«Las panaderías se mueren y el Gobierno no hace nada»

Una treintena de profesionales cántabros han acudido al antiguo Hospital de San Rafael para aprovechar la sesión plenaria y así trasladar en persona a los diputados sus reivindicaciones. Han cruzado la carretera –la protesta era en la acera de enfrente– los representantes de los grupos parlamentarios (PSOE, PP, Vox y Ciudadanos, además de la diputada no adscrita, Marta García). El consejero Javier López Marcano se reunió con ellos por la tarde y les trasladó la línea de ayudas en la que están trabajando para el sector. «Nuestro sector productivo se desangra, nos encontramos en una situación angustiosa con un futuro incierto», ha subrayado Trueba.

En Cantabria, según esta patronal, hay unas 110 empresas que se dedican a fabricar pan. Su «calvario» comenzó, como en otros sectores, a raíz del estallido de la pandemia. El volumen de trabajo disminuyó considerablemente impulsado, sobre todo, por el cierre y escaso trabajo de la hostelería, a lo que hay que unir la inflación desbocada de las materias primas y el incremento de los costes energéticos tras la invasión de Rusia en Ucrania. «Es que nos afecta absolutamente todo. Somos fabricantes, comerciantes y también distribuidores y transportistas», ha señalado la representante de Acipán. «Si la barra de pan cuesta entre 80 céntimos y un euro, cómo vamos a trasladar al cliente el incremento del 360% de la energía, el 500% del gas, entre el 40 y el 60% del gasoil o el 120% de las harinas?», se ha preguntado.

La Asociación ya se ha reunido con el presidente del Gobierno regional y con los consejeros de Industria y Alimentación, Javier López Marcano y Guillermo Blanco. «No hemos sacado nada en claro. Lo que necesitamos son ayudas directas hasta que esta situación se solucione, y ya les dijimos que nos iba a temblar el pulso. No vamos a parar, llegaremos hasta donde tengamos que llegar», ha sentenciado Trueba.

El sector da empleo a unas 1.500 personas, según Acipán, entre empleos directos e indirectos. «Los panaderos rurales lo tenemos muy difícil. Es que trabajamos a pérdidas. Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, somos las únicas personas que ven muchos vecinos, y les llevamos, además del pan, el periódico e incluso los medicamentos», ha relatado Juan Francisco González, de la panadería Las Isabeles de Matienzo. «Hay que tener en cuenta que si no somos nosotros los que vamos hasta allí, nadie irá. Es un problema realmente más profundo», ha añadido Julio Acebo, de la panadería Acebo de Sarón. «La situación es desesperada. Es que nos pillan todos los problemas por los cuatro costados. No pedimos nada que otros sectores no reclamen», ha señalado Mariló Vierna, de la panadería 'La Positiva' de Noja.

A toda esta problemática hay que sumar la disminución en el consumo diario de pan. De los más de 80 kilos por persona y año en España, se ha pasado a 35, según los datos que manejan los profesionales. «Somos el país europeo que menos pan consume», han subrayado desde Acipán.