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Esteban Velarde, junto al cerezo donde comió el oso y sobre la hierba que dejó pisoteada mientras se alimentaba. P. A.
Los osos vuelven a Cambarco

Los osos vuelven a Cambarco

Esteban Velarde, vecino de esa localidad lebaniega, ha detectado durante varios días marcas, pisadas y daños en dos frutales pegados a su vivienda

Pedro Álvarez

Cambarco

Viernes, 18 de mayo 2018

«Este no es 'Beato', es otro oso, mayor; su pisada es más grande y cuando rompe las ramas del cerezo lo hace a cierta altura. No es la primera vez que merodea mi casa». Esteban Velarde relata así que desde hace varios días viene encontrando por las mañanas alrededor de su vivienda, situada a la entrada de Cambarco (Cabezón de Liébana), vestigios y huellas de que un oso ha rondado por su finca bien en busca de sus cerezas, bien de paso. Un oso grande por las huellas que deja en el suelo, dice, y la altura que alcanza para comer en los árboles.

Esta no es la primera vez que la comarca, y Cambarco en particular, es frecuentado por osos para dejarse ver y alimentarse, una situación que no deja de preocupar a los vecinos pues sus correrías, dicen, cada vez son más habituales. Ya sucedió de noviembre a enero pasado, cuando un oso joven -al que luego se apodó 'Beato'- y con una pata herida rondó varios días por sus calles; otro ejemplar distinto, ya adulto, también se dejó ver por el pueblo varias veces después del verano pasado.

Velarde, de 96 años, el vecino más longevo de esa localidad lebaniega, no sale de su asombro. Lo cierto es que no es la primera vez que detecta la presencia de un oso a las puertas de su casa. «Hace días ya encontramos sus pisadas marcadas en la hierba y a escasos metros de la vivienda, pero en esta ocasión me ha dañado dos cerezos que tengo frente a la casa, a la orilla del camino», dice Esteban mientras indica la zona pisoteada y las huellas dejadas en el prado, así como las ramas partidas y mordisqueadas. «También nos ha destrozado anteriormente una colmena que tenemos en una finca junto al monte por encima de la casa», cuenta, y no se olvida de relatar que el pasado año «un oso estuvo comiendo las uvas de la parra que tengo a la entrada de la casa, y allí fue donde dejó los excrementos».

«Me ha dañado dos cerezos frente a la casa. Y anteriormente una colmena que tenemos en la finca»

Esteban Velarde | Vecino de Cambarco

El anciano dice que ahora que está la hierba alta «se ven perfectamente los rastros de los pasos que utiliza, tanto para llegar a la casa como para salir de la misma y regresar de nuevo hacia el monte» y recuerda la presencia de 'Beato' hasta que pudo ser capturado; ahora que vuelve a estar suelto, Esteban rechaza que el autor de estas correrías sea aquel osezno. Este es otro», afirma; «su pisada es mucho mayor y cuando rompe las ramas del cerezo lo hace a una cierta altura. Estos osos están acostumbrados a acercarse a las casas y a buscar alimento cerca de ellas. La presencia de huellas es permanente en la zona. Hay miedo a encontrarte con uno en cualquier momento», y asegura que otros vecinos también le han visto por la zona y que a otro «le han destrozado varias colmenas»

«La presencia de huellas es permanente en la zona. Hay miedo a toparte con uno en cualquier momento»

Esteban Velarde | Vecino de Cambarco

En su caso su preocupación se extiende hacia la persona que le atiende a diario: «Sale de aquí a las diez de la noche. Fue ella la primera que al venir por la mañana se dio cuenta de que el oso había estado junto a la casa. Y como se marcha ya de noche tengo miedo a que cualquier día se lo encuentre». Esteban recuerda que antes los osos «no bajaban nunca a los pueblos, se quedaban arriba, en el bosque y cerca de las cumbres. Ahora, se acercan a los pueblos con mucha facilidad y pasean por sus calles. Esto es un escándalo».

Avistamientos recientes

La presencia de este ejemplar por Cambarco es el último ejemplo de una larga lista de avistamientos y contactos con osos en la comarca, donde la impresión es que cada vez son más y se acercan cada vez más.

A principios de verano pasado, por ejemplo, dos osos fueron observados cerca de Potes en busca de cerezas, y otro adulto era avistado por Cambarco; en noviembre un conductor se topó con dos plantígrados en la carretera de La Lastra (Tudanca) y poco después se iniciaba la búsqueda del osezno herido que había merodeado por las calles de Cambarco. En enero otro ejemplar adulto era descubierto cerca de Garabandal, y otro más, días después, fue visto en Cabezón de Liébana.

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