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LAURA FONQUERNIE
Santander
Sábado, 3 de agosto 2019, 14:12
Con la casa a cuestas y todo sobre ruedas. Baño, cocina y, en su caso, siete camas. «Viajar en autocaravana te permite parar donde quieras ... e irte cuando te parezca. Te da autonomía y libertad», comenta José Miguel Luis, de Tenerife. Él, junto con otros seis amigos, intenta hacer un viaje en este vehículo cada año. Ver amanecer en un lago, en medio de la naturaleza y con el sonido de los animales de fondo. Llegar hasta los lugares más recónditos de los fiordos de Noruega. Visitar Canadá en invierno y esquiar cada día en una pista diferente. Son algunos de los planes que han hecho en sus viajes. Y sin pisar un hotel. El último esta semana, que incluye Santander en su itinerario. Una parada antes de acudir hoy al Descenso del Sella. Aquí, en la ciudad, pasarán como máximo 48 horas. Porque ése es el tiempo límite que una autocaravana puede aparcar en el Parque de las Llamas.
Libertad. Eso es, sobre todo, lo que les aporta desplazarse de este modo. «Un viaje así te deja libertad para conocer las ciudades de otro modo», añadía Ezequiel Pérez, otro de los amigos y compañero de viaje. Y es que, siempre que haya un aparcamiento habilitado así es. También da imágenes. Recuerdos en forma de fotos «que no podríamos haber sacado si no fuera por ir en autocaravana». Ellos, de momento, la alquilan. En esta ocasión lo hicieron en Bilbao, donde aterrizaron desde Tenerife. En resumen, vivir a tu aire. Ya probaron el turismo de hotel y apartamento y se quedan con la autocaravana. «Imagina amanecer en un lago, rodeada de animales. Esos momentos no tienen precio», añadía.
El precio, el ahorro, es otro motivo. Moverse así abarata los costes. En este viaje, como en todos, reparten los gastos entre los que sean. Desplazamiento y hotel, todo en uno. «Sale más barato y podemos invertir ese dinero en disfrutar de la ciudad en vez de hacerlo en el lugar en el que dormimos», señalaba otro amigo. Basta con echar un vistazo al interior del vehículo. Asientos y mesas que por la noche harán la función de cama.
La suya no era la única autocaravana. Las 25 plazas que ofrece el parque de Las Llamas estaban completas. Y todos comparten la opinión de los tinerfeños. «Tienes autonomía de parar donde te apetezca», señala Txisco Llabrés, vecino de Mallorca. Viaja con su familia en autocaravana desde hace seis años y apurarán las 48 horas para conocer Santander. El vehículo es suyo. En este tiempo han visitado lugares como Francia, Holanda o Escocia. ¿Por qué empezaron? Él «era de barcos» y como su mujer se mareaba consideraron que esta opción de la autocaravana era la más parecida.
¿Y cuál es el plan una vez aparcado? Salir. Conocer la ciudad. «Iremos a comer al centro y volveremos para dormir». Sus dos hijas, de 13 y 10 años, están encantadas. La más pequeña destacaba que su parte favorita era «aparcar donde queramos y poder llevar las bicis». Tener unos días libres y ningún plan, ir al supermercado a por comida, cargarlo en el coche y empezar el viaje. Así de fácil. Eso es lo que resalta Fernando Falaguera, vecino de Valencia de viajar en autocaravana. De nuevo la libertad es uno de los aspectos destacados. «Ganas autonomía para moverte». Él llegó desde Covadonga. Mañana se va a San Sebastián. Pero no viaja solo; su hija Laura y su nieta Idaira le acompañan. Es un experto en este tipo de viajes, no recuerda cuál fue el primero, pero sí que no lo cambia por nada. Igual que todos. Pero antes de lanzarse a la carretera, tocó practicar. «Iban al aparcamiento del centro comercial a probar, dormían en la autocaravana», contaba entre risas Laura. Ella decidió apuntarse a la aventura hace tres años. Reconoce que siempre le había atraído la idea de viajar así y «la naturaleza». Cuando tuvo la oportunidad, se animó. Ahora ella ya es otra autocaravanista.
Los que disfrutan de este tipo de turismo están encantados con la zona actual de Santander. «Es muy bonito», repetían. Aunque también reconocen que las restricciones, como por ejemplo la prohibición de sacar mesas, en la ciudad son mayores que en otros lugares de Europa, donde dan más facilidades. El PRC aboga por dar un «mayor impulso» a este tipo de turismo para conseguir que la capital cántabra se convierta «en un verdadero atractivo».
El plan pasa por buscar nuevos espacios en la ciudad donde sea posible establecer este tipo de áreas reguladas y que permitan a las autocaravanas pernoctar. Para que Santander se convierta en un «verdadero atractivo» para quedarse y evitar la desviación a otras comunidades limítrofes.
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