Pablo Palencia: Polémico inicio, reprobado a los cuatro meses y mala relación con los ganaderos

Pese a su trato cercano y a que su despacho siempre ha estado abierto a todo aquel que pedía una cita, los profesionales del sector llevaban tiempo avisando de que la relación con Palencia era irreconducible. Que no era consciente de sus problemas. Que no se enteraba, como insinuaba sin rodeos el ganadero pasiego. Quizás por eso su nombre estaba a primera hora de ayer en todas las quinielas cuando este periódico avanzó la inminente crisis de Gobierno.

La presidenta, más que el consejero, tuvo un papel protagonista en la firma el pasado mes de abril de un acuerdo con el sector «sin precedentes», con más ayudas y planes de estímulo para afrontar los problemas «urgentes» y mirar al futuro. Quizás para tratar de agradar a su jefa, Palencia insistía desde entonces en que Buruaga era la verdadera artífice de este acuerdo.

«Le deseo mucha suerte a la nueva consejera. Los sectores a quienes se debe necesitan una rápida y acertada gestión», afirmaba ayer el exconsejero regionalista Guillermo Blanco, que prefirió no entrar a valorar el trabajo del cesado. Precisamente Blanco ha sido el principal ariete contra Palencia, al que llamó «inútil e ineficaz». Además de reclamar sin éxito que el Gobierno se hiciera cargo de vacunar contra la EHE a toda la cabaña ganadera -el consejero decía que era responsabilidad del ministro-, le ha reprochado los retrasos en el pago de ayudas como la PAC. Aunque la postura de ambos era muy similar -de enfrentamiento frontal a la vicepresidenta Teresa Ribera por mantener al lobo en la lista de especies protegidas-, Blanco también la recriminó falta de valentía por no emitir nuevas órdenes para la captura de ejemplares.

En la Cámara no solo ha chocado con el regionalista, también con el resto de portavoces. El líder del PSOE, Pablo Zuloaga, pidió su dimisión antes incluso de que jurara el cargo cuando trascendió que Palencia había sido suspendido durante un año como veterinario por una «falta grave» por el ejercicio de su actividad profesional y que acumulaba expedientes por impago de distintos tributos. Buruaga, que no era conocedora de ello, le justificó.

Y ha chocado mucho, por ejemplo, con la diputada socialista Eva Salmón. Por las formas y por el fondo ante la negativa del ya exconsejero de responder cuando se le preguntaba por la falta de inspectores y de control en el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria.

Tardó -lo hizo en mayo- en nombrar al director del parque de Picos de Europa y solo lo hizo tras las advertencias de caos y de pérdida de subvenciones. En estos 14 meses al frente de la Consejería, Palencia ha puesto mucho empeño en respaldar al sector de la agroalimentación. Recientemente, el Gobierno de Cantabria celebraba que la patata de Valderredible lograba la Indicación Geográfica Protegida (IGP) en el registro europeo de sellos de calidad. A los desencuentros con los ganaderos hay que sumar los choques públicos entre Palencia y su jefe de gabinete, Julián Vélez, persona de la máxima confianza de la presidenta popular.