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Viernes, 30 de diciembre 2022
Miguel Ángel Revilla | Presidente de Cantabria
El inicio de un nuevo año es siempre momento de expectativas e ilusiones, de asumir retos, redoblar esfuerzos y reafirmar la confianza en nosotros mismos para tratar de solucionar los problemas que nos preocupan. Todo ello, expectativas, incertidumbres, ilusiones, retos, esfuerzos y problemas, se entremezcla en el comienzo de 2023, un año que se presenta crucial para Cantabria, con importantes avances en el horizonte, aunque no exento de dificultades, como consecuencia de una coyuntura internacional marcada por la guerra en Ucrania.
Mi primer deseo ante el nuevo año, creo que compartido por todos, es la paz. Ojalá podamos celebrar pronto el fin de la agresión que está sufriendo el pueblo ucraniano en primera persona, y que nos ha puesto en jaque a todos los europeos.
Pero mientras llega ese momento, que llegará, no podemos detenernos. Todo lo contrario, debemos esforzarnos más que nunca para sobreponernos a las dificultades y hacer realidad nuestros objetivos. Y en ello está empeñado en el Gobierno de Cantabria, que afronta el inicio de 2023 con la ilusión de ver materializados por fin los grandes proyectos en los que llevamos mucho tiempo trabajando.
En los próximos meses asistiremos al comienzo de las obras del nuevo espacio industrial de La Pasiega, que traerá nuevas posibilidades de crecimiento al puerto de Santander y a la industria vinculada a él. Será un extraordinario revulsivo económico para Cantabria, como lo será también el Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) en la nueva ubicación que en unas semanas empezará a construirse en Puertochico o la Unidad de Protonterapia, llamada a situar al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla aún más en la vanguardia de la sanidad española.
Los tres grandes proyectos prioritarios de Cantabria avanzan hacia su culminación y sumados al cumplimiento de las deudas pendientes por parte del Estado con nuestras infraestructuras viarias y ferroviarias nos permiten mirar al futuro con la confianza de estar sentando las bases de una Cantabria cada vez más moderna, próspera y competitiva.
Presidente de CEOE-Cepyme Cantabria
Además de retos globales de la economía española para 2023, que pasan básicamente por el crecimiento económico, el control de la inflación, el empleo o la política monetaria, crediticia y fiscal, entre otras cosas, en Cantabria los empresarios definimos dos retos específicos de nuestra comunidad: la evolución de la economía y la visión política y la actividad empresarial. Ambos tienen como base común la incertidumbre.
En la parte puramente económica, creemos que la recuperación económica y social debe ser trasversal y llegar a todos. Más que subsidios, debemos crear oportunidades de prosperidad. La formación no reglada, la Formación Profesional y la formación dual eran una oportunidad y ahora son una obligación. Se necesitan ya y el sistema actual no da cobertura a los mercados. Otro reto es avanzar de forma decidida hacia un cambio real en el modelo productivo de la región. Potenciar sectores de la Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la digitalización, el emprendimiento, el sector agro, la energía e industria turística desestacionalizada porque todos estos ámbitos todavía representan una oportunidad. Al mismo tiempo debemos proteger la industria, tanto a nivel energético, de inflación y de crisis energética, como a nivel medioambiental. Hay un desequilibrio de mercados a nivel mundial donde Europa sale trasquilada. Y pensar en la economía de la Cantabria interior. A veces parece que inventamos normas para favorecer la despoblación.
Lo que pedimos a los políticos regionales desde el ámbito empresarial es una hoja de ruta clara. Que Cantabria no dependa de qué partido esté en el Gobierno ni de ideologías u ocurrencias temporales. Planes sólidos y consensuados. Esto compensará la mínima capacidad de influencia de los ejecutivos regionales ante problemas globales.
Nos preocupan mucho las decisiones y el populismo al que puedan sucumbir los partidos en año electoral. Desde la CEOE-Cepyme nos preocupa la visión que se da de los empresarios y la actividad económica desde algunos sectores de la política.
