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Un gran acuífero recorre el subsuelo de la región, desde San Román (Santander) hasta San Vicente. Como un gran juego de caídas de agua y depósitos que se superponen fruto del tipo de suelo que pisamos (kárstico en su mayoría, poroso y por tanto permeable), ... por debajo suceden tantos fenómenos hidrológicos que es difícil saber si ese agua que no se escurre hacia el mar, se almacena bajo tierra al filtrarse. Si bien nuestros recursos hídricos siempre han estado a mano en los ríos de Cantabria, lo cierto es que en las últimas temporadas estivales ha empezado a escasear, y aunque por ahora «no hay una urgencia por aprovechar los recursos de ese reservorio», desde la Consejería de Obras Públicas han comenzado a mirar más allá de la superficie para asegurar el suministro. Y es ahí, bajo tierra, donde puede estar la respuesta, con un millón de euros mediante para analizar con un estudio «qué hay, si es aprovechable y sobre todo a qué coste». El departamento que dirige José Luis Gochicoa quiere licitar a final de año dicho estudio, a cargo de una empresa especializada que ha hecho catas similares sobre todo en Levante, con el fin de comprobar hasta qué punto se podrá utilizar en el futuro el agua del gran acuífero, que tiene una capacidad similar a la del pantano del Ebro.
Los dos sondeos se harán en el entorno de Vispieres, en una unidad hidrogeológica que comprende parte de los municipios de Santillana, Reocín y Alfoz de Lloredo, y se hacen siguiendo tres criterios: la cercanía a la Autovía del Agua, para «evitar construir una infraestructura nueva y aprovechar la ya existente»; en segundo lugar, que la «cuenca de infiltración tenga buena capacidad para renovarse y cargarse de agua», ya que no serviría de nada si esa cuenca es estanca y, por tanto, una vez vaciada, no volviera a llenarse más; y en tercer lugar, comprobar la existencia de contaminación de metales pesados o de materia orgánica del sector ganadero, algo que solo se puede comprobara la hacer la prueba, aunque el consejero deslizó que, dada la profundidad, la depuración natural del filtrado habrá 'limpiado' el agua de esos residuos.
700metros de profundidad va a alcanzar uno de los dos sondeos que se realizarán en 2023
En la presentación del estudio que se va a realizar, el consejero Gochicoa compareció con dos paneles en los que se veía la extensión de la masa de agua, y como si de una porción de tarta se tratara, un corte geológico lateral en el que se ven las distintas capas, una encima de otras, que conforman el suelo que pisamos y, por tanto, sus materiales y posibilidades: «Nuestro objetivo es realizar los sondeos que nos permitan llegar al menos a los dos primeros acuíferos en profundidad», dijo. Uno de los sondeos llegará al acuífero más superficial, con una profundidad estimada de 200 metros, y el otro sondeo alcanzará los siguientes acuíferos hasta una profundidad que podría llegar a los 700 metros.
José Luis Gochicoa
Consejero de Obras Públicas
Este acuífero aparece citado en varios informes de la Confederación Hidrográfica, el Plan Hidrológico y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), pero realizar perforaciones como las que se van a hacer con la tecnología disponible hace 30 o 40 años «era misión imposible».
El Gobierno de Cantabria ya cuenta con el proyecto para realizar estos sondeos, lo quiere licitar este mismo año para poder ejecutarlos ya en 2023. Todos los datos que se obtengan de esos bombeos se remitirán al Instituto de Hidráulica (IHCantabria) para que los valide y decidir entonces cómo proceder o bien analizar otras alternativas.
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