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La Comisión Mixta de la EBAU, que integran la Universidad de Cantabria (UC) y la Consejería de Educación y FP, se reunirá mañana de ... forma extraordinaria para abordar los errores detectados en varias pruebas de la convocatoria ordinaria de acceso a la universidad, que en Cantabria concluyó ayer mismo. Los fallos más notorios se han producido en Historia de España, donde se distribuyeron mal las preguntas de los bloques entre los que puede elegir el alumnado; en Lengua y Literatura, donde tuvo que sustituirse el poema inicial de Machado porque no entraba en el temario, y en Latín, donde también hubo de reemplazarse sobre la marcha el texto de la prueba porque no era contenido EBAU. En estas dos últimas pruebas se decidió prolongar media hora el tiempo de examen.
Aunque no ha trascendido el orden del día, la Comisión Mixta tiene ante sí una doble misión: por un lado subsanar los errores ya confirmados -los antes mencionados, así como reclamaciones señaladas por los alumnos en materias como Fundamentos del Arte o Matemáticas Aplicadas, donde también han apreciado contenidos fuera de temario-; y, por otro, plantear unos criterios claros y homogéneos de corrección de las pruebas. La meta es no perjudicar a los estudiantes, que en muchos casos se juegan a la décima y la centésima su entrada en un grado universitario. La vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la UC, Marta García Lastra, presidirá la Comisión, a la que por parte de la Consejería asitirán, entre otros, la directora general de Innovación, Mercedes García, y un inspector educativo.
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La elaboración de las pruebas de la EBAU corre a cargo de los coordinadores de la UC -hay uno por materia-. Se encargan de elaborar hasta tres exámenes -uno para junio, otro para julio y un tercero de repuesto-, pero no determinan la fecha en la que se planteará cada cual. Sin embargo, la corrección de los exámenes la asumen mayoritariamente docentes de Secundaria, que, en esta ocasión y más que nunca, querrán saber a qué atenerse.
Norberto García, portavoz de los directores cántabros de Secundaria, también asistirá a la reunión. Además de aplicar «medidas extraordinarias ante una situación que también lo es», y además de «solventar» los fallos cometidos sin desfavorecer a los estudiantes -«y estoy seguro de que será así»-, García incide en que lo deseable ahora es «garantizar que esta situación no se vuelva a producir en el futuro». ¿Cómo hacerlo? El director del IES Montesclaros de Reinosa cree firmemente que cuatro ojos ven más que dos, así que plantea que los coordinadores de Bachillerato -también se designa uno por materia en este proceso, pero no tienen potestad para confeccionar las pruebas- puedan participar en la configuración de los exámenes. «Y si la UC no lo acepta, que designe dos coordinadores de la propia Universidad», propone García.
En FAPA, la federación que aglutina a las familias de alumnos de la educación pública cántabra, asisten al desarrollo de la convocatoria de la EBAU con asombro. «Nos parece lamentable. Segundo de Bachillerato es un curso en el que los alumnos se preparan a conciencia, y cuando llega el día del examen, donde no solo se juegan aprobar sino una nota alta, se encuentran con esto. Es vergonzoso», valoró ayer su presidente, José Manuel Torre. Más allá de que se subsanen los errores, «esto somete a los estudiantes a un estrés innecesario».
Dada la situación, Torre exige más coordinación. La Junta de Personal Docente también la reclama, así como el hecho de que los coordinadores de Bachillerato, que son los que están «a pie de aula y conocen bien el currículo», tengan «un papel más decisivo» en la elaboración de las pruebas para evitar «problemas que no deberían producirse en ningún caso», expone Rus Trueba, presidenta de una Junta que aglutina a los sindicatos STEC, ANPE, CC OO, UGT y TÚ.
Además de insistir en que la potestad de hacer las pruebas recae en los coordinadores de la UC y no en los de Bachillerato, la Junta reclama una «mejora de las condiciones» y retribuciones de los docentes de Secundaria que asumen funciones en el proceso EBAU y que, en ocasiones, lo hacen de forma «forzosa».
Una de los posibles escenarios que planteaba ayer José Manuel Torre era el del aluvión de reclamaciones una vez concluida la EBAU. «¿Qué va a pasar? ¿Se podría llegar a impugnar un examen?», se preguntaba el presidente de la FAPA. A la espera de conocer qué concluye la Comisión Mixta, la EBAU tiene unos plazos marcados de ahora en adelante. El 16 de junio se publicarán las notas iniciales de las pruebas en el campus virtual de la Universidad, y entre los días 19 y el 21 los estudiantes podrán pedir una revisión de los exámenes. La publicación definitiva de las calificaciones será el 26 de junio. La forma de acceder al campus virtual y los pasos a seguir están explicados en el apartado de 'Admisión' de la web de la UC –unican.es–.
«Las incidencias han sido corregidas facilitando que el estudiantado no sufriera ningún perjuicio en la calificación de la misma, estableciendo, cuando ha sido necesario, las medidas compensatorias oportunas». Esto es parte del comunicado que envió la Universidad de Cantabria el martes aludiendo a las «anomalías» detectadas en dos exámenes a los que se presentaron los 3.004 estudiantes de la EBAU: Historia de España y Lengua Castellana y Literatura.
Hasta ahí se ha pronunciado la Universidad acerca de esta convocatoria ordinaria, que algunos ya califican como «extraordinaria» a causa de los errores detectados y las críticas que ha desencadenado entre alumnos y familias. Ayer la UC guardó silencio y se desconoce si tiene previsto tomar alguna medida interna.
El planteamiento de la UC, que puede extenderse a Latín, es que las medidas aplicadas –esa media hora extra o la eliminación de una pregunta en el cómputo global– van a evitar que los estudiantes puedan «verse afectados en sus calificaciones».
Es lo deseable. La EBAU es un proceso delicado que, según apunta Conchi Sánchez, se convierte en «una prueba de obstáculos que perjudica al alumno que tiene menos posibilidades». La responsable de CCOO cree lo ocurrido es «una faena» para los estudiantes de Cantabria porque pueden verse «perjudicados» respecto a los de otras autonomías.
«La EBAU es una prueba más estresante que pedagógica, pero aún necesaria», apunta Diegu San Gabriel, de STEC. ¿Por qué? Hay «déficit» de plazas públicas en la universidad y por la «necesidad» de «contrastar las calificaciones de las empresas educativas que conciertan el Bachillerato».
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