Secciones
Servicios
Destacamos
Una carta a los ayuntamientos para apremiar la retirada de símbolos o nombres de calles ligados al franquismo. También, el contrato para la prospección en cuatro puntos en los que se cree que hay restos humanos para empezar a excavar a finales de enero, ... como contó El Diario. Y, además, un acuerdo ya cerrado con el Obispado para que cualquier obra en un templo que se financie desde el Gobierno de Cantabria lleve aparejada la retirada de los símbolos que existan de este tipo. Es otro de los pasos que ha dado la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica para fomentar el cumplimiento de lo que determinan las nuevas leyes aprobadas en los últimos meses en la región y en Madrid. La Iglesia, como el resto, está obligada a cumplir, pero el Ejecutivo pretende con esta medida incidir en ese cumplimiento y asegurarse que todas las obras en las que participa se ajustan a estos parámetros. De hecho, la directora general del departamento, Zoraida Hijosa, confirma que ya está tramitando un contrato para un templo con estas condiciones.
«Lo que queremos es que todas nuestra obras -las que se financian desde el área de Patrimonio- cumplan con la Ley», puntualiza Hijosa, que confirma el acuerdo con el Obispado. La Iglesia es, obviamente, la responsable de una parte muy importante del patrimonio arquitectónico en la región y de ahí -de los templos- quieren acelerar la retirada de símbolos desde el Gobierno autonómico.
Sería otro paso. En otro frente. Otra consecuencia de la aprobación en el Parlamento, sin consenso y con notables críticas, de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Cantabria y de la existencia de una dirección general concreta en la estructura del Gobierno para este fin. De hecho, desde que se creó este organismo -y no siempre sin polémica- se ha retirado una cruz (o la simbología asociada a ella si estaba relacionada con la Guerra Civil o la dictadura) en Cieza, otra en Igollo de Camargo y otra en Liérganes. Además, recuerda Hijosa, del cambio de calles en municipios como Suances o Camargo. «Y todas estas actuaciones, salvo la de Cieza, que se hizo en paralelo a unas obras en la zona, han contado con subvenciones del Gobierno de Cantabria». Subvenciones que están disponibles para los ayuntamientos, apunta, desde 2021.
En este sentido, Hijosa recuerda que desde el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática se han puesto en marcha dos tipos de planes. Uno cuatrienal para ayudar a las comunidades autónomas «al despliegue de políticas» orientadas a estos asuntos. Con fondos que se reparten a través de las conferencias sectoriales de Memoria Democrática. En Cantabria, el dinero que llega del Ministerio ha supuesto 64.000 euros en 2021 y 45.000 este año. Y un segundo plan, «un plan de choque», destinado a otras entidades. «Desde la Federación de Municipios de Cantabria -que es la que podría acogerse a esta opción- no han pedido ayudas en base a este plan», confirma.
Tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica en el Parlamento a principios de noviembre de 2021 tocaba el desarrollo reglamentario. Uno de los asuntos más escabrosos en el debate en torno al texto fue el de la creación de la Comisión de la Memoria. Hijosa informa que ya se ha solicitado al Parlamento que designe los tres miembros que le corresponden en este organismo (entre ellos, su presidente) y afirma que los dos que debe designar el Ejecutivo se conocerán «en los próximos días» (podría ser esta semana).
La Cámara deberá hacer una elección entre profesionales de distintas disciplinas (la directora general pone como ejemplos a personas de la Universidad, la Federación de Municipios, las asociaciones memorialistas o el ámbito de la Arqueología, entre otros). «Están en ello», apunta sobre la labor en el Parlamento para este organismo que tendrá una vigencia de un año. «Cuando estén elegidas esas personas se constituirá y se empezará». Habla, de hecho, de «este mes» como posible plazo para concluir con el proceso. Durante el debate de la Ley se especificó que este Consejo trabajará para «conocer la verdad de lo ocurrido y contribuir al esclarecimiento de las violaciones de derechos humanos» y se encargará de elaborar un informe. Fue en este punto –se calificó la ley como «sectaria», «de bandos» y se acusó al PSOE de querer fijar una única «verdad oficial»– donde se concentró buena parte de la polémica.
Más lejos en el tiempo se irá lo concerniente al Consejo de la Memoria, que, en este caso, no tiene caducidad en su vigencia (no es por un periodo determinado). «Aquí había que hacer un desarrollo previo de su funcionamiento y ya está el borrador del reglamento que lo regirá. Está enviado a información pública. Entiendo que recibiremos alegaciones, que se resolverán antes de continuar con los trámites hasta su aprobación». Luego tocarán, igualmente, los nombramientos. En este caso, tres por parte del Gobierno y dos por el Parlamento. «No hay una fecha definida pero esperamos que pueda estar a finales de año», asegura.
¿Qué balance hace de su labor la Dirección General con unas elecciones a la vista? Hijosa insiste en que se trata de la primera vez que existe un órgano directivo que se hace cargo directamente «de las políticas de Memoria Histórica» y que ese era un compromiso del PSOE. A partir de ahí sus esfuerzos se centraron, primero, en localizar el anteproyecto de Ley, «que nadie sabía dónde estaba». Fue -según su relato- un funcionario el que les facilitó tanto esta información como la localización del mapa de puntos en los que podría haber fosas que elaboró la Universidad de Cantabria. El anteproyecto de ley, ya aprobado por el Consejo de Gobierno, «entró en el Parlamento en enero de 2020». Lo siguiente, covid incluido, es una historia más conocida (que incluye el debate en el hemiciclo y las opiniones contrarias).
A eso añade la exhumación de los restos de Eloy Campillo (y la publicación de un libro) y todo lo hecho en cuanto a «difusión». Hijosa entiende que «hace falta pedagogía» y enumera contratos como el de la ampliación del mapa de fosas, el proyecto 'Legado' con personas mayores o actos de homenaje o reconocimiento (víctimas del caso Almería, ciclos de cine, jornadas 'Los hijos del hierro' centradas en los ferroviarios, informe sobre la situación de las mujeres en esos años...). Por último, destaca, entre otros, el convenio con la Universidad para digitalizar fondos vinculados «a la memoria colectiva» o la investigación de expedientes de cántabros prisioneros en el Penal del Puerto de Santa María.
En la capital cántabra
Hijosa señaló en un acto reciente al Ayuntamiento de Santander como «el que menos ha cumplido» con la Ley. El Grupo Popular municipal insiste en que «se ha desarrollado un intenso trabajo» y recuerda que, entre otros, sólo en 2016 y 2017 «se retiraron los monumentos a las Legiones Italianas y el dedicado a los Caídos en la IV División de Navarra; se cambió de nombre el complejo de La Albericia; se modificó el nombre de seis calles y se sustituyeron tres; se añadió un nuevo artículo en el Reglamento para denominaciones de calles; y se crearon tres mesas de trabajo». Aseguran que «desde la normalidad política, social e institucional», se ha ido cumpliendo «tratando de generar los menores perjuicios a los ciudadanos derivados de los cambios de nombres de calles». «Promoveremos y apoyaremos -apuntan finalmente- todas las iniciativas y cambios que se realicen desde el debate sosegado y el consenso, y con procedimientos que causen los mínimos perjuicios posibles a los ciudadanos, evitando polémicas estériles y el uso partidista de esta Ley».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.