Las obras del argayo de Ontón se centran este lunes en retirar la vieja placa de hormigón

Por otro lado, ingenieros de mantenimiento de carreteras están en el lugar analizando el desprendimiento, realizando un balance de daños y tomando decisiones para estabilizar de nuevo el talud. La opción más probable es la siguiente: poner mallazo y luego barrenas (barras de hierro).

Encima de la montaña, hay una vivienda y una pequeña carretera que desde que se produjo el argayo se ha llenado de curiosos. Por eso han optado por cerrarlo al tráfico de vehículos, y así evitar más riesgos en la zona.

En estos momentos no hay retenciones, aunque a primera hora de esta mañana se han dado atascos puntuales (entre las 7 y las 8, hora punta). Se estima que por la tarde, cuando los conductores regresen de Bilbao, se vuelvan a dar pequeñas retenciones.

Demarcación de Carreteras ha habilitado de forma provisional un carril en sentido contrario, aprovechando que en ese punto, muy cerca del límite con Vizcaya, en dirección a Bilbao hay tres carriles. Hasta este momento, la Guardia Civil estaba desviando los vehículos a la carretera nacional que transcurre en paralelo durante cerca de un kilómetro.

El derrumbe, ocasionado por las lluvias caídas en los últimos días, ocasionó el sábado retenciones de hasta tres kilómetros y obligó a desviar a los vehículos hacia la carretera nacional. Para no llegar hasta la zona del derrumbe, ya desde el punto kilométrico 138 en Muskiz, el tráfico se redirigió hacia la N-634. Un kilómetro después, en el punto 139, volvía a estar permitida la reincorporación.

A pesar de lo aparatoso del desprendimiento y alto volumen de rocas que cayó sobre la calzada, no hubo que lamentar daños personales, quizás fruto de las horas a las que se produjo, a las cuatro y media de la madrugada.