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Palpitante abril

Olga Agüero

Santander

Viernes, 20 de abril 2018, 07:24

Tras un invierno pluvioso estalla una primavera alborotada y los ciudadanos salen a la calle con un ánimo inquieto, poco convencional. No pasean, se manifiestan. Este año acontece un fenómeno insólito: no se resignan a la contemplación, ya no recorren el muelle embelesados con el ... marco incomparable de la bahía, ahora también urbanizada –nada escapa a la hormigonera del poder– por los protestados espigones. Se ha roto el hechizo, se ha quebrado el éxtasis que tanto confort e inmunidad ha proporcionado a nuestras autoridades. Es un abril desobediente. Pensionistas, médicos de urgencias, afectados por el MetroTus, indignados por las escolleras de la Magdalena y hasta los cazadores –nos reprochan que nos escandalice su afición a matar animales por entretenimiento– someten Santander a un intenso ritmo de proclama y pancarta. Justicia poética. Pareciese una reacción a la desmesura del trampantojo. Tras tanto tormento infográfico –ascensor del Chiqui, La Remonta, las estaciones nunca soterradas finalmente cubiertas con tejavana– ahora dibujamos nosotros los carteles.

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