«El optimismo es palpable, la gente tiene mucha fe en la Lotería de Navidad»

Este año se han consignado a los puntos de venta de la región 49,8 millones de euros en Lotería de Navidad, casi tres más que en 2018, cuando se enviaron 47, 1 millones. Un 5% de crecimiento. Y por territorios, Cantabria es la quinta comunidad que más dinero va a gastar por habitante, con una media de 85,83 euros por persona, según las estimaciones de la Selae. Muy por encima de la media nacional, situada en 68,48 euros, y por encima también de lo gastado el pasado año: 4,6 euros más.

No es de extrañar después de que el Gordo haya salpicado a la región durante los dos últimos años: en 2017 a través de dieciocho décimos del 71198 –a 400.000 euros cada uno– y en 2018, con otros cuatro décimos del 03347. Este año se espera que la lluvia de millones del primer premio caiga con todo su peso en la región y no sólo de forma simbólica. De la Sierra insiste en que Cantabria «es una región afortunada» pese a que se piense lo contrario. Y recuerda que en esta tierra ha tocado diez veces el Gordo, en parte o en todo: en los años 1848, 1854, 1860, 1912, 1917, 1934, 1951, 1970, 2017 y 2018.

«La alegría y el optimismo es palpable», refleja Rebeca Fernández, dueña de la administración número 21, 'Doña Elvira', en la calle Cuesta de Santander. «Se lo noto a los clientes. Llevamos vendido un poco más que el año pasado y la gente nos dice que ya tiene recopilados unos cuantos décimos», agrega. Destaca «el éxito» que tiene la llamada 'Lotería viajera': intercambia décimos con administraciones de otras ciudades, como Burgos, La Coruña o Pamplona, para venderlos en el suyo.

Pero aunque las cosas vayan bien, Fernández apunta que «hay que espabilar». Sabe de la importancia de los últimos días. Porque una cosa es que hayan aumentado los millones consignados para Cantabria y otra que se traduzca de la misma manera en ventas y no haya que devolver demasiados billetes a Madrid. Las sensaciones indican que este año volverán a crecer las ventas, aunque hasta el último día no se sabrá en qué medida: en 2018 se facturaron 42,8 millones (de los 47,1 consignados), un 6,04% más que en 2017 y por encima de la media de crecimiento nacional, que fue del 2,1%. «Superar este porcentaje este año es muy difícil. Todo indica que el despacho de décimos será similar al del año pasado, que no fue nada mal», reconoce De la Sierra. Ya en 2017 se había crecido casi un 5% con respecto a 2016. Unas subidas que acercan las cifras globales, poco a poco, a las que existían antes de la crisis.

«La gente tiene mucha fe en estos sorteos», comparten las hermanas Isabel y Socorro Agenjo, de la administración número 7 de la capital cántabra, situada en el Paseo de Pereda. Se refieren al de Navidad y también al de la Lotería del Niño, del que ya han vendido de forma llamativa. «Esto es un no parar», expresan.

Ellas también despachan décimos a gente de fuera de Cantabria. «Hay clientes que quieren un número concreto y lo buscan por internet. Cuando coincide que lo tenemos nosotras, se lo enviamos. ¡Ya somos famosas en Correos por la cantidad de décimos que mandamos!», relatan.

El Gordo es el premio más perseguido, el que más acapara los titulares, pero a buen seguro que tanto compradores como vendedores se conforman con repetir lo que sucedió en 2017. Entonces, el tradicional sorteo navideño dejó alrededor de 180 millones de euros en Cantabria, de los que el grueso (162 millones) salieron de la administración número 1 de Santander, en la avenida de Calvo Sotelo, que vendió 1.300 décimos del número 51244, agraciado con el segundo premio. Buena parte del mismo se repartió en el bar 'La cepa de Papi' y en la Peña Taurina Félix Rodríguez.

El primer premio también dejó huella, aunque de menor calado: algo más de 7 millones a través de siete décimos electrónicos del citado 71198 vendidos en la avenida de Gregorio Marañón, en El Sardinero, y otros once décimos tradicionales traídos desde Lugo a Liendo por un vecino de esta localidad cántabra. Y también cayeron varios quintos premios en Cabezón de la Sal, La Abadilla de Cayón, Mogro, Puente Arce, Renedo y Los Corrales de Buelna.

De los 180 millones repartidos hace dos Navidades se pasó a 3,5 en la pasada, de los cuales 1,6 se correspondieron también con el primer premio: cuatro décimos del 03347 vendidos por terminal en Ampuero, Colindres, Torrelavega y San Vicente de la Barquera. El resto, 912.000 del quinto premio caído en Torrelavega y Santander y otros picos: dos terceros en San Vicente y Santoña, un cuarto en Viérnoles... A estos premios hay que sumar los 875.000 euros que se repartieron en Arenas de Iguña, en forma de siete décimos del 21015, agraciados con el segundo premio, que viajaron desde Albacete comprados por José Luis García y María Amor Mora, vecinos de este municipio.

Los miles de euros repartidos en la región durante los últimos meses gracias a otros juegos de azar también «anima a los cántabros a comprar Lotería de Navidad», dicen los loteros. Los premios son sin duda un acicate para las ventas. Desde el pasado verano, entre la Primitiva, Bonoloto y Lotería Nacional, la suerte ha repartido entre los cántabros casi 900.000 euros. El más importante recayó en Noja en septiembre, donde fue vendido el primer premio del sorteo de la Lotería Nacional, dotado con 600.000 euros al número.

En el sorteo del próximo día 22 entran en juego del número 00000 al 99999. El 85% de los números resultan no premiados y las probabilidades de que caiga el Gordo son, como siempre, muy remotas, pero los cántabros confían en que les sonría la suerte. En mayor o menor medida. Y si no, al mediodía de esa jornada en la que todos mirarán a los niños de San Ildefonso, volverá a cobrar fuerza el dicho de que «lo importante es la salud».