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Todo está prácticamente listo para que el próximo mes de marzo el buque Santoña, de la compañía Brittany Ferries, salga del Puerto de Santander en el que será su viaje inaugural. Y mientras el barco ultima sus preparativos en los astilleros de Astander -llegó a ... la capital cántabra la tarde del miércoles-, los trabajos para finalizar el nuevo atraque, así como la estación de Gas Natural Licuado (GNL), que le suministrará el combustible, transcurren a toda velocidad. «Hay que ser cautelosos porque puede surgir cualquier imprevisto; pero a día de hoy puedo decir que todo está listo para que podamos inaugurar a partir del próximo 1 de marzo», aclaró esta semana el presidente de la Autoridad Portuaria (APS), Francisco Martín.
A simple vista, la obra se puede contemplar desde la ciudad, justo en la zona donde desaparecieron los antiguos tinglados de Antonio López, y frente a la Biblioteca Central, donde antaño se encontraba la zona franca. Se trata de uno de los varios pasos que el Puerto de Santander está dando hacia su futuro, que le habilitará para recibir los nuevos ferries y que cambiará su fisonomía y la forma en que opera en su frente más urbano.
Justo frente al muelle de Maliaño en sus tramos 1, 2, 3 y 4, el lugar que ocupaban las antiguas naves ya demolidas, se liberaron 19.000 metros cuadrados que ahora ocuparán estas nuevas infraestructuras preparadas para recibir a los nuevos ferries. La obra, que comenzó hace 15 meses, cuenta con una inversión total de 19 millones.
«Estos días se está trabajando en el hormigonado del tablero del muelle, esto es, la plataforma que da forma al suelo del muelle que vemos; y por otro lado se está trabajando en la rampa RoRo habilitada para los nuevos ferries y también para los cruceros que recalen en Santander de manera ocasional», detalla Christian Manrique, jefe del Área de Infraestructuras y Dominio Público del Puerto.
A lo largo de este próximo mes se completarán otros detalles, como los norais, las defensas y otras instalaciones que son fundamentales en el muelle. «Se está haciendo todo el esfuerzo posible para trabajar con toda la intensidad que se puede», acredita el presidente de la APS.
Las labores se desarrollan diariamente por más de 180 trabajadores que se distribuyen en dos turnos para abarcar de las seis de la mañana a las diez de la noche. «Todas las empresas implicadas están poniendo el máximo de su parte para que lleguemos a tiempo al día 1 de marzo. Tengo que agradecerles el esfuerzo porque sacar adelante esta obra en este plazo de tiempo tan estrecho es una auténtica heroicidad, sobre todo después de lo que hemos pasado, con tiempos en que no había suministros de hierro o con las subidas de costes», destaca Martín.
El plazo se acortó hace unas semanas, pues en un inicio lo que estaba previsto era celebrar el viaje inaugural a mediados o finales de marzo. «Tengo que pedir perdón también a los vecinos de la zona, que están aguantando todas las molestias que estemos pudiendo causarles. Nadie se ha quejado formalmente pero creo que es de justicia disculparnos y avanzar que pronto terminaremos».
La nueva infraestructura para recepcionar al ferri alcanzará los 375 metros de atraque y los 8 de calado, con posibilidad de subir hasta los 9,5 metros con dragado, de manera que permitirá la entrada de los grandes buques. «En definitiva, trabajamos hacia un futuro en el que procuraremos ser más competitivos y también más sostenibles», declara Martín. Y eso pasa, irremisiblemente, por nuevas formas de energía, como el GNL.
Al gran tanque que servirá para almacenar el GNL en el Puerto de Santander lo llaman el búnker. Tiene mil metros cúbicos para albergar el combustible del que se alimentan los nuevos buques, tanto los nuevos que pondrá en marcha la naviera Brittany (Salamanca y Santoña) como otros tantos, incluidos cruceros, que terminarán recalando en Santander. Repsol -que lidera el consorcio formado también por Autoridad Portuaria de Santander, ESK y Enagás- está trabajando ahora en todo el entramado de tuberías que servirán para conectar el gran depósito con el centro de suministro que se utilizará para alimentar a los barcos», explica Christian Manrique sobre unos trabajos que están cofinanciados por la Comisión Europea a través del Programa CEF-Connecting Europe Facilities.
El montante europeo llega porque esta energía es mucho menos contaminante. «Sólo la gasificación de los buques Santoña y Salamanca, permitirá evitar la emisión de más de 73.000 toneladas de CO2 al año», aclaran fuentes de Repsol. ¿Por qué? «El GNL es un combustible que reduce las emisiones de CO2 en un 20%; y en un sector que en la actualidad no tiene alternativas de electrificación, es la solución más factible para lograr la descarbonización del futuro», asegura Repsol. La flota impulsada por GNL en todo el mundo consta actualmente de 355 buques y en España hay seis plantas operativas para regasificación y almacenamiento de GNL.
En Santander, una vez esté finalizada la obra, la infraestructura permitirá llenar los depósitos de los barcos en sólo tres horas, justo lo que tardan ahora los buques de Brittany Ferries en abastecerse. «Lo que pretendemos es que el barco no tenga que demorar su estancia en el atraque y que siga manteniendo los tiempos que maneja hoy en día», aclara Martín.
Francisco Martín
Presidente de la APS
Christian Manrique
Jefe de Infraestructuras
La obra del depósito y toda la infraestructura que lo completa, que se ubica frente al espacio que ocupaba la zona franca, justo donde estaban los antiguos tinglados de la empresa Cantabriasil, estará terminada en marzo tras 10 meses de trabajos y Repsol tiene una concesión de 15 años para su explotación.
Cinco camiones cargarán con el combustible diariamente para llenar el depósito con este combustible que se transporta en estado líquido, para que resulte más rentable su almacenaje porque ocupa mucho menos volumen.
La infraestructura que se está terminando de construir en Santander es prácticamente idéntica a la que existe en el Puerto de Bilbao, donde el Santoña se abasteció el pasado miércoles, justo antes de arribar a Santander.
La multinacional energética no ha cerrado aún la fecha de inauguración de este búnker, pero por lo pronto, la página web de la naviera Brittany ha puesto ya a la venta billetes para la ruta Santander-Portsmouth a bordo del buque Santoña a un precio que ronda los 155 euros por persona para el 1 de marzo. Lo hace con los mismos horarios que mantiene hoy en día -miércoles y domingos con llegada a las ocho de la mañana y salida a las dos de la tarde-.
El buque permanecerá todavía unas semanas en los astilleros de Astander porque le faltan los últimos retoques. «Se va a recubrir el casco con una resina especial que se utiliza para su durabilidad, conservación y limpieza y además facilita una navegación más suave; y luego falta por subir al barco algunas obras de arte y otros objetos que servirán para revestirlo por dentro», informan fuentes de la naviera.
Tanto el nuevo atraque del ferri como el búnker de gas son las obras más importantes que se están desarrollando en estos meses en el Puerto; y se completan con la puesta en marcha de las nuevas grúas para el tráfico de contenedores y la construcción del Muelle 9, que servirá para incrementar en gran medida la capacidad de movimiento de mercancías. «Hace tiempo que venimos diciendo que el Puerto de Santander de finales de este año será muy diferente al que conocíamos hasta hace tan sólo unos meses», explica Martín. Crece en capacidad de trabajo, en volumen de mercancías gestionadas, en tráfico marítimo y en posibilidades aumentar el negocio en el futuro.
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