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El pasado domingo se registraron hasta 20 kilómetros de atascos en las autovías que rodean Torrelavega. La novedad de ese fin de semana es que, como muchos turistas adelantaron su regreso a casa por la lluvia, el colapso en las carreteras fue durante la mañana, ... pero por lo demás la situación que vivieron los conductores no fue distinta a la de cualquier otro jornada de temporada alta. La capital del Besaya se ha convertido en una habitual en los boletines de vías con retenciones de la Dirección General de Tráfico por un motivo: durante cerca de un kilómetro, la Autovía del Cantábrico y la Autovía de la Meseta comparten calzada en lo que ya se conoce popularmente como 'nudo de Torrelavega'. Cuando la densidad de vehículos es baja o media, los carriles tienen suficiente capacidad para asumir esta carga. Pero en fechas señaladas no dan abasto.
Ese es el problema que tendrá que solucionar la obra que está llevando a cabo el Ministerio de Fomento, un ramal de continuidad de 2,9 kilómetros que unirá Sierrapando con Polanco por la finca de Los Soldados para que los usuarios que vayan de Palencia a Santander -o viceversa- no tengan que 'invadir' la A-8. Las máquinas comenzaron a funcionar unas semanas después del 1 de agosto, la fecha en la que oficialmente se puso en marcha el proyecto con algunas labores previas sobre el terreno. Desde entonces han pasado ya casi 13 de los 40 meses que tienen las adjudicatarias para entregar el ramal. Es decir, que se ha consumido una tercera parte del plazo y, según confirmó ayer la Demarcación de Carreteras del Estado en Cantabria, tan solo están ejecutados el 5% de los trabajos.
109 millones de euros es el precio de adjudicación de la obra, un 34% por debajo de la licitación.
2,9 kilómetros es la distancia de este ramal de continuidad de la A-67 que conectará Sierrapando con Rinconeda.
40 meses es el plazo de ejecución de la actuación, que arrancó oficial el 30 de julio de 2018.
71,2 millones de euros costará el enlace de Sierrapando con la autovía, el más complejo desde el punto de vista técnico.
«El ritmo de la ejecución no es proporcional al tiempo empleado, pero esto es algo normal en este tipo de obras. A partir de ahora se va a comenzar a trabajar en los lugares donde hay más estructuras y va avanzar mucho más rápido», apunta Fernando Hernández Alastuey, responsable autonómico de este órgano, quien considera que esto no impedirá que el proyecto está finalizado y se pueda inaugurar en noviembre de 2021, como estaba previsto desde el inicio.
Fomento señala que el grado de ejecución de la obra en este momento no es superior porque en algunas zonas del trazado aún no se ha podido actuar. Mientras que sí es visible el movimiento de tierras en los enlaces de Torrelavega -frente al barrio La Palmera de Barreda- y Sierrapando -en Los Ochos-, en los terrenos sobre los que se va a asentar el ramal propiamente dicho y en la conexión del nuevo tramo por Rinconeda apenas hay actividad. En ambos casos, se debe a los «problemas» que ha habido con las expropiaciones, las causantes de estos retrasos.
La falta de Presupuestos Generales del Estado, tal y como excusó en su momento el Ministerio, ralentizó todo el proceso de la expropiación forzosa y puso trabas a la gestión administrativa. Los plazos que habían recibido los vecinos afectados no se cumplieron y se ampliaron en sucesivas ocasiones. Hasta mediados del pasado mes de abril no recibieron la oferta económica, el famoso justiprecio para dejar sus hogares. Aquello ya es historia: «Los expedientes todavía no están cerrados, pero sí encauzados. Ese asunto ya está totalmente resuelto».
El ramal de continuidad de la A-67 tan solo toca los municipios de Torrelavega (257 afectados por las expropiaciones) y Polanco (118). Casi todas son fincas rústicas, pero también hay varias decenas de viviendas en los pueblos de Barreda y Rinconeda -en su mayoría- o naves industriales. Para los propietarios se han reservado hasta 11,2 millones de euros de forma inicial, aunque la cuantía final dependerá de las negociaciones, contraofertas y, en el peor de los casos, cuando no haya acuerdo, de la decisión final de un tribunal.
La obra que resolverá el nudo de Torrelavega se ha encontrado hasta el momento con dos contratiempos, pero en ambos casos se han saldado sin consecuencias. Por lo menos, en lo que tiene que ver con el cumplimiento de los plazos de ejecución. El primero ocurrió a mediados del pasado mes de julio, cuando las fuertes lluvias caídas aquellos días coincidieron con la realización de unos trabajos sensibles frente a Barreda y provocaron un corrimiento de tierras que, a su vez, causó el hundimiento de parte de la calzada del trazado actual de la A-67. La consecuencia fue un corte total durante seis días de todos los carriles de la autovía entre Polanco y Torrelavega en sentido a la capital del Besaya, por lo que los conductores tuvieron que buscar vías alternativas.
Entonces, los técnicos no sólo afirmaron que el argayo no afectaría a los plazos, sino que permitió avanzar más de lo previsto en el plan de trabajo. El muro que hubo que realizar de urgencia ya estaba prevista en el proyecto -fue de escollera, no prefabricado, como se ideó inicialmente-, lo que ocurre es que esa barrera se levantó antes por el corrimiento. Sobre su futura plataforma irán los futuros dos nuevos carriles -habrá cuatro en total en ese sentido de la marcha-. Además, los operarios destacaron que gracias a que la autovía estuvo vacía durante casi una semana, se pudiendo adelantar otras labores que habrían llevado mucho más tiempo de haberse realizado sin interrumpir el tráfico de vehículos.
La segunda sorpresa fue la aparición hace dos semanas de un artefacto explosivo de la Guerra Civil en Sierrapando. Sorpresa relativa, porque ya estaban advertidos de que por allí podría haber vestigios de este tipo. Se hizo una detonación controlada y la cosa no fue a mayores. En este entorno es donde serán a partir de ahora más evidentes los trabajos. Allí se levantarán diversas estructuras y vías para la distribución de los vehículos hacia Bilbao, Oviedo, Torrelavega y Santander y es la zona técnicamente más compleja porque se hará a distintos niveles. Para dar idea de la cantidad de recursos que va a requerir ese enlace, basta con decir que se va a llevar buena parte del presupuesto: 71,5 millones de euros, el 65% del total.
«El diseño se ha hecho teniendo en cuenta sus características y para que las afecciones al tráfico sean las menores posibles, con desvíos y soluciones provisionales, así que no tiene que haber problemas en este sentido», apunta el responsable de Demarcación de Carreteras. Y fuera de las conexiones, en el ramal que transcurre alrededor de Torrelavega, al no existir apenas circulación las incidencias serán aún menores.
El proyecto fue adjudicado en marzo de 2018 a la UTE formado por Vías y Construcciones (tendrá un peso del 70% en el consorcio) y la cántabra SIEC (el 30% restante) por un importe de 109 millones de euros. Las dos constructoras presentaron una oferta económica que arroja una baja del 34% frente a los 165,2 millones por los que la Dirección General de Carreteras licitó estas obras. Se ejecutarán 46 estructuras, 29 de nueva construcción y 17 de ampliación de las ya existentes.
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