Así está la obra pública en Cantabria

Cuatro años después de que comenzaran las obras, aún sigue sin verse próxima su conclusión, y eso a pesar de que los trabajos deberían haber finalizado en 2021, tal y como estaba previsto. El proyecto para eliminar el cuello de botella en el kilómetro que comparten la Autovía del Cantábrico y la de la Meseta, con un presupuesto de 118,3 millones, está ejecutado a algo más del 60%.

De los cuatro tramos en que se dividió el proyecto, el más avanzado es el del enlace de Torrelavega, prácticamente a la espera de que se pongan en servicio los cuatro carriles que distribuirán el tráfico hacia Torrelavega, Bilbao y Oviedo. En el enlace de Barreda queda pendiente la conexión de los pasos elevados, ya construidos, con la prolongación del tercer carril hasta Polanco ya ejecutada. En el tramo del enlace a Sierrapando la situación es bien distinta, y se han efectuado movimientos de tierra pero aún deben levantarse las estructuras previstas. Por último, en el ramal de continuidad que une Sierrapando y Barreda también queda mucho por hacer: el trazado de los viales a través de la montaña está clara, pero no han pasado de ser pistas de grava.

Las actuaciones principales que se desarrollan en este momento son las estructuras y firmes del nudo de Sierrapando, la demolición del paso superior de la carretera CA-330 sobre la A-8, el ensanche a tres carriles del tramo Nudo de Barreda (futura bifurcación de la A-67 actual y el nuevo ramal) y el enlace de Polanco. También se trabaja en la construcción del desvío provisional para la construcción del enlace de Barreda y en los firmes del ramal de continuidad (nueva autovía entre Barreda y Sierrapando).

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, anunció recientemente la próxima licitación del tercer carril entre Sierrapando y Barreda, tras aprobarse los Presupuestos de 2023.

El verano ralentizó el avance de la reforma de la carretera del Desfiladero de la Hermida, que comenzó el pasado mes de junio: durante estos meses se ha procedido principalmente a construir drenajes en distintos puntos del recorrido para evacuar agua hacia el Deva, posponiendo los trabajos de mayor envergadura para afectar lo menos posible al tráfico durante la temporada estival, dado que esa carretera es la gran vía de acceso a la comarca lebaniega.

El proyecto, con una inversión prevista de 73,4 millones, y que debería estar concluido a mediados de 2026, contempla el ensanchamiento de la calzada mediante la construcción de una plataforma sobre la que se instalarán voladizos sobre el río.

En estos momentos se están levantando muros y fijando micropilotes (elementos de cimentación) para la ejecución de los primeros voladizos de ensanche en la zona próxima a Lebeña.

También se va a iniciar la colocación de pantallas dinámicas de protección contra los desprendimientos, similares a las que la Demarcación de Carreteras del Estado ha venido colocando en los últimos años en la zona. Está prevista la colocación de 9.000 metros cuadrados de mallas.

Por otro lado, el Ministerio de Transportes está trabajando en la prolongación del proyecto, con la redacción del acondicionamiento de su continuación hacia León desde Vega de Liébana.

Aunque el trazado de esta autovía discurra fuera del territorio regional, resulta vital para las comunicaciones de Cantabria con Castilla y León y Madrid, pues su puesta en marcha se traduciría en recortar cuarenta kilómetros el desplazamiento hasta la capital de España. Lamentablemente, el retraso en los tramos aún pendientes hace difícil que pueda estar operativa antes del fín de la década.

De los siete tramos en que se ha troceado la obra, un trayecto de unos ochenta kilómetros, tres se encuentran ya operativos (suman algo más de veinte kilómetros); en el resto todavía no se ha movido una piedra.

No obstante, desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se destaca el impulso de la redacción al proyecto del tramo contiguo Aguilar de Campoo-Báscones de Valdivia, que parece gafado: la crisis económica paralizó su ejecución, adjudicada en 2009, por la quiebra de una de las dos empresas que iban a acometerla, Teconsa. La otra, Cyopsa, trató de seguir adelante en solitario, hasta que en 2019 renunció, lo que obligó al Ministerio a actualizar todo el proyecto.