Carmen Martínez Ruiz | Jefa superior de la Policía Nacional
La sociedad cántabra considera que la seguridad es un valor esencial para desarrollar sus
actividades personales y profesionales. Por eso, cada año, la Policía Nacional renueva su compromiso de servicio público, trabajando para dar respuesta eficaz y de calidad a las amenazas que puedan surgir en nuestro entorno para seguir generando confianza en los ciudadanos.
Con este objetivo, en el 2023 que está a punto de arrancar potenciaremos la presencia policial en las calles y reforzaremos con dispositivos preventivos específicos ante cualquier acto social, evento lúdico o cultural en el que sea necesario garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades del ciudadano. Durante el verano, habrá de nuevo un refuerzo con unidades especializadas dentro del Plan Turismo Seguro. Y en prevención de los ciberdelitos, trabajaremos para mejorar la cultura de seguridad en el uso de las nuevas tecnologías.
Continuaremos con las líneas de participación ciudadana para recoger las demandas de los colectivos, fomentando actividades formativas y de prevención directa. E impulsaremos las actividades dirigidas a la ciudadanía que se programen para la celebración del Bicentenario de la Policía Nacional.
Asimismo, seguiremos impulsando las investigaciones especializadas, para reducir en nuestro territorio la delincuencia itinerante.
Para conseguir estos objetivos, la Policía Nacional ha apostado por la creación de una carrera profesional policial única y a través del Centro Universitario de Formación de la Policía Nacional, los policías de esta Jefatura podrán formarse y especializarse con una visión moderna e innovadora.
Por último, señalar que en el ámbito de Policía Nacional en Cantabria, el 19% de los efectivos son mujeres, un 2% más de la tasa nacional, con presencia en todas las especialidades y escalas, con la tendencia a aumentar ya que en el último proceso de acceso tanto a la Escala Ejecutiva como a la Escala básica participan un 50% y un 34% de opositores mujeres respectivamente.
Manuel Sánchez Monge | Obispo de Santander
Los retos que tenemos en Cantabria para el año 2023 son, a mi juicio, los siguientes. En primer lugar, uno que compartimos con el resto del país y del mundo: que cesen las guerras en todos los lugares y particularmente la invasión de Ucrania por parte de Rusia que comenzó hace ya casi un año. Necesitamos que avance la causa de la paz, que para ser auténtica ha de tener tres vertientes fundamentales: la paz con Dios, la paz con nosotros mismos y también la paz con los demás.
Tenemos que afrontar las circunstancias económicas que se nos han echado encima en los últimos tiempos por distintas causas para que no haya familias que no puedan llegar a fin de mes. Para lograrlo, sería deseable que se moderen los precios de los productos básicos, que últimamente se han desbocado. Y en tercer lugar, que cese la escalada la crispación y el insulto en el ámbito social y haya más diálogo y consenso para alcanzar objetivos comunes.
En el ámbito eclesial, desde el Obispado de Santander creemos que necesitamos una apuesta más decidida por los caminos de la nueva evangelización. La Iglesia Católica debe abrirse a cuanto con buena voluntad quieren pertenecer a ella. Y debe seguir proponiendo un modo de vivir acorde con el Evangelio porque solo así será verdaderamente humano.
Vamos a comenzar muy pronto en Cantabria un nuevo Año Jubilar Lebaniego. La Puerta del Perdón de Santo Toribio de Liébana volverá a abrirse el 16 de abril de 2023 y a partir de hemos de vivir aún con más intensidad como personas 'marcadas por la cruz de Jesucristo. Es decir, conscientes de que le pertenecemos a Él. Conscientes de que es nuestro Señor, de que hemos sido liberados del pecado que nos deshumaniza y de la muerte que nos llena de temor.
La cruz de Jesús, cuyo trozo más grande de todos los que están repartidos por el mundo se conserva en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, representa la entrega hasta la muerte por amor. Y eso es lo que hemos de tratar de vivir en la relación con los demás, especialmente con los desheredados.
