Obras Públicas dirigirá dos sondeos para estudiar el gran acuífero en San Vicente

En realidad no se trata de un descubrimiento como tal. Investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria (IH) lo conocen bien: «Son masas de agua dulce que están muy bien cartografiadas y sí, son muy extensas».

El presidente se refiere en concreto a un gran acuífero que transcurre a lo largo de una extensa cavidad subterránea que se extiende desde San Vicente de la Barquera y llega hasta Santillana del Mar; y que abarca varias cuencas fluviales. Tiene una superficie total de 552 km², de los cuales 205 km² constituyen su superficie permeable aflorante formada por 61 km² de materiales carbonatados del Cretácico superior-Terciario y por 144 km² de materiales carbonatados del Cretácico.

Este acuífero linda al norte con el mar Cantábrico y al sur con la unidad estructural denominada 'Franja cabalgante del Escudo de Cabuérniga', de carácter impermeable.

Fuentes del Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera confirmaron ayer que hace tiempo que se baraja el estudio en profundidad de esta masa de agua para dilucidar si es posible extraer cantidades controladas para consumo humano. «Sobre todo en tiempos de carestía como los que ha habido este verano, sería conveniente saber si podemos usarla, si se puede utilizar para consumo humano con la seguridad de que tiene calidad y de que no hay impacto medioambiental en su extracción».

Por eso la Consejería de Obras Públicas ha proyectado dos prospecciones que consistirán precisamente en eso, en comprobar la calidad del agua; la posibilidad de extracción; y la velocidad de reposición de las cantidades vaciadas, entre otros asuntos.

El consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, explicará con más detalle en los próximos días este proyecto, que cuidará mucho de que las extracciones no tengan un impacto medioambiental. «Hay que tener mucho cuidado con la extracción de las aguas subterráneas porque muchas de ellas sostienen parte de la estructura del suelo y no podemos vaciarlas sin esperar que haya cambios en los suelos», advierte otro investigador.

Según un estudio realizado en 1984 por el Instituto Geológico y Minero de España, sobre este acuífero discurren varios cursos de agua importantes y clasificados como masas de agua superficiales, entre los que destacan los ríos Deva, Nansa, Besaya, Saja, Pas y del Escudo. En concreto, el río Nansa está considerado masa de agua superficial prioritaria.

De forma general el acuífero recibe la alimentación fundamentalmente procedente del agua de lluvia, y en menor medida por la infiltración a través de ríos y arroyos. Las salidas tienen lugar a través de manantiales y de los principales cauces como son los ríos Deva, Nansa, Besaya, Saja, Pas y del Escudo. Por último, existe un drenaje hacia el mar. Por ello sería lógico pensar que todo el volumen de agua vaciada sería repuesto con la llegada de nuevas precipitaciones.

Ya en aquel estudio de 1984 se proponía continuar con los análisis y las prospecciones para determinar la relación exacta entre el acuífero y los ríos nombrados, así como otras características de esta gran masa de agua. Ahora, puesta sobre la mesa la posibilidad de explotarlo para consumo humano, se procederá a continuar con esa investigación; pero conviene ser cautos. «No sabemos en qué condiciones está el acuífero. Cantabria es una zona donde el sector primario, con la agricultura y la ganadería, puede contaminar las aguas subterráneas. No sabemos qué calidad pueden tener esas aguas ni si son aptas para consumo humano», advierte un investigador de la Universidad de Cantabria (UC).