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Ayer por la tarde, Vueling cancelaba el vuelo procedente de Barcelona con destino Santander. Debía aterrizar a las 17.20 de la tarde. Siempre atentos a los que ocurre en el aeropuerto cántabro, la Asociación de Amigos Parayas advertía de la situación en sus redes sociales e indicaba que los pasajeros habían sido informados «a última hora». En ningún lugar aparecía la información de la suspensión del citado vuelo.
Este cambio de planes en la agenda de la compañía, por el que se ven afectados docenas de viajeros, es uno más en una larga lista de modificaciones (casi una veintena desde principios de año) cuyas causas suelen atribuirse a problemas técnicos o complicaciones meteorológicas.
🔴HOY @vueling ha cancelado el vuelo de la tarde entre #Barcelona y el #SeveBallesterosSantander y su posterior regreso. pic.twitter.com/QNUAcbXQbO
— Asociacion Parayas (@AParayas) 27 de agosto de 2018
En marzo, fue una borrasca la que obligó a desviar dos vuelos y cancelar un tercero. En esta ocasión, los viajeros, procedentes de Bruselas, aterrizaron en Bilbao y fueron trasladados a Santander en autobús.
Cuatro días después, la huelga de transportes en Francia obligó a cancelar otros dos vuelos con Berlín
De nuevo, el viento hizo su aparición a principios de abril y uno de los vuelos de la compañía Vueling que debía aterrizar en Santander, se dio la vuelta y regresó a Barcelona con sus 107 pasajeros a bordo.
Los problemas «técnicos y operacionales» dejaron en tierra un vuelo, también de Vueling, que debía llegar a Madrid el 25 de abril pero se quedó en tierra. De fondo, la huelga de pilotos de 24 horas.
El mismo argumento ofreció la misma compañía el 1 de mayo. Las críticas comenzaban a acumularse; Vueling cancelaba su conexión con Barcelona por tercera vez en cuatro días. La primera versión ofrecida a los viajeros afectados se centró en la huelga de controladores aéreos en Marsella, a pesar de no aparecer los vuelos que conectaban con Santander en la lista de los que sufrirían modificaciones. El segundo motivo fue una avería.
Si el vuelo es cancelado mientras los pasajeros ya están esperando para embarcar en el aeropuerto el «transportista aéreo encargado de efectuar el vuelo ofrecerá asistencia a los pasajeros afectados». Se entiende como asistencia:
- Comida y refrescos suficientes, en función del tiempo que sea necesario esperar.
- Se ofrecerán a los pasajeros gratuitamente dos llamadas telefónicas, télex o mensajes de fax, o correos electrónicos.
Cuando la salida prevista del nuevo vuelo sea como mínimo al día siguiente de la salida programada del vuelo cancelado, el viajero afectado tiene derecho a:
- Que se cubra la estancia en un hotel así como el traslado al mismo.
- Depende del viajero optar por las alternativas que le ofrezcan -otros vuelos- o solicitar el reembolso del billete, si los nuevos horarios o las fechas de vuelo no te convencen.
Ryanair también canceló vuelos con destino a Londres el 22 de mayo, precisamente por la misma huelga, aunque desde la compañía no se expuso motivo «oficial» alguno para la suspensión. Sí se ofreció a los viajeros un cambio de vuelo o bien el reembolso de sus billetes.
Llegó junio, volvió el mal tiempo y Barcelona se vio sumida en una tormenta épica. ¿Resultado? De nuevo, las conexiones de Vueling con la capital cántabra suspendidas a primera hora de la mañana y retrasadas por la tarde.
La nueva línea a Marrakech, una de las propuestas turísticas más destacadas de la nueva temporada, no empezó con muy buen pie. Más de 170 viajeros se quedaron en tierra en la ciudad marroquí cuando debían regresar a casa. Las críticas a Ryanair por su gestión no dejaron lugar a dudas: pésima atención a los pasajeros que tuvieron que pasar hasta tres jornadas en el aeropuerto sin nadie que explicara ni atendiera sus quejas.
Avanzó el verano pero la situación no cambió. 16 de julio. El vuelo de Ryanair procedente de Roma fue desviado. El de Vueling, procedente de Barcelona, cancelado ¿Motivo? Una cuestión de seguridad derivada de las fuertes lluvias. Una respuesta ofrecida por el gestor de navegación aérea en España, Enaire. Por parte de la compañía, silencio.
Los más de 120.000 pasajeros afectados por los nueve días de huelga que ha sufrido Ryanair durante el verano pueden significar una compensación total de 33 millones de euros, según la plataforma 'online' que gestiona demandas a aerolíneas, AirHelp.
Así, la web aconseja a todos los pasajeros afectados que comprueben si sus problemas antes o durante el vuelo les dan derecho a una compensación financiera. Este tipo de reclamaciones se pueden presentar hasta tres años después del incidente.
«Es hora de que Ryanair compense a los miles de pasajeros cuyos planes de vacaciones se han visto destruidos por su mala gestión en los últimos dos meses, que la han convertido en una de las temporadas de viajes de verano más caóticas de la historia», opina la directora de comunicación global de AirHelp, Paloma Salmerón.
Asimismo, culpa a «este tipo de compañías aéreas no responsables», por los retrasos y cancelaciones, ya que «no consiguen ofrecer unas condiciones de trabajo adecuadas a su personal».
Por su parte, la compañía indica que según la normativa EU261, las compensaciones a pasajeros no son aplicables cuando el retraso o cancelación (en caso de huelga) está fuera del control de la aerolínea. «Si las huelgas estuvieran en manos de Ryanair, no se habrían llevado a cabo», indican. En esta línea, añaden, «Air Help debería explicar por qué no reclamaron a Vueling el pago de las compensaciones EU261 durante la huelga de pilotos que tuvo lugar en abril y mayo de 2018, y por qué no tomaron medidas contra esta aerolínea».
Entre el 25 y 26 de julio, un total de seis vuelos que tenían como origen o destino Santander, conectada con Málaga, Barcelona, Valencia o Bruselas, fueron cancelados por la huelga de la compañía irlandesa. En este caso, sí se avisó a los pasajeros de las posibles modificaciones.
No solo quienes se marchan de vacaciones o cambian de oficina durante una jornada, se han visto afectados. También los dirigentes regionales; el 31 de julio, el primer vuelo del día sufrió una avería. En ese avión viajaba el presidente regional y su séquito para reunirse en Madrid con Pedro Sánchez. El avión despegó con 1 hora y 45 minutos de retraso.
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Ana del Castillo
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