Sí parece avanzar el tramo Quintanaortuño-Montorio, cuyo proyecto de trazado y de construcción se aprobó en julio: el Ministerio de Transportes ha iniciado ya las expropiaciones entre estas localidades, a la espera de una próxima licitación de las obras. Desde Montorio a Pedrosa de Valdelucio, los proyectos están ya aprobados, pero hay que actualizarlos para proceder a adaptarlos a la normativa vigente, consecuencia también de los retrasos.

Si todo marcha según lo que prevé el Gobierno regional, las obras de lo que será el centro logístico de La Pasiega se iniciarán durante la primera mitad del año próximo, contando con los 22 millones que para tal fin se han reservado en los Presupuestos Generales del Estado y los 16,5 que aparecen en las cuentas presentadas por el Ejecutivo cántabro.

El Proyecto Singular de Interés Regional de La Pasiega supondrá una inversión total de 120 millones y está concebido como una actuación integral estratégica para dotar a Cantabria de una plataforma logística intermodal e interregional, con una superficie de 200 hectáreas, en estrecha relación con el Puerto de Santander, y que incluye la construcción de una nueva terminal ferroviaria de 140.343 metros cuadrados, en el ámbito de la línea Santander-Palancia.

De momento, los trámites administrativos siguen su curso: la Consejería de Industria ha sometido a exposición pública el expediente de expropiación forzosa de terrenos en la zona en que se construirá, y que afecta a un centenar de fincas de naturaleza rural y ya ha adquirido terrenos (una finca de 64.000 m2 por la que ha pagado 1,1 millones). Previamente, en septiembre, se licitó el proyecto para la construcción de la primera de las dos fases en que se dividirá su ejecución. Una vez adjudicado, un segundo concurso decidirá qué empresa se encarga de llevarlo a cabo.

El Gobierno mantiene la previsión de que la unidad de protonterapia de Valdecilla esté operativa en 2025, con el objetivo de convertirse en el centro público pionero en el país en la utilización de esta tecnología médica novedosa para la lucha contra ciertos tumores, que reduce los efectos secundarios.

El proyecto ya se le había atragantado a la Consejería de Sanidad, con retrasos varios, cuando la Fundación Amancio Ortega anunció una donación de 280 millones de euros para la compra de diez máquinas de protones para la Sanidad pública de España, eliminando de un plumazo la exclusividad que se le presuponía a la unidad de Valdecilla, financiada además con fondos públicos, porque Cantabria no se incluyó entre los destinatarios del dinero del dueño de Inditex.

Superados los numerosos obstáculos que este proyecto de 40 millones de euros se ha encontrado durante el proceso administrativo, puede decirse que ya está en marcha: la adjudicataria, Varian, filial de Siemens Helthineers, ha iniciado la fabricación de la máquina. Si no surgen nuevas complicaciones, los trabajos para la instalación de esta tecnología en el hospital podrían comenzar durante el segundo semestre de 2023, al tiempo que comienzan a llegar las primeras piezas de la unidad.

La construcción del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria completa, con La Pasiega y la protonterapia, el trío de grandes proyectos del Gobierno regional. Con el diseño del edificio adjudicado al estudio de arquitectura de Mendoza y Partida, con 22 millones ya consignados en los presupuestos del Estado de 2023 y otros 7,5 en la cuentas regionales, solo hay que esperar a la resolución del concurso de licitación de las obras.

El nuevo Mupac comenzará a levantarse en el solar que ocupara la antigua Diputación, en Puertochico, en los primeros meses de 2023, con un plazo de 30 meses y una inversión de 52 millones.

La construcción pondrá fin a la peregrinación constante de sus fondos, que no han podido encontrar un acomodo definitivo, y llevan un siglo moviéndose por sedes provisionales.