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Carmen Sánchez Morán | Presidenta del CES
La comunidad autónoma necesita aprovechar al máximo los fondos europeos Next Generation, para lo que resulta necesario habilitar una Oficina Técnica que facilite la necesaria información y tramitación de las solicitudes, con reducción de las cargas burocráticas. Esta reducción de la burocracia debe hacerse extensiva a los promotores de negocios en Cantabria, fomentando la declaración responsable.
Hace falta la aprobación de un Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT), un documento en el que se fijen las directrices y se defina el modelo territorial deseable, para evitar que se sigan realizando agresiones tanto a nuestro paisaje como a los valores naturales de Cantabria. Este PROT debe ir acompañado de Planes Generales de Ordenación Urbana en todos los municipios de la comunidad. En este sentido, debe fomentarse el aprovechamiento de solares e instalaciones industriales en desuso, como las de los terrenos de Sniace, en Barreda, en lugar de promover construcciones en zonas verdes.
Y continuar desarrollando planes estratégicos de dinamización de municipios en riesgo de despoblación.
Otro reto es apostar por el medio ambiente con el inicio de las obras de la ampliación de la central hidroeléctrica de San Miguel de Aguayo como modelo de fomento de energías renovables. Hay que conseguir que la sociedad cántabra se eduque en el consumo responsable, propiciando prácticas de reciclaje y aprovechamiento de los recursos. Convertir el recurso hídrico del agua en riqueza económica y social, promoviendo este elemento en el que Cantabria destaca sobre la mayoría de las comunidades autónomas.
En 2023 se deben impulsar los proyectos de nuevas infraestructuras, como la conexión ferroviaria a través de un tren rápido entre Santander y Bilbao, y culminar las que están en ejecución, como las del Puerto de Santander, que supondrán una dinamización económica importante para la comunidad.
Ahondar en políticas de educación en igualdad y bilingüismo desde la infancia en todos los centros públicos, y fomentar otras para la retención y la atracción del talento. Por último, conseguir que las políticas de ayudas acaben con la existencia de personas en riesgo de pobreza.
Ángel Pazos | Rector de la Universidad de Cantabria
Sin duda, la palabra que mejor define las expectativas para el 2023 es 'incertidumbre'. En primer lugar, Cantabria afronta, como todo nuestro país, el reto de articular unas políticas que, complementando las medidas tomadas a nivel estatal, permitan amortiguar la crisis económica que las familias, las empresas y toda la sociedad están sufriendo.
Por otro lado, 2023 debe ser el año en el que nuestro sector industrial mejore su competitividad y su capacidad de innovación. Ello requerirá, por un lado, una estrategia valiente para identificar aquellos sectores en los que nuestras empresas pueden marcar la diferencia en un contexto nacional y mundial. Además, el éxito dependerá de cómo seamos capaces de resolver retos como la transformación digital, la oferta de formación continuada o la política de suelo industrial, entre otros.
De forma más específica, nuestra región encarará en 2023 un reto importante en el campo de la ciencia. Se acaba de aprobar la Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación de Cantabria, que compromete un incremento muy significativo de la financiación de la investigación y la innovación. El próximo año deben ponerse en marcha las primeras acciones derivadas de esta ley: si se proyectan bien, el tejido investigador de la región, con la Universidad de Cantabria, el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y los Institutos de investigación al frente, mejorarán de forma muy marcada su capacidad de producción científica y de contratación; y asistiremos además al despegue de la capacidad de innovación tecnológica y empresarial de Cantabria. La pandemia nos ha enseñado a todos que, sin ciencia e innovación, no hay un futuro que valga la pena.
Por su parte, la Universidad de Cantabria, deberá hacer frente, además de a sus desafíos permanentes, a la necesidad de emprender importantes reformas en su funcionamiento, debidas a la segura aprobación por el Gobierno central de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario; unas reformas que, en algunos casos, demandarán recursos adicionales abundantes, y que llegan además en un escenario marcado por el fuerte incremento de los precios derivado de la crisis energética. Para las universidades 2023 será también, sin duda, un año de incertidumbre.
