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Tresviso. Imagen de un vecino observando desde una ventana la nevada del año 2015 que aisló el pueblo. Alberto Aja
La pandemia anima los padrones

La pandemia anima los padrones

Evolución. Los primeros datos de la era covid permiten amortiguar la despoblación rural en varios municipios que consiguen más altas que defunciones

Domingo, 17 de enero 2021, 07:58

En el primer año de la era covid muchas cosas han cambiado, no sólo nuestra forma de vivir manteniendo las distancias en un país de abrazos y vida en la calle, sino también la forma de mirar al campo para escapar de las limitaciones que impone la ciudad a causa del bicho. Muchos han pensado así y eso se está dejando notar ya, en mayor o menor medida, en los padrones de varios municipios que, si bien no han crecido, tampoco han perdido población y han aumentado considerablemente las ventas de viviendas cerradas. Hay, entre ellos, casos muy significativos en todas las comarcas, de oriente a occidente. Mientras que en Valles Pasiegos crece en ventas de cabañas como segunda residencia o primera residencia en lugares como San Pedro, San Roque o Miera, Saja Nansa también lo hace, de forma significativa con nuevos empadronados. Hay casos dignos de reseña como el del pueblo de Tudanca, donde la población ha crecido más de un 10% .

El lema de 'Sin pueblos no hay futuro', utilizado como eslogan de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR) para frenar la despoblación parece hoy más vivo que nunca. Según los datos que este organismo está recabando en Cantabria, para lo que cuenta con la colaboración de toda la red de Grupos de Acción Local, los últimos padrones municipales arrojan noticias esperanzadoras porque vienen a confirmar que la pandemia está ya amortiguando el problema de la falta de vecinos. ¿Cómo? Con la ocupación de las segundas residencias, la venta de viviendas y la llegada también de residentes estacionales (empadronados en ciudad) que se han trasladado a vivir definitivamente y se han inscrito en los censos de los pueblos gracias a la oportunidad que les brinda el teletrabajo.

«Puede que sea una situación coyuntural, pero la pandemia nos está brindando una oportunidad de futuro», destacaba el alcalde de Peñarrubia y presidente de la REDR, Secundino Caso. Los datos recogidos a 1 de enero de 2021 en los padrones municipales, y que no serán oficiales por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta el próximo año, así lo confirman con ejemplos y casuísticas que no se hubieran contemplado ni en el mejor sueño de los responsables de este organismo hace un año.

Desde la REDR se apela a las administraciones a que se vuelva a dotar a los pueblos de muchos de los servicios que han ido perdiendo

En general los pueblos están «de moda» por el coronavirus y el primer efecto palpable es que se ha conseguido ralentizar, en gran medida, la sangría de población de otros años a través de las nuevas altas. Eso, a pesar de que se mantiene un considerable número de defunciones. Cabe señalar que las muertes en el entorno rural de Cantabria no están necesariamente ligadas al covid. De hecho, en su mayor parte, según los datos aportados por los municipios, están vinculadas al mismo indicador de todos años: la elevada edad de la población existente en núcleos rurales por la fuga de jóvenes a las ciudades.

Vista de Tudanca desde un balcón. La aldea acaba de romper con la tendencia a la baja en el padrón. Andrés Fernández

«Hay un dato homogéneo que se da en todas las comarcas -remarca Caso-, y es que todas están teniendo un inusual tránsito inmobiliario». Se trata de viviendas adquiridas en pocos meses que llevaban años dentro de un mercado «muerto» o, incluso, cuadras que ahora sus nuevos propietarios quieren utilizar de refugio en mitad de la montaña, segunda residencia o como inversión inmobiliaria. «Todo este trasiego se lo debemos a la pandemia, a que la gente quiere escapar de la ciudad», subraya. «Hay un dato que es demoledor, y es que se está vendiendo más allí donde hay internet de alta velocidad por el teletrabajo», resume.

Entre los datos aportados por los Grupos de Acción Local destaca, por ejemplo, el caso del municipio de Miera (GAL Valles Pasiegos), que siendo uno de los ayuntamientos «más castigados» por la despoblación (en 1975 contaba con 1.500 habitantes y hoy sobrepasa por poco los 400), en los últimos meses ha contado varios empadronamientos. También en el marco geográfico de este GAL destacan los ejemplos de San Roque de Riomiera y San Pedro de Romeral, «donde se ha empadronado mucha gente de fuera que busca cabañas para rehabilitar», subrayan.

Otro ejemplo significativo, pero ya en la comarca Saja Nansa, es el de Tudanca. En este caso se han registrado once altas de familias que no estaban empadronadas, pero que acudían regularmente a su segunda vivienda, pasando de 135 a 149 habitantes, lo que significa un aumento del 10,37% de la población y que se haya roto la tendencia histórica a la baja.

En Campoo Los Valles destacan también casos como el de Valderredible, con 69 altas en el padrón y siete escolarizaciones (el municipio no aporta bajas o defunciones aún); o el de Valdeprado del Río, con 22 altas nuevas que contrarrestan las 23 defunciones registradas en un municipio a lo largo de 2020 y que cuenta con una población de 325 habitantes.

Arroyal de Los Carabeos, en la comarca campurriana. Ernesto Sardina

Asimismo, en toda la comarca de Liébana se han registrado 285 altas por cambio de residencia sólo este año, a lo que hay que sumar 24 nacimientos, frente a las 212 bajas del padrón por traslados a otros municipio y 69 defunciones.

En el Asón, en donde aún no se han recabado datos de manera oficial, la tendencia, según refleja el GAL de la zona, también es al alza como en el resto y por similares motivos. No obstante, en esta comarca sí se reseña un aumento de los llamados «empadronamientos por interés»; es decir, de peticiones de «certificados de residencia», que no existen como tal, pero que han sido solicitados recurrentemente «con objeto de eludir los controles y conseguir movilidad».

Estos primeros datos que reflejan los padrones son un indicio de que algo está cambiando por la pandemia. Una tendencia que desde la REDR se quiere aprovechar para que no sea sólo algo coyuntural. Para ello, Caso apela a las administraciones a que «vuelvan a dotar de muchos servicios» que se están perdiendo en el medio rural. No sólo internet, sino el mantenimiento de la red de consultorios, los colegios o el transporte. «Que la gente se de cuenta de que puede vivir en un pueblo con calidad de vida y servicios», resume.

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