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Otra historia con final feliz. Porque cuando la encontraron, el pasado mes de mayo, pocos apostaron por su vida. Famélica y desorientada, la osezna Saba vagaba sola, sin compañía de ningún oso adulto y sin noticias de su madre. Apenas pesaba cinco kilos y medio ... el día que fue rescatada en las inmediaciones del municipio asturiano de Sabadia, un día en el que comenzó su segunda vida. La cría ha regresado esta semana a la libertad en Asturias, cuando está a punto de cumplir un año. Lo ha hecho después de haber estado tres meses internada en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa (Cantabria), donde ha superado la desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas graves que presentaba, y otros dos meses más en un cercado de semilibertad controlada en un monte de León para finalizar su fase de adaptación al medio natural.
El regreso de Saba a su hábitat natural ha tenido lugar en la vertiente asturiana de la zona occidental del Parque Nacional de los Picos de Europa, siguiendo el protocolo de trabajo del Ministerio de Transición Ecológica, en el que participan las cuatro comunidades autónomas con presencia de la especie y expertos invitados.
El procedimiento de suelta comenzó en las instalaciones de Valsemana, en León, donde la osezna se había sometido a una fase de adaptación previa a la liberación en el hábitat natural, y un equipo de técnicos de Cantabria, Castilla y León y Asturias, anestesió al animal en el cercado para la realización del último chequeo veterinario y colocarle el dispositivo de seguimiento a través de GPS.
Posteriormente, introdujeron al ejemplar en un remolque especial de transporte y antes de comenzar el traslado fue reanimado. Durante el viaje, un sistema de monitorización en tiempo real permitió comprobar a los técnicos el estado del animal hasta llegar al punto de suelta seleccionado.
Al llegar allí, se permitió la salida de Saba, que se alejó y se adentró en un bosque de hayas y robles. A partir de ese momento, equipos de guardería coordinados por personal del Parque Nacional de Picos realizarán su seguimiento.
Los técnicos del Principado encontraron en mayo a la osezna vagando sin compañía y, como confirmarían más tarde, desnutrida y deshidratada. La ausencia de un adulto que la acompañara extrañó a los expertos, de modo que pusieron en marcha un dispositivo de seguimiento y búsqueda de su madre, que no dio resultado. Esa fue una razón de más para considerar el peligro que corría el animal, entonces de aproximadamente cinco meses y cinco kilogramos, y proceder a su rescate, que se produjo en las inmediaciones de Sabadia, en el municipio asturiano de Santo Adriano, para trasladarlo a una clínica veterinaria de Oviedo.
Fue allí donde Seba empezó a despertar especial preocupación. Durante el periodo de observación al que estaba sometida, la cría empezó a dar muestras evidentes de alteraciones neurológicas, lo que obligó a dispensarla una serie de cuidados intensivos antes de decidir su traslado a Villaescusa.
Ya en el centro cántabro, los veterinarios y el resto del personal técnico de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente lograron su completa recuperación de los síntomas de desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas graves que presentaba, mediante un manejo especial para evitar el contacto entre la osezna y los cuidadores.
Tras un chequeo veterinario que confirmó el buen estado del animal, el pasado mes de septiembre fue trasladado a la finca de Valsemana, propiedad de la Junta de Castilla y León, que previamente había sido condicionada para continuar la rehabilitación del animal, eliminando el contacto con los cuidadores. Un aspecto crítico que ha sido controlado durante todo el proceso con la finalidad de minimizar la posibilidad de que el ejemplar se habituara a la presencia humana y lo asociara a la alimentación, lo que dificultaría su reintroducción al medio natural.
Con su puesta en libertad esta semana, Saba celebrará su primer cumpleaños en casa, orientada y gordita. La última vez que la pesaron rozaba los 25 kilos.
De esta feliz manera concluye el ciclo de actuaciones que han realizado de manera coordinada durante los últimos cinco meses las comunidades autónomas de Cantabria, Asturias y Castilla y León desde que rescataran a este ejemplar de oso pardo.
El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa ha sumado con Saba un nuevo 'milagro' a su cuaderno de viajes. Con esta recuperación, ya son dos los ejemplares de oso que este centro ha logrado rehabilitar para su retorno al hábitat natural en los dos últimos años. El otro fue Beato, que estuvo dos meses ingresado en Villaescusa, donde fue tratado de las importantes heridas que sufría en una de sus patas antes de ser puesto en libertad de nuevo en los montes lebaniegos. Una zona en la que el osezno se había hecho popular en el invierno de 2018 después de que muchos vecinos se acostumbraran a su presencia en las calles y montes cercanos a Cambarco. Incluso los vídeos sobre sus incursiones nocturnas en el pueblo se hicieron virales en las redes sociales.
Convertido en una referencia para el resto de las comunidades autónomas gracias a la calidad del servicio que ofrecen sus profesionales para la recuperación de los animales, este centro lleva funcionando desde 2017 en Villaescusa gracias a la labor de su equipo de veterinarios y a unas instalaciones específicas para el tratamiento de este tipo de casos, especialmente habilitadas para grandes mamíferos.
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