«Si no te pagan o lo dejan hecho una mierda, ante el juzgado sientes una indefensión absoluta»

Alquila a estudiantes durante el curso y a turistas en verano. ¿Más rentabilidad? Relativamente. «Te da más, pero te ahoga fiscalmente porque tienes más presión y muchos más gastos de mantenimiento por un desgaste mayor, más allá de estar más pendiente. Todos los vecindarios de los pisos que alquilo tienen mi teléfono y estoy para lo que sea necesario». Además, tiene claro que «si no hubiera estudiantes, apenas existiría el alquiler turístico». «El año entero para vacaciones –afirma– no compensa. En verano complementas a los hoteles y en invierno das calidad a los estudiantes».

La razón de más peso para esta fórmula, en todo caso, es «asegurar que tienes la casa como máximo en diez meses». Y añade otro matiz. «Si no existiéramos, los estudiantes no tendrían sitio. Los pisos que usaban históricamente eran esos muy antiguos, de 'Cuéntame', mal amueblados... Ahora ya no son así. Con la digitalización ves las fotos en los anuncios. Y das a los estudiantes durante el curso y a los turistas en verano un lugar de calidad. Parece que nos quieren responsabilizar de que no haya viviendas a fijo. Nadie habla de que, con la llegada de la Universidad del Atlántico, hay muchos más estudiantes que necesitan casa. No es sólo que tengamos mala prensa, es que la ciudad se ha quedado pequeña para las viviendas que hacen falta. Muchas viviendas vacías que hay son segundas residencias. Hay que defender lo de aquí y no malvenderlo como han hecho en otras zonas de España».

El empresario, que descartó alquilar por habitaciones –«te autoengañas pensando que se gana más, pero supone más desperfectos, más cambios y más pufos»)–, añade, además, que cuando reforma un piso «para dar calidad a los que lo alquilan», aumenta su valor, genera «economía e ingresos en muchos gremios».