Obras Públicas aprueba el contrato para el último tramo de la unión entre la S-10 y la S-30

Desde Obras Públicas −a cargo de Jezabel Morán tras sustituir a Gochicoa− no respondían en su día en torno a los motivos del segundo intento fallido. Se limitaban a confirmar que ya se estaba «trabajando» para reiniciar el proceso, pero tampoco concretaba con qué cambios ni si habría una nueva subida del presupuesto. Ahora las condiciones ya se conocen.

Dentro de este tramo se incluye la construcción del viaducto de paso sobre la ría de Solía, con una longitud total de 427 metros, correspondientes al paso sobre la ría más su prolongación sobre la llanura conformada por depósitos de antiguos estériles de mina. Estará formado por una estructura mixta de hormigón armado y acero estructural, y comprende la ejecución de todas las medidas necesarias para la construcción de la nueva carretera: explanaciones, drenaje, firmes, estructuras, señalización, reposición de servicios, restauración ambiental, etc.

Este eje permite dar comunicación a las dos citadas vías de alta capacidad, permitiendo la conexión con las mismas de los centros de producción industrial existentes en la zona, así como los núcleos de población colindantes, para lo cual ambas autovías dejaron previstas en sus enlaces las futuras conexiones para este nuevo vial.

La conexión se ha ido llevando a cabo por fases, de manera que están en servicio el primer tramo, que parte de la conexión con la autovía S-10 y el Enlace de La Cerrada-Crucero de Boo de Guarnizo; y el segundo tramo, entre el Crucero de Boo y el Polígono de Morero, al que dará continuidad este vial.