En el suelo de la plaza del Ayuntamiento de Santander hay un recorrido de alfombras, aros de colores y cestos con piedras pintadas de rojo. Es un juego que asemeja el recorrido vital: empieza con las relaciones familiares, la adolescencia, el primer trabajo; en cada ... punto, hay que coger una piedra en las que se leen palabras como 'miedo', 'adicción', 'porros', 'vergüenza', «piedras que se echan a la mochila» hasta llegar a la puerta de la Fundación Acorde. A partir de ahí, dice la psicóloga Beatriz Sampayo, que acompaña en ese momento a un grupo de adolescentes, «el apoyo logra que cambies esas piedras por estrellas amarillas, donde las palabras son 'autonomía', 'autocuidado' hasta lograr el 'alta', donde termina». ¿Es posible ese camino en la vida real? La entidad ha estado «desbordada durante la pandemia», afirma Victoria Sánchez, psicóloga de Acorde, con más llamadas y peticiones de ayuda, sobre todo en la franja de edad de los 18 a los 25 años; una impresión que comparte el resto de entidades que ayer celebraron el Día Mundial de la Salud Mental, con una acto en el que pidieron «estrategias para disminuir las desigualdades que afectan a la buena salud mental de la población» y que la pandemia han evidenciado.
Padre Menni, Ascasam, Proyecto Hombre y Acorde salieron a la calle para pedir reconocimiento de las administraciones y de la sociedad porque la salud mental es «un derecho básico y necesario, porque mañana puedes ser tú», dijo Carlos Pajares, director gerente de Padre Menni, en una lectura de un manifiesto que leyeron los responsables de las entidades y sus usuarios, unidos en esa lucha por «llegar a todos».
La desigualdad que sufren los pacientes para acceder a una asistencia es económica, pero también de género, geográfica, por eso pidieron programas específicos para zonas rurales, para mujeres o infanto-juvenil: «Solo con una mayor alianza público privada habrá acceso y servicios de salud mental para todos», dijo Pajares. «Desde el servicio público tienen que aumentar el número de profesionales para dar una asistencia adecuada», admite Soledad Arrarte, de Ascasam: «Es necesaria una estrategia para prevenir y más conciencia social de que es un problema que nos puede suceder a cualquiera», sobre todo porque en pandemia ha aumentado aproximadamente un 20% las peticiones de ayuda.
Lo mismo admite la directora de Proyecto Hombre, Eloísa Velarde: «Se ha producido un aumento del consumo de sustancias y del juego que ha empeorado durante el confinamiento, y esos hábitos muy pronto los vamos a ver convertidas en adicciones». Por eso pidió también una normativa de prevención «antes de que sea demasiado tarde».
El presidente Revilla, que cerró el acto anunciando que el Gobierno de Cantabria plasmará su compromiso en el nuevo Plan de Salud Mental, dijo que hará «lo posible» por aumentar las ayudas ante las sillas que ocupaban cargos institucionales como los consejeros de Sanidad, Miguel Rodríguez; de Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, y de Educación, Marina Lombó; también el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, la líder del PP, María José Sáenz de Buruaga, o el líder de Ciudadanos, Félix Álvarez.
«La Administración va lenta y hay que adelantarnos a lo que está por venir tras la pandemia», señaló Velarde preguntada al respecto cuando las sillas se quedaron vacías, Porque lo que viene no es ningún juego, aunque las piedras rojas sean la metáfora del problema mental que uno de cada cuatro personas va a atravesar en su vida, según la OMS.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.