Padre Menni detecta 35 positivos y pide a Salud Pública un cribado de todo el centro

A pesar de los números, Pajares lanza un mensaje de «tranquilidad» porque los pacientes positivos que permanecen aislados en el centro son asintomáticos. Y los dos que han ingresado ha sido «más por prevención», dada su vulnerabilidad, que «por complicaciones» derivadas de la enfermedad. Lo difícil en este caso es determinar el origen del foco. Más aun si se tiene en cuenta que, al igual que en las residencias de personas mayores, los pacientes reciben visitas y entran y salen de la instalación. Además, ocurre que se trata de un hospital centrado en la atención a la salud mental con pacientes «en su mayoría jóvenes» y donde se complica aplicar los mismos protocolos y restricciones que en residencias.

En el centro hospitalario los casos se han detectado porque al tener «atención médica las 24 horas», están pendientes de cualquier síntoma y se hacen test autodiagnóstico a los pacientes en cuanto presentan alguno compatible con el virus. Si salta un positivo se amplía el círculo de rastreo y se toman muestras entre la unidad de convivencia y profesionales que han podido estar en contacto. Esos positivos registrados se trasladan a Salud Pública, que entonces sí toma muestras PCR para confirmar los contagios. La herramienta de los test la utilizan desde que es posible adquirirlos en las farmacias sin necesidad de presentar receta médica. En otro momento el procedimiento habría sido aislar a los pacientes que fueran casos sospechosos.

El problema para controlar y definir por dónde ha entrado el bicho es que «ahora mismo no hay restricciones de entrada y salida. Se mueven igual que los trabajadores. Lo que hacemos es control de temperatura, mascarillas y distancia», explica Pajares. Y desde el centro no pueden adoptar otras medidas más allá de «pedir a familiares y pacientes que no salgan». Una petición a la que, por el momento, han respondido.

Además de Padre Menni, en Cantabria hay otras trece residencias con positivos. En total, en estos centros hay 51 casos activos entre sus usuarios, trece de ellos hospitalizados. Y 20 profesionales afectados. También ha aumentado el número de fallecidos. El pasado 28 de julio las personas mayores víctimas del covid eran 276, una cifra que ayer era ya de 286. Es decir, diez muertes en apenas un mes. Los datos rompen con esa tranquilidad que han tenido las residencias y hacen dudar sobre si la vacuna mantiene toda su eficacia.

«Durante seis meses hemos estado muy bien. ¿Por qué ha sido? Quiero suponer que por la vacuna, pero no soy un experto», dice Rubén Otero, presidente de FED Cantabria. Antes de pensar en si conviene o no administrar esa tercera dosis de Pfizer -el fármaco que se inoculó en estos centros de personas mayores y de dependencia- la petición es hacer «un test de inmunidad para saber si hemos perdido o no», añade. Y, en función de los resultados, si es necesario, empezar con los terceros pinchazos. Para Pajares, los contagios evidencian la «necesidad» de esa dosis de refuerzo.