Las obras del parque eólico de El Escudo darán comienzo la próxima primavera

Durante este margen de tiempo, Biocantaber cuenta con ir recibiendo las necesarias licencias de obras de los ayuntamientos afectados por la instalación del polígono, un trámite sujeto a plazo, como recordó Valcarce, ya que los consistorios están obligados a dar luz verde a los trabajos una vez que la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu) diera por cerrado el expediente y concediera la autorización de construcción a finales del pasado mes de octubre. En teoría, todos ellos debían tener ya aprobados los permisos, pero la tramitación no está exenta de obstáculos.

El Ayuntamiento de San Miguel de Aguayo, uno de los municipios afectados por la construcción de los molinos eólicos (junto a Luena, Molledo y Campoo de Yuso), y que se ha mantenido desde el principio en contra de su instalación, pretendía esperar a que se resolviesen los contenciosos administrativos que tiene entablados contra el parque de aerogeneradores antes de tener que dar su conformidad al arranque de las obras en su término municipal. Según explicó su alcalde, Eduardo Gutiérrez, de momento han denegado la licencia. «Un vecino había presentado una alegación al acuerdo de la Crotu, y como no ha recibido contestación en el plazo fijado se ha procedido a paralizar el procedimiento. Nos ha hecho llegar ese escrito al Ayuntamiento y la licencia se ha denegado por esa falta de contestación a la alegación. Después, los servicios legales nos dirán cuáles son los siguientes pasos a dar».

San Miguel de Aguayo se ha mostrado contrario desde el principio a la instalación de este parque en el municipio, y su regidor ha justificado su oposición aduciendo que, aun estando de acuerdo con la necesidad de generar energía limpia, el Ayuntamiento ya aporta el esfuerzo suficiente con la central hidroeléctrica, una aportación que será mucho mayor tras su anunciada ampliación. Considera Gutiérrez que ese esfuerzo debería estar más repartido, de forma que no hubiese municipios 'sacrificados' por ese bien común como el suyo, cuando ni siquiera es un gran consumidor de energía. Tampoco considera razonable que se permita construir un parque eólico «con un permiso para una caseta de aperos de labranza». Por último, teme que el pueblo quede «atrapado» entre las obras de construcción del polígono de molinos y las de la ampliación de la central.

Entretanto, Biocantaber continúa los trámites para obtener las licencias de obra e iniciar en las próximas semanas los trabajos de viales, accesos y mejora de pistas en la zona donde se instalarán los 25 aerogeneradores y por donde ha de discurrir la maquinaria necesaria.

La promotora ya ha concluido la prospección electromagnética para garantizar la seguridad de los trabajos en lo que en su día fue una zona de enfrentamientos durante la Guerra Civil. Esta campaña consiste en detectar posibles artefactos explosivos sin detonar que se encuentren escondidos en el terreno.

También ha hecho prospecciones arqueológicas que han servido para descubrir un pequeño campamento romano de las Guerras Cántabras. El yacimiento, inédito hasta la fecha, se encuentra ahora catalogado por la Administración, de modo que la empresa eólica ha modificado su proyecto con el fin de no afectar de ningún modo su conservación.

Paralelamente continúan realizándose los sondeos geotécnicos para conocer las características del suelo como paso previo a la obra civil. Hasta la fecha los resultados están siendo positivos y alejan cualquier temor a posibles corrimientos de tierras en la zona.

A partir de ahora se inician las medidas de control de regeneración de la antigua explotación de turbera presente en la zona. También se está analizando el estado actual de los hábitats higroturbosos a balizar y proteger.