de banda ancha de internet en todo el territorio. Por el momento, Jésica, salvando las dificultades de conexión que tiene en su domicilio, envía casi todos sus materiales y dinámicas por 'WhatsApp', es decir, a través del móvil, lo que le permite una comunicación más fluida con las familias. «La cobertura en muchos municipios brilla por su ausencia», incide Sánchez, que suple los vacíos con voluntad, anticipanado las tareas semanales y aprovechando las redes que se tejen durante el curso.

Recuerda que también hay casos de familias en una situación económica endeble -agudizada por esta crisis-, y casos que reflejan escasa formación en cuestiones informáticas, telemáticas. Pide acción para empujar la escuela rural de forma continuada, no solo ahora, sino en toda circunstancia. En este sentido, agradece la actitud de la Consejería: «Hay un cambio de visión. Está abierta a soluciones».

Agustín Ruiz Alonso | Gerente de Infortec

Servicio remoto de resolución de problemas informátivos

Agustín Ruiz Alonso dirige Infortec Asistencia Técnica SL, la empresa encargada del mantenimiento de equipos informáticos y audiovisuales de los centros educativos públicos de Cantabria. Desde hace un par de días, ha sumado una nueva tarea a su paquete de prestaciones: solucionar los problemas que alumnado o profesorado encuentren en su día a día teleformativo. «Mantendremos el servicio hasta que sea necesario, mientras duren el confinamiento y la teleformación», indica.

Infortec, cuenta su gerente, expuso hace unos días su propuesta a la Consejería: prestar servicio remoto a la comunidad educativa y prestar su conocimiento para solventar dudas. Hasta ahora, los casos más frecuentes que han atendido tienen que ver con la configuración de los ordenadores, con bloqueos, virus... «Los solucionamos en remoto. La mayoría de las veces conseguimos 'reanimar' el dispositivo», celebra. Sin embargo, sin conexión, la situación se complica. Ruiz Alonso confirma que estos días han encontrado casos de alumnos -y de algún profesor- con mala cobertura, o sin acceso a internet, o tirando de los datos del móvil de sus padres, que se consumen antes de que venza el mes. «Hemos visto algunos problemas dramáticos», indica, «por eso queremos aportar nuestro grano de arena y tratar de llegar al mayor número de personas». Algunas llamadas, cuenta, han sido solo para agradecerles la ayuda. «Algunas han sido muy emotivas. Seguiremos».

Diegu San Gabriel López | Docente, miembro de Red de Apoyo

Una aplicación para prestar wifi en el entorno cercano

Diegu San Gabriel coordina la iniciativa para el préstamo de wifi en Cantabria. DM

Una de las ramas del proyecto colaborativo Red Cántabra de Apoyo Mutuo, que estos días ofrece asistencia a quienes lo necesiten, tiene que ver con la educación. De esa rama nace un proyecto para prestar wifi al entorno cercano. «En la Red pensamos en la educación, en ese porcentaje del alumnado que se puede quedar fuera» de la educación por vías telemáticas, bien por falta de recursos económicos, bien por una mala cobertura en su zona, cuenta Diegu San Gabriel, docente, liberado de STEC, coordinador de la iniciativa. Desde la Red están a punto de habilitar una aplicación que permitirá a los voluntarios saber si a su alrededor hay demanda de wifi. «La relación que se generará será privada y segura», afirma.

Se activará, con toda probabilidad, esta semana. En un principio, esperan más respuesta en zonas urbanas, pero no quieren descuidar los territorios rurales con un acceso precario a la red. De momento, la medida ha tenido «buena acogida» por parte de la Consejería de Educación, revela San Gabriel, que piensa que ese wifi extra podría complementar el préstamo de equipos informáticos que ha decidido hacer el departamento de Lombó. La idea es que «ningún alumno quede colgado, que no se deje a nadie atrás, y se garantice el acceso a la educación», incide, y, añade, que no solo en tiempos de pandemias.

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