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La reforma integral de la carretera del desfiladero de La Hermida tiene un periodo de ejecución de 48 meses. El problema es que ese plazo empieza a correr cuando empiece la obra. Y la obra, visto lo visto, no acaba de empezar. Lo último ... fue un recurso presentado por la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) que supuso, mediado junio, que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ordenara «suspender el procedimiento de contratación». O sea, dejar todo en suspenso. Sin embargo, ayer, desde el PRC de la Comarca de Liébana anunciaban que la obra «ya tiene pista libre». «Solucionado el recurso, ya sólo queda que empiecen las obras cuando antes», aseguraron los regionalistas.
Son, en la práctica, dos meses de retraso. Y habrá que ver si pesan en los plazos. El organigrama del departamento que por entonces dirigía el socialista José Luis Ábalos -fuera del Gobierno unos días después de la paralización- planteaba que los trabajos (que están desde hace años en la agenda de todos los gobiernos y que se han movido con mayor o menor entusiasmo) comenzarían a principios del año que viene. Desde Delegación de Gobierno entendían poco después que el compromiso que fijó el ya exministro no corría peligro. Pero para eso había que cerrar la adjudicación en este ejercicio. Ese paso previo a que las máquinas vuelvan a asomar por el trazado es el que quedó parado temporalmente por el recurso.
El Tribunal Administrativo dio en principio credibilidad a la denuncia formulada desde la Confederación Nacional de Constructores. Este colectivo, como publicó El Diario Montañés, consideraba irregulares las cláusulas 23 y 41. Las que hacían referencia a cómo hay que proceder en caso de que, durante la ejecución de los trabajos, haya que realizar algún modificado al proyecto inicial. José Pablo Martínez, secretario general de la Confederación (que agrupa a las principales constructoras del país), lamentaba entonces que, con el actual pliego, la Administración se reservaba un poder excesivo a la hora de fijar el coste de cualquier cambio, cuando lo habitual es que haya un procedimiento de negociación para alcanzar un punto de acuerdo. Pero ese nuevo escollo en el farragoso y lento trámite administrativo de la obra parace superado.
Ayer, los regionalistas lebaniegos sacaban pecho por la noticia, que fue recogida por las redes sociales del partido. «El 'papeluco'que firmó el PRC parece que sirve para algo», ironizaban. No será, en todo caso, Ábalos el encargado de poner la primera piedra. Eso, cuando suceda -y si viene- le corresponderá a su sustituta, Raquel Sánchez. Tocará preguntarle por las obras que su antecesor dejó comprometidas.
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