Once localidades optan a convertirse en Pueblo de Cantabria 2020

El objetivo del concurso es promover y apoyar la recuperación, la mejora y el mantenimiento de estos pueblos en el marco de la defensa de los valores tradicionales, el entorno natural y ecológico y del patrimonio histórico, cultural y artístico. Palabras todas del mismo campo semántico que definen la identidad de cada uno de estos territorios. Los candidatos –Salcedo (Valderredible), Cicera (Peñarrubia), Quintanamanil (Campoo de Yuso), Viérnoles (Torrelavega), Pujayo (Bárcena de Pie de Concha), Arredondo, Aja (Soba), Güemes (Bareyo), Lebeña (Cillorigo de Liébana), Tudanca y el Barrio La Iglesia (Ruiloba)– han presentado ya por escrito los proyectos que pondrían en marcha con la dotación económica del premio, relacionados siempre con los conceptos señalados de mejora, recuperación o desarrollo de sus construcciones, calles, caminos o paisajes.

Hay ayuntamientos o juntas vecinales que presentan un único proyecto, de mayor o menor enjundia y por tanto, presupuesto. Es el caso de Quintanamanil, que emplearía el dinero del premio en crear un parque de aves, y aprovechar el pantano del Ebro para abrir una pequeña laguna, con un cobertizo que haría de observatorio. En la misma línea se sitúa Güemes, cuyo objetivo con el montante recibido sería encontrar cuatro espacios en el pueblo que estén relacionados con la historia que da nombre al núcleo rural. Para ello, habría que recuperar áreas degradadas y reacondicionar la plaza anexa a la iglesia.

Son también varios los pueblos que han optado por aprovechar la oportunidad para plantear una única iniciativa relacionada con el saneamiento o la iluminación de sus calles. Arredondo pretende realizar la distribución de agua en el pueblo de Rocías; Tudanca se centra en la mejora de un vial situado en el centro de este núcleo, donde también se acometería la red de saneamiento. Y Ruiloba construiría un aparcamiento público y continuaría una senda peatonal, todo ello en el barrio de La Iglesia, que es el que presenta como candidato. El pueblo de Pujayo respira junto al río Galerón y por eso plantea limpiar y potenciar las zonas cercanas al cauce así como colocar señalización de madera o piedra a juego con el entorno.

La puesta en valor del patrimonio histórico y monumental de los pueblos es otro de los objetivos que se plantean los candidatos. Viérnoles (Torrelavega) recuperaría el espacio de las ánimas o conmemoraría tradiciones locales como los jándalos, además de rehabilitar un tramo de la calzada romana. En el pequeño pueblo de Aja (Soba) hace tiempo que se está acometiendo una importante recuperación social y medioambiental. Allí el importe del premio se dedicaría a reponer el firme de parte del núcleo urbano y al soterramiento de todos los cables del alumbrado público.

Lebeña también mira al río Deva, en torno al cual crearía una senda fluvial. También construiría un nuevo aparcamiento en terrenos de la junta vecinal y por supuesto sacaría todo el partido posible a su iglesia mozárabe, que tantos visitantes atrae cada año. En Salcedo (Valderredible) aprovecharían para reconstruir las antiguas cortes, construir un muro de piedra en torno a la iglesia y limpiar caminos vecinales. Cicera ganó el accésit el año pasado, y ha decidido volver a presentarse con propuestas como restaurar la ermita de Santa Clotilde, entre otras. Una vez que ya se ha puesto toda la carne en el asador, que gane el mejor.