José Luis López del Moral | Presidente del TSJC
El nuevo año se presenta, una vez más, teñido de incertidumbre. Cuando creemos haber superado una crisis sanitaria de trágicas consecuencias, personales y materiales, para nuestra sociedad, la recuperación económica se ve lastrada por una inflación creciente debida a causas muy diversas. Entre ellas, aunque no la única, la invasión de Ucrania y el mantenimiento en el tiempo de un enfrentamiento armado que ha evidenciado la aleccionadora capacidad de resistencia de un pueblo unido.
España, y dentro de ella nuestra comunidad autónoma, no es ajena al impacto de esta situación en la economía, resultando por ello necesario que acertemos en el modo de afrontarla y dar respuesta a los colectivos que más la sufren. Nadie duda de que el ejercicio de liderazgo en momentos difíciles es un factor esencial para superarlos, como tampoco que en tales circunstancias lo último que debe hacerse es fomentar la división y el conflicto entre los llamados a buscar soluciones adecuadas.
La crisis institucional que durante el año 2022 hemos vivido en nuestro país no ha sido ajena a la falta de acuerdos entre quienes están obligados a entenderse y al olvido de lo mucho que a los españoles y españolas nos une, atendiendo casi en exclusiva a los elementos de discordia que pueden separarnos.
Cantabria es buen ejemplo de cooperación institucional, de unidad con respeto a la discrepancia y de voluntad de superación.
A procurar la concordia y la convivencia pacífica contribuye de manera decisiva nuestro servicio público de justicia, resolviendo los conflictos que se plantean ante los tribunales con la máxima independencia e imparcialidad, garantizando la igualdad de trato, la integración social y protegiendo los derechos y libertades de todos con el inestimable auxilio de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El año que comienza es de nuevo una magnífica oportunidad para continuar aunando esfuerzos en esta línea y tratar de incrementar la confianza ciudadana en nuestras instituciones. No la desaprovecharemos.
Ana Cabrero | Presidenta de la Asociación de Autónomos (ATA)
Seguiremos manejando un panorama de incertidumbre y tensión que mediatizará todos los sectores condicionando la evolución económica cántabra. En el último barómetro que hacemos a los autónomos desde ATA, comprobamos como dos de cada tres autónomos (66,6%) considera que la evolución de su negocio no será mejor que en 2022. Al 95% se les ha incrementado los gastos de su actividad, pero uno de cada tres manifiesta no haber subido los precios…
Las medidas nacionales anunciadas para combatir el impacto de la crisis derivada del conflicto de Ucrania son insuficientes para los autónomos cántabros, que están igualmente sufriendo la inflación. Hay sectores como el ocio que viven mejor momento, pero con el insoportable alza de costes, muchos trabajan con una reducción de márgenes que les mantiene haciendo equilibrios en la cuerda floja. Hay otros sectores como el comercio, tan importante en Cantabria porque ocupa a muchos autónomos y asalariados, que están reduciendo preocupantemente su actividad, e igualmente la agricultura, que está viviendo un momento complicado con riesgo de continuidad de muchos negocios.
Cantabria debería apostar vehementemente por los emprendedores y autónomos que son los que aseguran que las actividades no se pierdan y no desaparezcan poblaciones. Es mucha la carga que llevan y muchos están al límite. Si eso no se tiene en cuenta, perderemos tejido productivo y servicios esenciales en localidades que verán como sus bares, taxistas, electricistas, fisioterapeutas, etcétera cierran y dejan la nada detrás. Es fundamental implementar medidas para que autónomos y emprendedores cántabros puedan sobrevivir, como cuota cero de inicio, mejoras de comunicaciones e infraestructuras, simplificación de trámites, en definitiva facilidades…
Apoyar a autónomos impacta positivamente en la economía y la sociedad; fomentar el emprendimiento genera oportunidades, los autónomos son expertos en economía circular, en readaptarse, en innovar y en mantener tradiciones… Las actividades empresariales traen riqueza al territorio donde se las atrae con facilidades. Cantabria necesita a todos sus autónomos.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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