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El presidente del Gobierno de Cantabria pidió que «rodaran cabezas» por el escándalo de los trenes. Días después de aquellas palabras se produjeron los primeros ceses del titular de Gestión de Material de Renfe y del jefe de Inspección y Tecnología de Adif, a lo ... que Revilla reaccionó añadiendo que debían ser de «peces gordos». Ayer, conoció las dimisiones del presidente de Renfe y de la secretaria de Estado apenas unas horas antes de la reunión con la ministra de Transportes:«Vamos a ver qué nos dicen, que nos las expliquen», señaló el presidente.
Una depuración de responsabilidades que para María José Sáenz de Buruaga, presidenta del PP en la región, llega «tarde, mal y a rastras» y, únicamente, con el objetivo de evitar que el problema les pase «factura electoral», valora. Además, la líder de la oposición añade que este paso «no zanja el asunto» porque todavía «falta por determinar» el papel del Ejecutivo regional que «es igual de culpable por no hacer seguimiento de una inversión tan importante». Coincide en este punto CristóbalPalacio, diputado de Vox, quien tilda las dimisiones de «tomadura de pelo» y de «broma» porque «la responsabilidad directa es de Cantabria que no supervisó las obras» y acusa al PRC por el escándalo dado que es la formación que «firma un acuerdo con compromisos ferroviarios y luego no se preocupa de supervisar su cumplimiento», explica. Para Félix Álvarez, portavoz de Ciudadanos, el asunto «parece una estafa piramidal» preparada para que tanto el PRC como el PSOE «puedan salir a salvar el ridículo que han hecho» y subraya la «omisión» de la región que «debía controlar» el avance del proyecto.
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Por su parte, Pablo Zuloaga, vicepresidente del Gobierno y secretario general del PSOE en la región, tilda de «bochornosas» las acusaciones procedentes del PP. Recuerda que la formación «no invirtió ni un euro ni hizo nada» por mejorar la infraestructura cuando tuvo ocasión con el Gobierno de Mariano Rajoy. Y respecto a las dimisiones, Zuloaga las valora como una muestra del compromiso con las Cercanías. Considera el vicepresidente que la reunión era «más que necesaria» y destaca, sobre todo, que ha sido «efectiva» porque se han buscado soluciones y medidas para agilizar la llegada de los trenes.
Más optimistas se muestran los miembros de la Mesa de Movilidad. Aunque Sergio Tamayo, miembro del comité de empresa de Renfe por el sindicato CGT, también extiende la culpa: «Llevamos años hablando del AVE y hemos olvidado las Cercanías. Ahí sí hay responsabilidad regional. Tenía que haber estado más encima del proyecto», reconoce. Ha habido falta de supervisión.
En cuanto a las dos dimisiones comunicadas ayer, Tamayo las valora de forma positiva porque «tenía que salir más gente importante» y no quedarse en los dos ceses producidos entre el personal técnico. «Son los responsables políticos de la catástrofe» y este paso –aunque no acelere la llegada de los nuevos trenes– da, al menos, la sensación de que se «está actuando rápido y tratando de buscar soluciones», añade.
Para Luis Cuena, portavoz de la Mesa de Movilidad, puede ser una «oportunidad» de mejorar el diálogo con Renfe y que la empresa muestre «interés» en mejorar la red. Por eso, opina que es clave ver qué ocurre a partir de ahora y si «cambia la política ferroviaria». «No solo importa el AVE», dice. Y coincide en la responsabilidad compartida con el Gobierno de Cantabria. «Nunca hemos pedido la dimisión del director General de Transportes», pero, admite, la gestión ha sido «nefasta».
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