Pablo Zuloaga

Candidato a la Secretaría General del PSOE

«Tuve la oportunidad de ir a Madrid como otros, pero mi prioridad es Cantabria»

–Si gana las Primarias y consigue su tercer mandato, ¿será el momento de hacer cambios en el PSOE de Cantabria?

–El PSOE acumula más militantes, votos y diputados desde que fui elegido en 2017 secretario general. Aquel fue el momento de los cambios. Había que cambiar la forma de relacionarnos con la sociedad y conseguimos el objetivo de dejar de perder votos y militantes. Decíamos aquello de 'crecer dentro para ganar fuera'. Hemos hecho eso y es algo que me compromete a dar este nuevo paso con la misma ilusión que entonces, pero con mucha más experiencia, sabiendo cómo hay que fortalecer al partido en cada lugar. La lista autonómica crece en cada rincón de Cantabria y el objetivo que tenemos ahora es hacer crecer también a las candidaturas municipales.

–¿Hace autocrítica tras ver que el 50% de los militantes votó en octubre a una lista alternativa?

–Soy secretario general desde 2017 porque he contado con el apoyo mayoritario de la militancia. Yo me dedico a fortalecer al partido. No me van a ver criticando a ningún compañero públicamente porque mi único rival es Buruaga y la derecha.

–Parece lógico que si no hubiera algún grado de malestar, no se habría dado aquel resultado.

–El PSOE está unido. Unido en la crítica a la derecha y en la labor de oposición que venimos haciendo y que nos permite ganar espacio día a día. La derecha quiere que el PSOE se descabece porque ve en nuestra forma de hacer oposición una amenaza a su falta de gestión. El PP prefiere que se hable de los temas internos del PSOE antes que de la política de vivienda, de cómo votan en contra de subir las pensiones o de la gratuidad de las Cercanías. Mi trabajo es desenmascarar a la derecha para conseguir la Presidencia del Gobierno de Cantabria.

–Tras las primarias de octubre, echó en cara a Casares que hubiera dejado en evidencia la división del partido. Entonces sí reconoció problemas internos.

–El PSOE es una herramienta viva y la militancia toma la palabra en cada momento. Siempre he respetado la labor de Jaime (Blanco), Lola (Gorostiaga) y Eva (Díaz Tezanos) y creo que han tomado las mejores decisiones posibles para Cantabria. Pero también es verdad que el PSOE de Cantabria se había acostumbrado a gobernar muy bien y a obtener malos resultados, hasta romper el suelo en 2015 con solo cinco diputados. En 2017 teníamos claro que había que hacer las cosas de otra manera para tener otros resultados. El problema no eran las políticas que desarrollábamos, sino el espacio electoral perdido.

–La lista de Casares tampoco critica su labor en el Gobierno, sino el trabajo interno. Lamentan la falta de atención a las agrupaciones, sobre todo las pequeñas.

–Me siento muy orgulloso del trabajo hecho. Seguro que se podría haber hecho mejor. Pero, por poner ejemplos: la pasada legislatura el PSOE no es que no gobernara en Ruiloba, sino que no tenía agrupación. Hoy tenemos agrupación y un alcalde socialista. Para mí Cantabria siempre ha sido la única opción. He tenido la oportunidad de irme a Madrid como se fueron otros, pero tuve claro que mi prioridad era Cantabria. No nos podemos plantear ir a las elecciones en un cartel electoral con alguien que no esté en Cantabria, que no haya pateado Cantabria como yo desde 2017.

–¿Madrid tiene un candidato favorito en este proceso? ¿Tiene usted el apoyo de Ferraz?

–Todo el mundo conoce la franqueza con la que trabajo con Moncloa y con cada uno de los ministerios pero, evidentemente, Ferraz no tiene un candidato favorito. Ferraz apoya al PSOE de Cantabria, como Moncloa apoya a Cantabria. Yo cuando hablo con Ferraz o Moncloa, no hablo de la situación interna del partido, siempre de lo que necesita Cantabria y sus trabajadores.

–Muchos interpretaron, tras lo ocurrido en Sevilla, que Ferraz sí tenía un favorito.

–Sánchez tomó la decisión de que un compañero saliera de la dirección federal (Pedro Casares) y contar con otra compañera, Eugenia Gómez de Diego, con la que tengo un trato extraordinario y forma parte de mi dirección. Creo que es una buena decisión que pone el valor en lo que hemos hecho en el PSOE de Cantabria.

–¿Qué es lo que más le chirría del proyecto de Casares?

–Yo hablo de mi proyecto, que es un proyecto ganador y que ha ganado cada vez que nos hemos presentado a las elecciones. En ninguna cabeza cabe cambiar un proyecto que gana por otro que no.

–Casares pidió perdón a Tezanos y usted ya ha dicho que no entiende los motivos. ¿Todo se hizo bien en aquella transición?

–Si conduces mirando por el retrovisor, tienes el riesgo de estrellarte. Me gusta mirar al futuro y asumir lo que hicimos en 2017, que fue ganar las primarias. Quienes me antecedieron, como yo, trataron de tomar las mejores decisiones para fortalecer el partido. Yo ahora me presento a la reelección con unos resultados que son conocidos. He superado muchos procesos internos tras ser elegido y nadie me puede dar lecciones de participación.

–¿Existe el riesgo de cisma, como en 2017, tras el Congreso?

–El PSOE saldrá de este proceso fortalecido. En clave interna, y también en clave de políticas. Porque en el Congreso hablaremos de vivienda, del caos sanitario por las decisiones del PP, de las políticas turísticas y los problemas sociales y ambientales que genera…

–¿Si Pablo Zuloaga no gana las primarias pondrá las cosas fáciles a la nueva dirección?

–La militancia me conoce porque he pateado Cantabria. Sabe de mi responsabilidad a la hora de defender al PSOE. Creo que nadie tiene ninguna duda de la responsabilidad que he desempeñado y de la que desempeñaré en el lugar que me pongan los militantes.